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Fusionar en tiempos revueltos

La Sal de los días

Se imaginan qué pasaría si una vez que contamos con una caja única en Andalucía va el PP y gana las elecciones autonómicas... Esto, que es un futurible, puede hacerse realidad. No es como el de la intervención de Cajasur, que ya no se dará gracias a que se ha iniciado el proceso con Unicaja

Los presidentes de las cajas andaluzas con Chaves y Griñán el pasado mes de febrero.

26 de julio 2009 - 01:00

LOS futuribles en historia no existen, quizá por eso ahora nadie recuerda cómo desde que se intervino Caja Castilla La Mancha hemos estado en vilo pensando en que Cajasur seguiría por el mismo camino según los datos negativos que sobre la eficiencia de la entidad cordobesa se iban conociendo. Ratios a la baja, morosidad, rumores continuos en una ciudad provinciana como ninguna para estos avatares... Intervención ha sido la palabra maldita en muchos círculos desde finales de marzo. "Después de Caja Castilla-La Mancha va Cajasur, que lo sepas", y podría haber sido así, pero como los futuribles, en la historia, no tienen sentido, pues ahora cabe analizar el presente y el más inmediato futuro de un consejo de administración que dará el primer paso oficial hacia Unicajasur.

Incluso, cabe olvidar si ésta ha sido una operación de salvamento en tiempos revueltos. Es decir, que o te fusionas o te intervengo, y a la Iglesia no le ha quedado más remedio que entrar a por uvas ante la mácula que hubiera supuesto pasar por el mismo trance que los manchegos. En la otra línea de flotación está el que parece un proceso irreversible hacia una caja regional. Cajagranada dice que no y Cajasol no está aún en esas, pero no hay que olvidar que el sueño de la Junta es crear una entidad potente que pueda competir a nivel nacional con plataformas como Cajamadrid o La Caixa.

Ante esto, cabe pensar que quizá haya sido mejor entrar ahora, de primeras, en el que se aventura será un largo proceso, que no esperar aguantando a golpe de singularidad hasta quedar convertidos en una isla financiera con la espada de Damocles balanceándose continuamente por encima de la cabeza de la paloma.

Y como todo está más que trillado conviene hacer un llamamiento a la responsabilidad, no sólo de la Iglesia, también de la clase política hacia Córdoba. Cajasur nació y ha crecido en Córdoba gracias al esfuerzo de sus impositores. Es la primera entidad de la provincia y tiene un espacio clave en el desarrollo de la economía cordobesa. Por lo tanto, cualquier decisión, cualquier pugna política, cualquier paso indebido de la Iglesia puede ser sumamente perjudicial, muy peligroso, en unos momentos en los que nos estamos jugando mucho.

Con más de 100.000 parados, casi uno de cada tres cordobeses en edad y disposición de trabajar, la provincia está en una situación crítica. Se antoja que sólo la solidaridad familiar -la más antigua de todas las solidarides- y el concepto del ir tirando que tan arraigado está por estas tierras sur desde hace décadas, hacen que no haya ya una revuelta social en las calles visto el nivel de vida que hemos mantenido en años pasados y el que ya ha entrado.

Por eso es importante el ejercicio de responsabilidad de los políticos y de las cajas, de quienes mueven, en definitiva, los hilos directa o indirectamente de una economía aún tan débil -se ha demostrado una vez con esta crisis- como es la andaluza.

El otro día me dijo un destacado miembro del Partido Popular que "la Junta está jugando muy bien sus cartas en esto de las cajas". Y puede ser verdad, pero detrás de los intereses de control que puedan existir detrás de uno o de otro partido están los del tejido empresarial cordobés. Los responsables de la Asociación de Fabricantes de Córdoba (Asfaco) decían el otro día que lo peor de la crisis para sectores como el de la industria está por llegar y si eso es cierto tendrán que seguir cerrando empresas porque no tenemos músculo financiero. Empresas que en muchos casos tienen beneficios, pero que ya no pueden hacerse cargo ni de las nóminas ni de sus pólizas de crédito. Esto, impensable hace sólo unos meses, es ahora frecuente, por eso es vital contar con una caja de ahorros territorial con potencia.

Y como empecé hablando de futuribles, terminaré de la misma forma. Se imaginan que finalmente se construye la gran caja única y que el desgaste que supone el poder o errores en la dirección del futuro tejido financiero andaluz coloca a los socialistas en la oposición y al PP en el gobierno andaluz. ¿Qué pasará entonces? Esto, que es un futurible, puede hacerse realidad. No es como el de la intervención de Cajasur, que ya no se dará.

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