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Coves recrimina a los parlamentarios el "espectáculo lamentable"

La sesión plenaria culmina en un enfrentamiento abierto entre socialistas y populares

José Muñoz, parlamentario socialista.
M. B. / Sevilla

22 de julio 2011 - 05:03

"¡Alcaldes, sí; ERE no!". Así acabó el Pleno. Lo coreaban los parlamentarios del PP al término de la sesión, que saltó en mil pedazos con la intervención del diputado socialista José Muñoz. Él fue el encargado de repeler a la portavoz popular, Esperanza Oña, que antes había golpeado con tenacidad y dureza los órganos vitales del PSOE: Griñán, Moreno, Díaz, Jiménez, Vázquez... Todos ellos recibieron de la también alcaldesa de Fuengirola, que trufó su intervención de "tarjetas Visa oro" engordadas con fondos, los "millones" que Griñán gasta sin explicar, "el falso disfraz de pobre" de la consejera de la Presidencia, la indecente oposición socialista a crear comisiones de investigación. Oña también refrescó la memoria con el diario de sesiones del 9 de junio, cuando Griñán apeló al consenso y la unanimidad absoluta para modificar el número de diputados de la Cámara y la condición de sus miembros.

Así que Muñoz afiló los dientes. Y el orden del día, que se abrió con el ceremonial del juramento o promesa de cuatro nuevos diputados, se tornó en pajarraca. Los diputados populares saltaron de sus bancos cuando el orador socialista puso en solfa la dedicación y el trabajo, tanto en su condición de alcaldes como de parlamentarios, de los alcaldes de Sevilla, Huelva y Jerez, Juan Ignacio Zoido,Pedro Rodríguez y María José García Pelayo.

Muñoz contrarrestaba así las acometidas que había sufrido antes no sólo el Grupo Socialista al completo, sino muy directamente su jefe de filas, José Antonio Griñán, a quien exigieron la dimisión a lo largo de toda la sesión los parlamentarios del PP que subieron al estrado. Todos ellos le recordaron al presidente andaluz el caso de "corrupción más grave" de toda la historia de la autonomía: el de los ERE fraudulento.

El portavoz socialista apenas logró avanzar en su disertación. La presidenta del Parlamento llamó al orden a varios diputados populares, Oña entre ellos, y conminó reiteradamente a Muñoz a que pusiera fin a su discurso, en el que calificó de "obscenos" los argumentos del PP.

El cariz que tomó la bronca llevó a Coves a emular a su homólogo en el Senado, Javier Rojo, y espetó a los parlamentarios: "Estamos dando todos un espectáculo lamentable del que nos avergonzaremos cuando veamos las imágenes". Los socialistas aplaudían a su compañero Muñoz, que dejó la tribuna contrito e indignado.

Y Coves echó el cierre.

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