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El 79% de las aves acuáticas de Doñana presenta un "declive muy dramático"

La Estación Biológica de Doñana constata la grave reducción de vertebrados en el espacio natural, a consecuencia de la larga sequía y de las temperaturas más altas desde que hay registros

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La laguna Santa Olalla se secó por segundo año seguido, algo que no había sucedido nunca. / M. G.

El 79% de las especies de aves acuáticas que habitan en Doñana presentan "un declive dramático en los últimos 10 años". Dos de las especies más significativas de peces de este espacio natural -la anguila y el salinete- no se han encontrado en el último año, y las poblaciones de conejos y de carnívoros también registran descensos significativos. La causa de esta importante regresión en la biodiversidad del parque más importante de España se debe a una sequía acumulada, las altas temperaturas y la sobreexplotación de los acuíferos que lo nutren. Estos son algunos de los datos del estudio Estado de la biodiversidad en DoñanaEstado de la biodiversidad en Doñana, elaborado por la Estación Biológica de Doñana-CSIC, que ha sido presentado este jueves en Sevilla.

Javier Bustamante, Eloy Revilla y Rocío Fernández, hoy, en la Casa de la Ciencia de Sevilla . / Sara adán Pérez/EBB

La caída de las poblaciones de aves acuáticas se debe a la regresión de su medio natural. Doñana sufrió en 2023 un año "muy seco y cálido", con la mayor temperatura media anual registrada en la serie histórica, y vio cómo sus lagunas permanentes llegaron a secarse. Después de una década con precipitaciones por debajo de la media, el último año hidrológico -de septiembre de 2022 hasta agosto de 2023-, se ha caracterizado por "ser muy seco y cálido". Con apenas 330,4 mm por metro cuadrado registrados, es el segundo con menor precipitación anual de la última década tras el de 2021-2022.

Las aves acuáticas se censan en Doñana mensualmente mediante censos aéreos y terrestres desde el año 1973. En enero, el censo se realizó de manera simultánea en toda Europa como parte del Censo Internacional de Aves Acuáticas coordinado por Wetlands International. El número de individuos censados en este mes fue de 206.859, la décima peor cifra para estas fechas de toda la serie histórica, que abarca 60 años.

Estas cifras son algo superiores a las de enero del año anterior, pero se explican en gran medida por las precipitaciones caídas durante el mes de diciembre de 2022, que provocaron que la marisma presentara una lámina de agua somera y que permitió que las aves se asentaran en la zona ya en esas fechas. Aún así, el número de aves censadas, supone tan sólo una tercera parte de la invernada en un año bueno. Destaca la situación del ánsar común (Anser anser), especie emblemática en Doñana, que ha registrado este año la cifra más baja de su historia con 9.588 ejemplares.

Evolución de la abundancia de aves. Fuente: Estación Biológica de Doñana. / Dpto. de Infografía

El director de la Estación Biológica, Eloy Revilla, ha señalado en la presentación del informe que "lo que nos muestran los datos de este informe es que hay una serie de sistemas, sobre todo, los más dependientes del agua en Doñana que están en mal estado". Tal y como ha detallado Revilla, "hay una serie de cambios que se están produciendo en las lagunas, la vegetación y en las especies que dependen de la disponibilidad de agua, como es el caso de las aves acuáticas, que muestran una regresión y un mal estado de conservación a consecuencia de esa falta de agua y del aumento de la temperatura".

En el caso de las rapaces, el milano real (Milvus milvus) invernante sigue presentando un declive importante, con un censo de 120 ejemplares. Por su parte, el aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) no ha llegado a reproducirse este año y su población invernante ha sido censada en 213 individuos, el valor más bajo de toda la serie histórica. Otro ejemplo sería el halcón peregrino (Falco peregrinus) cuya población sigue también una tendencia negativa. Este año solo se han contabilizado tres parejas.

Los mamíferos también cuentan con actuaciones de seguimiento específicos. El conejo sigue presentando unas abundancias muy bajas respecto a las registradas en Doñana en otros años. La liebre ha presentado una leve disminución, mientras que el ciervo registra una tendencia creciente y el jabalí se mantiene estable.

En general, 2023 ha sido un mal año para todos los carnívoros en Doñana. El zorro sigue siendo el carnívoro más abundante, y le siguen el tejón y el meloncillo. Las abundancias relativas de la gineta y el lince oscilan, mientras que los gatos monteses y las nutrias son las especies menos abundantes.

Rocío Fernández Zamudio, coordinadora del Equipo de Agua y Medio Terrestre del Programa de Seguimiento de Procesos Naturales, ha apuntado a que “2023 ha sido el año más cálido de toda la serie histórica desde que comenzamos a recoger datos en los años 70. Hemos registrado datos muy bajos de precipitaciones en Marismas con una tendencia decreciente muy acusada. En las lagunas el efecto de no haber tenido precipitaciones se suma al nivel tan bajo del acuífero lo que hace que el agua no emerja, una situación que también ha afectado a los organismos vinculados a estos sistemas acuáticos”.

Anfibios y peces

En cuanto a anfibios y peces, estos siguen presentando tendencias "negativas". En el caso de los peces, hay tres especies autóctonas cuya distribución en el Espacio Natural de Doñana es "muy restringida": la anguila que está en peligro de extinción y que "no ha aparecido en ningún punto muestreado"; el salinete (Aphanius iberus), endemismo ibérico en peligro de extinción, tampoco ha podido ser localizado; y la colmilleja (Cobitis paludicola), calificada como vulnerable, sólo ha aparecido en la laguna de los Mimbrales.

Evolución de la variedad de peces. Fuente: Estación Biológica de Doñana. / Dpto. de Infografía

La situación de los anfibios también es preocupante. Casi todas las poblaciones de especies de anfibios presentes en Doñana continúan con una tendencia negativa. Además, 2023 ha sido un año con uno de los números de mariposas más bajos por censo. Las bajas precipitaciones y las elevadas temperaturas posiblemente han afectado negativamente a este grupo.

Ante estos resultados, el director de la Estación Biológica ha concluido que para muchas de las especies y sistemas de los que hay datos "es el peor año", toda vez que ha señalado que se están observando "cambios a nivel de ecosistemas, comunidades, poblaciones y riqueza de especies muy importantes, muy intensos".

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