La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Esperanza Gómez | Senadora de Adelante Andalucía
–¿Por qué cambia el Parlamento de Andalucía por el Senado?
–El Senado es una Cámara de representación territorial y estamos en un momento muy complicado desde ese punto de vista. Soy constitucionalista y he trabajado en el federalismo, por lo que encajaba allí. Creo que se va a discutir sobre la forma territorial del Estado, aunque quizás no haya acuerdo. Defender allí la posición de Andalucía me parece fundamental
–¿Teme que las elecciones del 28 de abril retrasen el funcionamiento del Senado?
–Tenía ganas de empezar a trabajar. Espero que haya un resultado óptimo para Podemos y que se conforme pronto un Gobierno.
–¿Confía en un buen resultado de Podemos en el Senado?
–La fase de encadenar mayorías absolutas del PP en el Senado ha terminado. La fragmentación de la derecha va a tener incidencia en el Senado por su sistema mayoritario. Vamos a poder hacer muchas más cosas que antes.
–Hay una imagen del Senado muy negativa en la sociedad.
–Tenemos un bicameralismo imperfecto. El Congreso toma decisiones que el Senado a veces no puede contradecir. Pero hay menos ruido mediático y hay decisiones muy polémicas que se han tomado en el Senado para evitar el ruido delCongreso A veces se hacen cosas más importantes de las que nos llegan mediáticamente.
–El Senado está pensado como Cámara territorial, pero no es así.
–La Constitución deja indefinida la cuestión territorial. No deja previsto ni cuantas comunidades autonómas hay. El componente territorial del Senado hay que hacerlo valer. Como senadora autonómica tengo que llevar los intereses de Andalucía a las cuestiones que sean competencia estatal.
–Vox puso en duda su idoneidad como senadora por sus defensa de "la república federal".
–Creo que la idoneidad no tiene que ver con cuestiones políticas. En su momento no pude decirle que yo, al menos, sí defiendo el Estado de las autonomías. No está entre mis planes, pero si se discute una reforma constitucional la república federal me parece una buena forma de Estado.
–¿Confía en que se abra el melón de la reforma constitucional?
–Espero que sí. Hace falta una reforma en muchos puntos y me encantaría que me pillara en el Senado. Pero me parece complicado. Nos da un miedo reverencial reformar ese texto. Creo que se podría intentar una reforma y si no hay mayoría suficiente, no aprobarla. Iniciar el procedimiento requiere una mayoría muy amplia, pero cuando le interesa a la derecha reforma la Constitución por la puerta de atrás. Decir que no hay consenso es una manera de impedir que se debata.
–A nivel de partido, ¿comparte la salida de Carmen Lizárraga del partido y el Parlamento?
–Que se haya ido me parece triste. Perdemos todos. Pero yo, al contrario que ella, sí me he visto escuchada cuando hemos debatido en la Ejecutiva. Aunque nuestras posiciones no salgan adelante porque estamos en minoría.
–Se encuadra en el espacio más cercano a Íñigo Errejón.
–La palabra corriente no me gusta, pero en el fondo es lo que somos. Trabajamos no desde la confrontación, sino desde la colaboración y defendemos una posición más trasversal. Nuestra forma de hacer política se aleja un poco de los postulados clásicos de izquierda y derecha. Somos menos identitarios y más prácticos.
–¿Ese espacio electoral existe en Andalucía?
–La irrupción de Vox ha sido una mala noticia, pero nos han demostrado que hay personas que no han votado al PSOE y no se han visto conminadas a votar Adelante Andalucía, pero están ahí. Queda trabajo para seducirlas, que confíen en nosotros como un partido que defiende a Andalucía, su legado, desde la izquierda, con una visión progresista que defiende a la gente con menos recursos.
–Eso choca con las visiones que sitúan a Podemos como un partido radical de extrema izquierda.
–A quien piensa eso le diría que mire nuestras iniciativas en el Parlamento. Hemos hecho medidas pensando en la mayoría de la población . En esa visión influye el PSOE, que veía un competidor serio en nosotros después de treinta y tantos años sin iniciativa.
–¿Tienen un problema de comunicación?
–Creo que sí. Nuestro trabajo en el Parlamento no ha llegado a la mayoría. Nuestras iniciativas no tiene nada que ver con la izquierda radical. Eran medidas de sentido común de regeneración democrática y reducción de la desigualdad.
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