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Susana Díaz saca del Gobierno a los consejeros más cuestionados

Remodelación del Gobierno andaluz

Marina Álvarez sustituye en Salud a Aquilino Alonso y la sindicalista Sonia Gaya dirigirá Educación, de donde sale De la Calle.

También cambian los titulares de Agricultura, Empleo y Justicia, de la que pasa a ocuparse Rosa Aguilar

Susana Díaz con Jiménez Barrios, Miguel Ángel Vázquez y Mario Jiménez. / Juan Carlos Muñoz
Juan Manuel Marqués Perales

08 de junio 2017 - 23:19

Susana Díaz acometió este jueves por la noche un cambio de Gobierno con renovación en seis de las 13 consejerías, aunque la estructura del Ejecutivo queda intacta y los nombres más importantes seguirán siendo los mismos. Con una gran excepción, la presidenta de la Junta ha cambiado a los titulares de los dos departamentos más señeros de un Gobierno socialista, los de Educación y Sanidad. La Junta ha tenido graves problemas de contestación en las provincias de Granada y de Huelva a causa de las fusiones hospitalarios. Aquilino Alonso, el consejero de Salud, ha sido sustituido por Marina Álvarez, que ha sido la gerente del hospital Reina Sofía de Córdoba, uno de los más importantes de la comunidad. Alonso estaba muy desgastado debido a esta crisis, que ya le costó el puesto a su viceconsejero y al gerente del SAS. Hay cambio, pero la sustitución viene de la mano de una persona de la casa. Una profesional de prestigio en la medicina cordobesa. En Educación también había problemas, más graves que en Salud, aunque no habían aflorado. La malagueña Adelaida de la Calle, ex rectora de la Universidad de Málaga, deja este departamento en sustitución de Sonia Gaya, una mujer que proviene de la UGT y que da buena cuenta de la conflictividad que se intenta evitar en este sector.

Sonia Gaya ha sido responsable de la federación de enseñanza de la UGT y formó parte después del equipo de Carmen Castilla en el área institucional. Se trata, pues, de una negociadora que conoce muy bien a un sector que, tradicionalmente, ha sido cercano al PSOE.

Una de las quejas de la presidenta con algunos miembros de su equipo es que se "habían puesto de perfil" en muchos conflictos o no los habían visto venir. Estos dos consejeros vienen a solucionar este problema.

Susana Díaz acomete estos cambios tras la derrota en las primarias socialista, pero en esta ocasión no ha buscado fichajes mediáticos, sino perfiles técnicos y de la propia Junta. De Agricultura sale la almeriense Carmen Ortiz, y es sustituido por otro dirigente de esta provincia: Rodrigo Sánchez Haro, que ha sido teniente de alcalde de Turre y parlamentario en la Cámara autonómica. También se marcha el consejero de Empleo, el catedrático malagueño José Sánchez Maldonado, que ha tenido que lidiar con uno de los departamentos más complicados, debido a la herencia que dejaron los casos de los ERE y de los cursos de formación. Es sustituido por Javier Carnero, gerente de la empresa de Turismo Andaluz. Carnero forma parte del círculo reducido de amistades del consejero de Turismo, Javier Fernández, una de las personas más cercanas a Susana Díaz en el Gobierno andaluz.

Sonia Gaya es una negociadora, fue la líder de la federación de educación de UGT

Javier Carnero había sido alcalde de Benalmádena y, posteriormente, delegado provincial de Medio Ambiente, pero tuvo que ser dimitido por un caso de malversación de caudales públicos en sus tiempos de primer edil. El asunto fue archivado sin que fuese necesario abrir juicio.

El fiscal Emilio Llera sale de la Consejería de Justicia e Interior, donde Susana Díaz ha enviado a Rosa Aguilar, la ex ministra y ex alcaldesa de Córdoba. Aguilar ha pasado por la Consejería de Cultura sin dejar huella política, inusual en una mujer de fuerte liderazgo en otros departamentos. Llera ha sido una persona respetada en este departamento, un heterodoxo de la política, que sin embargo ha hecho servicios muy importantes a la presidenta en un campo difícil.

A Rosa Aguilar le sustituye en Cultura quien han sido el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez. Este periodista se ha convertido en una de las personas de confianza de Susana Díaz, le ha acompañado estos años en el Gobierno, pero también en los meses de su campaña electoral para las primarias socialistas. Vázquez, como Aguilar, tiene un perfil político que Díaz aprovechará si así lo desea, y es que buena parte de la poca proyección de los consejeros se deriva de la fuerte imagen de la presidenta. Otro periodista, el sevillano Juan Carlos Blanco, será el portavoz del Gobierno a partir de ahora.

Las grandes consejerías siguen en manos de algunos de los clásicos, de ahí que no haya que esperar muchos cambios. María Jesús Montero seguirá dirigiendo la Consejería de Hacienda, ella es la única que ha estado en gobiernos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. El vicepresidente Manuel Jiménez Barrios consolida su poder como único vicepresidente del Ejecutivo de Díaz. En caso de que la presidenta hubiese marchado a Madrid al ganar las elecciones primarias, él hubiese sido el sustituto inmediato.

Jiménez Barrios consolida su poder al seguir siendo el único vicepresidente

Antonio Ramírez de Arellano sigue al frente de Economía y Conocimiento. El ex rector de la Hispalense se ha revelado como un colaborador político de Díaz en asuntos que no sólo son de su departamento. Su última iniciativa ha sido el proyecto de bonificación de las matrículas para los universitarios que aprueben en cada curso. También conserva el cargo María José Sánchez Rubio, consejera de Igualdad y de Políticas Sociales. Éste es el tercer Gobierno de Susana Díaz, sustituye al que salió tras las elecciones autonómicas de marzo de 2015. Su primer Ejecutivo fue el que heredó de Griñán al dimitir, aunque sacó del gabinete a todos los consejeros que pudiesen ser imputados por el caso de los ERE, lo que finalmente ocurrió.

El nuevo gabinete comenzará a trabajar este mismo viernes. En las próximas semanas se esperan cambios en los siguientes niveles, en especial en la representación en algunas provincias, así como en varias direcciones generales y viceconsejerías.

El Consejo de Gobierno toma posesión este viernes

Éste es el tercer gobierno que encabeza Díaz desde septiembre de 2013, cuando accedió a la Presidencia de la Junta tras la dimisión de José Antonio Griñan. Los cinco nuevos consejeros así como Rosa Aguilar, que cambia de cartera, tomarán posesión hoy en el palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta. Una vez que sus nombramientos sean oficiales, el se reunirá el Consejo de Gobierno. Está previsto que sea entonces cuando se nombren a los viceconsejeros y secretarios generales. La toma de posesión tiene lugar en salón de los Espejos, y después cada uno de ellos acudirá a las consejerías donde se escenificará el traspaso de poderes. Todas las consejerías mantienen su denominación respecto al actual gabinete, que se constituyó el 17 de junio de 2015 compuesto por catorce consejerías, tres más que el anterior. En aquella ocasión incorporó ocho nuevos nombres, entre ellos dos independientes, los rectores de las universidades de Sevilla y Málaga, Antonio Ramírez de Arellano y Adelaida de la Calle, la ex ministra Rosa Aguilar y los delegados de la Junta en Sevilla y Huelva, Francisco Javier Fernández y José Fiscal. Manuel Jimenez Barrios acumuló entonces a su cargo de consejero de Presidencia la Vicepresidencia de la Junta.

Un viraje para solucionar los problemas en Sanidad y Educación

En los últimos meses se acuñó un término, principalmente desde las filas de la oposición -aunque también, en privado, en el mismo seno del PSOE-, para referirse a algunos de los consejeros que desde anoche cuentan ya con el prefijo ex, los "achicharrados". Se trata de miembros del Ejecutivo de Susana Díaz que, atisbando la más que cantada crisis de Gobierno que se produjo finalmente anoche, daban por hecha su salida desde hacía algunas fechas. Aunque el PP, en su lógica estrategia de bombardeo directo contra la presidenta, adjudica a ésta las quemaduras más graves, han sido sobre todo Aquilino Alonso, en Sanidad, Emilio de Llera, en Justicia, Adelaida de la Calle, en Educación, y José Sánchez Maldonado, en Empleo, tuvieron que bregar con departamentos zarandeados por situaciones conflictivas que minaron la gestión de sus titulares. Díaz ha optado por abrir la puerta de estas consejerías para propiciar su salida y dar entrada a caras nuevas, renovar el aire e intentar recuperar el músculo, de maner especial en las áreas educativa y sanitaria, señeras en un Gobierno socialista.

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