Gracia justifica la subida de su dieta en el menor uso de su coche oficial
El presidente del Parlamento y los tres grupos parlamentarios explican la marcha atrás del incremento salarial por la "reacción social" ante la noticia. Niega una llamada de Griñán.
El relato de cómo el presidente del Parlamento, Manuel Gracia, y los tres grupos políticos en la Cámara consideraron una buena idea a mediados de marzo subirse las dietas, en 400 euros al mes el primero y en 1.200 (PSOE y PP) y 920 (IU) cada secretario adjunto los segundos, es algo parecido a lo que sigue: en una reunión informal (de la que son comunes en la Cámara, dicen) los portavoces de los partidos consideran que hay que reforzar la labor de los adjuntos por la cantidad de desplazamientos que hacen y acuerdan elevarles las dietas. Este acuerdo pasa por la Mesa del Parlamento y, seguramente, por la Junta de Portavoces (aunque se leyó muy rápido y pasó inadvertido para diputados y medios de comunicación, dicen). A estos complementos se suma el propio presidente de la Cámara, el socialista Manuel Gracia, que justificó esta subida en que realiza un uso "menos intensivo" del coche oficial y por ello necesita costearse los desplazamientos con su propio vehículo.
¿Y por qué no usa el coche oficial, que entiendo está justificado por razones de seguridad?, preguntó un periodista. "No me va a mover de lo que he dicho", replicó Gracia, que había dicho que "yo, precisamente, en un intento de dar ejemplaridad en la vida pública, he renunciado al coche oficial, y vengo en mi coche. A los desplazamientos oficiales sí, pero a los actos políticos voy en mi coche. No hace falta desplazar el A6". Así que los cien euros semanales adicionales para el gasto del coche particular de Gracia (que no consta en su declaración de bienes e intereses) y los extras para los portavoces adjuntos se acuerdan por unanimidad y se publican en la página web en un ejercicio de "transparencia" (aunque se sustituye un acuerdo sin posibilidad de comparaciones y no se publicita que existe ese acuerdo de 20 de marzo).
Para la construcción de este relato hicieron falta ayer extensas y difusas intervenciones de los portavoces parlamentarios de PSOE, PP e IU desde primera hora, un comunicado de la institución tras la revocación del acuerdo por la Mesa del Parlamento antes del almuerzo, y una rueda de prensa a media tarde del propio Gracia tras contestar "no, no, no" a las preguntas de los periodistas que lo esperaban a la salida de la Junta de Portavoces con un comunicado del todo insuficiente en la mano que motivó su posterior comparecencia.
Porque una de las pocas cuestiones que quedaron claras es que tanto el presidente del Parlamento como los portavoces de los tres grupos parlamentarios justifican esa decisión y que sólo la interpretaron como una "equivocación" cuando se difundió hace una semana por esta redacción y causó tal "reacción social" (según la terminología empleada) que los protagonistas decidieron dar marcha atrás unas horas después y que la Mesa anulase ayer el acuerdo. Así Gracia volverá a tener unas retribuciones totales de 6.597 euros mensuales tras este recorte y los portavoces adjuntos dispondrán de unas dietas en función de su lugar de residencia (800 euros al mes si son de Sevilla) en lugar de una lineal de 2.000 euros, a sumar al salario de 3.958 euros brutos.
De esta manera los responsables quisieron zanjar una polémica muy poco edificante en la que sólo entonó una "disculpa", y de pasada, el presidente del Parlamento, y que demuestra la poca predisposición de los políticos a hacer autocrítica y admitir errores (la derivación de mayores responsabilidades como una dimisión no pasó por ninguna cabeza), como demuestra que el comunicado conjunto de la Cámara con el que se intentó poner fin a la cuestión no contiene ninguna muestra de arrepentimiento y ni siquiera el término "equivocación" o "error" en el que han venido coincidiendo estos días otros dirigentes de los tres partidos. Incluso en boca del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, sobre el que Gracia dijo que no influyó (como líder de los socialistas, se entiende) para dar marcha atrás a esta opaca decisión, como se filtró.
Pese a que los protagonistas mantienen el orgullo intacto y justifican cada uno a su manera su versión de los hechos, todos los protagonistas confiaron en que un episodio así no vuelva a producirse.
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