Doñana, el Muro de Berlín y los acuerdos de paz con el IRA

Las estancias de los principales mandatarios europeos del siglo XX en el parque contribuyó a sus proyección internacional

Doñana intenta recuperar la madre de las marismas

La ley de regadíos, a la despensa

José María Aznar, Tony Blair y sus familias en Doñana, pocas horas después de la firma de los acuerdos de paz en Irlanda del Norte. / EFE

Doñana excede los límites de Andalucía y de España, el grado de proyección que ha alcanzado la polémica sobre la nueva ley de regadíos -ahora en suspenso- no se entiende sin este carácter internacional, al que han contribuido dos ex presidentes del Gobierno: Felipe González, que fue el pionero en veranear en el parque, y José María Aznar. Los siguientes presidentes, José Luis Rodríguez Zapetero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, también han pasado algunas temporadas en el palacio de las Marismillas, que es la sede habilitada como residencia oficial.

Varios de los nombres que construyeron el mundo después de la caída del Muro de Berlín pasaron por Doñana. Más allá de su importancia natural, este parque ha sido morada de algunos de los dignatarios más célebres del siglo XX: Mijaíl Gorbachov, último presidente de la Unión Soviética; Helmut Khol, artífice de la reunificación alemana; Tony Blair, primer ministro británico y firmante de la paz con el IRA, y Francois Miterrand, primer presidente socialista de Francia tras la Segunda Guerra Mundial.

Felipe González con Helmut Khol. / EFE

El Parlamento andaluz tiene editado un libro, Viajeros de Doñana, en el que se reproducen algunas de las firmas y dedicatorias que estos insignes huéspedes dejaron en los libros de visitas del palacio de Doñana y de las Marismillas. Están acompañadas de las las fotografías de José Pérez de Ayala, el cicerone, ya fallecido, que acompañó a estos mandatarios.

Tony Blair llegó a Doñana pocas horas después del Viernes Santo de 2008 en el que se firmaron los acuerdos de Stormont, que supusieron la desaparición del IRA. Aznar había invitado a la familia de Blair esa Semana Santa; en Inglaterra había algunas amenazas que se podían cumplir si no se llegaba a un acuerdo sobre Irlanda del Norte. Cuando Blair llegó, el dueño del Mirador en Bajo de Guía se le acercó con unas copas y una botella de manzanilla, y ésa fue la foto que dio la vuelta al mundo.

Aznar fue el segundo presidente que comenzó a pasar vacaciones en Doñana. Felipe González fue quien inauguró esta tradición que también ha seguido José Luis Rodríguez Zapatero, aunque tanto este último como Aznar residieron en el palacio de las Marismillas, un edificio más cercano a Sanlúcar, donde la imponente mesa que hay en una de sus dos estancias sirvió para exponer el cuerpo del anarquista Buenaventura Durruti después de caer de un tiro en la Ciudad Universitaria de Madrid. Y es que la mesa provenía de un palacio que la familia Morenés -antigua propietaria de Marismillas- poseía en Madrid y que fue incautado durante la Guerra por la CNT.

González llevó a las marismas a algunos de los líderes que forjaron la nueva Europa. Volvió al parque muchas veces después de dejar de ser presidente. Aznar no repitió. Algunas de las personas que han dejado su impronta en los libros de visitas ya ha desaparecido, caso del catedrático Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA, o de Loyola de Palacio, ex vicepresidenta de la Comisión Europea.

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