Editorial: La prioridad debe ser Andalucía

28 de mayo 2014 - 01:00

EL batacazo del PSOE en las elecciones europeas del pasado domingo y el triunfo del PSOE andaluz en su ámbito territorial han situado a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ante una de las encrucijadas más importantes y delicadas de su ya larga carrera política. A nivel federal, el PSOE ha entrado en una profunda crisis y ha quedado descabezado tras la coherente decisión de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, de abandonar este cargo y convocar un congreso extraordinario para la elección de su sucesor y de un nuevo equipo de dirección. Precisamente la victoria del socialismo andaluz -más de nueve puntos por encima del PP, que le había derrotado en las tres últimas confrontaciones electorales- ha hecho que numerosos dirigentes y muchos militantes hayan vuelto sus ojos hacia el sur. Bajo la batuta de Susana Díaz, el PSOE de Andalucía mantiene su fortaleza electoral en esta comunidad, supone el mayor poder institucional en manos del socialismo español en horas bajas y representa casi una tercera parte de su militancia (por tanto, de sus delegados al congreso previsto para julio). Toca a Díaz decidir en completa soledad, aunque está recibiendo numerosos consejos y presiones, si presenta su candidatura a la Secretaría General socialista o si se limita a hacer valer su peso orgánico y político para decidir en buena medida la identidad del sustituto de Rubalcaba. Una mezcla de legítima ambición personal y servicio al partido en el que milita desde la adolescencia podría llevarla a la aceptación de su candidatura y el abandono de la Junta de Andalucía. Es una situación negativa porque el PSOE tendría que explicar la anomalía que supone que la Junta haya tenido cuatro presidentes socialistas en cinco años (y la mitad sin haber sido refrendados por el voto ciudadano) y que estos cambios han sido motivados siempre por razones partidistas. Existe otra opción, pero es aún peor: que Susana Díaz pretenda compatibilizar el liderazgo del PSOE federal, que le está siendo ofrecido en bandeja, con su cargo institucional de presidenta de la comunidad autónoma andaluza. Creemos que su prioridad debe ser Andalucía. Es a lo que se comprometió con solemnidad cuando fue elegida por el Parlamento regional para sustituir a José Antonio Griñán, que tampoco respetó su mandato. Y sólo han pasado ocho meses desde que tomó posesión. "A día de hoy" el compromiso de Díaz es con Andalucía, subrayó ayer el portavoz de la Junta. Hace falta que despeje pronto la incógnita sobre cuál será su compromiso el día de mañana (próximo). O Secretaría General del PSOE o Presidencia de Andalucía. Los dos cargos no se pueden simultanear sin fallar a los deberes de alguno de ellos o de los dos a la vez.

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