Expertos creen que los bosques podrían tardar medio siglo en regenerarse
El matorral mediterráneo podría crecer en cuatro o cinco años pero encinas y alcornoques no se recuperarán hasta décadas más tarde · Piden mayor vigilancia en el monte
Al margen de la tragedia personal, demasiado dolorosa para aquellos que han visto cómo sus casas, sus vidas, han quedado reducidas a cenizas, está la catástrofe ecológica. El incendio que arrasa el noroeste de la provincia desde la tarde del jueves ha dañado bosques que podrían tardar medio siglo en regenerarse. Aunque "aún hay que ser cautos" y evaluar en profundidad la zona cuando las llamas se apaguen, los expertos aseguran que se trata de "una tragedia" que tardará tiempo en cicatrizar.
El catedrático de Geografía Física José Damián Ruiz Sinoga considera que las especies afectadas más nobles, como por ejemplo encinas y alcornoques, podrían tardar "no menos de 50 años en regenerarse", aunque todo depende de si el terreno "se ha quemado o se ha calcinado, una diferencia muy importante desde el punto de vista ecológico".
Para Ruiz Sinoga, si el fuego se ha propagado con rapidez puede que el suelo no esté tan afectado como se cree y las posibilidades de recuperación son mayores. No obstante, si las llamas no avanzan y se registran temperaturas altísimas en la zona, "el suelo pierde totalmente su humedad y su estructura y se convierte en un suelo que tiende a ser arenoso", comenta el catedrático de la UMA.
En cuanto al pino, "con el calor se abren sus piñas y propulsan los piñones a su alrededor. Si las primeras lluvias no son agresivas esos piñones van a regenerar en el suelo y se podría hacer repoblación espontánea", explica Ruiz Sinoga. Aunque es algo para lo que habría que esperar más de 15 años. El profesor de Biología Vegetal de la UMA Andrés Vicente Pérez Latorre afirma que los daños son "casi incuantificables en el aspecto material" ya que "una catástrofe de esta magnitud pone el contador a cero y la vida tiene que volver a colonizar la zona".
A pesar de todo, Pérez Latorre quiere aportar un punto de optimismo y subraya que "la vegetación mediterránea están bastante bien adaptadas a regenerarse después del fuego". La esencia de estos bosques es el matorral, que en cuatro o cinco años y dependiendo de las lluvias podría volver a ser lo que era hace dos días. Aunque algunas especies podrían desaparecer "por muchos años". En algunos lugares hará falta la mano del hombre, la reforestación, para volver a resurgir, pero en otros, para este profesor lo más útil y barato es que se deje seguir su curso a la naturaleza.
"Si no hay riesgo para las personas, hay que dejar a la vegetación evolucionar y, simplemente, quitar el pastoreo", considera el experto, que apunta que los "alcornoques son capaces de rebrotar desde las ramas, si hemos tenido suerte y tenían aún el corcho puesto se salvarán muchos". Las encinas, lo hacen desde las raíces pero si las temperaturas no han sido demasiado elevadas.
José Ángel Carrera, ingeniero de montes y antiguo director regional de Icona, conoce bien cada palmo del terreno y lamenta el "desastre ecológico" producido cuando la vegetación se hallaba en el máximo nivel de estrés hídrico tras un año muy seco, como apunta Ruiz Sinoga. De ahí, las nefastas consecuencias. "En un año tan seco, el matorral está casi a punto de ignición y cualquier negligencia, un cigarrillo mal apagado, una colilla en la cuneta, puede provocar la catástrofe", incide José Ángel Carrera.
Para este ingeniero de montes hay pinares afectados que "difícilmente se recuperarán" y otras zonas que "hay que esperar años a que haya una recuperación de la vegetación". Lo triste, asegura, es que "no acabamos de enterarnos los humanos de lo importante que es este patrimonio para todos". Patrimonio que llevará el viento o las lluvias monte abajo en forma de cenizas.
El profesor Pérez Latorre también destaca dos puntos críticos a tener en cuenta en las próximas actuaciones forestales, la sierra de Mijas y la Alpujata. "La roca es peridotita en Alpujata y dolomía en Mijas, son rocas especiales que no crean suelo y las plantas lo tienen mucho más difícil para regenerarse", añade.
Para este experto, la lucha contra estas catástrofes medioambientales pasa por una mayor vigilancia en el monte. "El problema creo que es de vigilancia y de presencia en los montes para intimidar y evitar que se produzcan los daños, debería haber mucho más control en los montes, mucho más personal antes de tener que llegar a la situación de evacuar a un pueblo entero", sostiene el profesor de Biología Vegetal, que critica el "urbanismo disperso" en los entornos forestales de la Costa del Sol.
También destaca que "Andalucía posiblemente tenga el mejor dispositivo contra incendios, pero en situaciones adversas nadie lo puede parar", por lo que hay que evitar con la vigilancia "las negligencias y las malas ideas" que dan al traste con riquezas naturales de incalculable valor.
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