La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
Córdoba/El magistrado del Juzgado de lo Social número 3 de Córdoba, que ha llevado la causa de tres trabajadores contra la Fundación Guadalquivir Futuro por las mordidas considera probado que uno de los principales dirigentes de la entidad, Cristian Menacho, "maquinó" un sistema para dar "apariencia de legalidad" a una actividad "fraudulenta". El magistrado, que ha condenado a la fundación a pagar 5.755 euros a los tres trabajadores, sitúa a Menacho como el cerebro del entramado y así deja constancia en su fallo. El juez argumenta que Menacho "de manera intencionada, insidiosa, aprovechando su situación de superioridad y la debilidad que conllevaba para los trabajadores el peligro de no obtener el puesto de trabajo, maquina un sistema que obliga al trabajador a aceptar a donar un 25% de su salario a cambio de trabajar un 25% menos". Estas líneas extraídas de manera literal de la sentencia exponen de manera bastante dura el procedimiento de actuar del expresidente de Juventudes Socialistas, al que se refiere en algunas ocasiones como el empresario.
El juez dice literalmente que el joven "maquina" este sistema para darle apariencia de legalidad, aunque la realidad es que "no existe causa legal para haber procedido a tales devoluciones". Las mordidas, según el magistrado, se produjeron "por la voluntad coactiva y amenazante de la empresa". De hecho, se aceptan las cantidades reclamadas por los trabajadores a pesar de que algunas se entregaron en mano y no hay documentos que lo acrediten porque, apunta el juez, "ha sido el comportamiento opaco y oscurantista" de la fundación "lo que dificulta la prueba", aunque se da por válidas después de toda la instrucción. En la sentencia el magistrado reconoce que ni siquiera ha habido oposición por parte de Guadalquivir Futuro hacia las cantidades que se reclamaban.
El fallo da la razón a los trabajadores y justifica el que abonaran las donaciones por el "miedo" de perder el trabajo o que cambiaran sus condiciones. "No tuvieron más remedio que aceptar la propuesta", apunta incluso la sentencia.
A pesar de que existía un documento de donación voluntaria, el magistrado explica que esto no era "más que parte del fraude para ocultar la ilegalidad". Este fue el "invento" de Menacho tras las quejas "lógicas" de algunos trabajadores, que se quejaron de tener que tributar por una cantidad que realmente no percibían. Con este justificante de donación gratuita "al menos podían conseguir para los trabajadores el beneficio fiscal que conllevan".
La sentencia que condena por lo social a la Fundación Guadalquivir Futuro es firme y sobre ella no cabe recursos de súplica ya que las cantidades a devolver a cada uno de los trabajadores es inferior a 3.000 euros.
Como ya avanzó este periódico, "los trabajadores, tras ser seleccionados por la oficina de empleo, acudían a una entrevista "y en ese momento se les informaba a la mayoría de ellos que, aunque en el contrato de trabajo se indicaba una jornada de 40 horas semanales, en realidad iban a trabajar 30 horas, cobrando el importe de las horas realmente trabajadas". Tal información, apunta el juez en el apartado de hechos probados, "era facilitada por Cristian Menacho en entrevista privada con los trabajadores". Algunos empleados no aceptaron la propuesta, por lo que Menacho llegó "a amenazar a alguno de ellos con la pérdida del puesto de trabajo". El juez da el nombre de esta empleada que fue amenazada y de otra que fue despedida "por negarse a tal reducción". El resto aceptó esta cláusula porque lo entendieron como una condición "necesaria si querían trabajar".
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