La Consejería de Empleo pidió "no dejar rastro" de la revisión de los ERE

Una ex asesora revela que limpiaron tazas y copas y que recogieron la basura para que no se conociera que habían estado trabajando un fin de semana.

Jorge Muñoz / Sevilla

20 de marzo 2012 - 05:04

Una ex asesora de Empleo ha asegurado a la Guardia Civil que el director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta, Daniel Alberto Rivera, le pidió que "no dejaran rastro" de la labor de revisión de los expedientes de los ERE que se llevó a cabo durante un fin de semana, para lo cual fregaron tazas y copas usadas, y recogieron la basura antes de que llegaran los funcionarios al lunes siguiente.

La ex asesora María José Rofa sostiene en su declaración ante los agentes que investigan el escándalo de los ERE por orden de la juez Alaya, que el sábado 20 de noviembre y el domingo 21 estuvieron revisando los expedientes y que una vez acabado el trabajo se limpiaron "todas las mesas, vasos, botellas y papeles". Rofa dijo que el equipo directivo de la Consejería de Empleo que estaba presente en ese momento -cita expresamente a Daniel Alberto Rivera, el jefe de gabinete, Rafael Calvache, la directora gerente del SAE, Alejandra Rueda Cruz, y la delegada de empleo en Sevilla, Aurora Cosano- les pidieron a ella y a la secretaria que "quitaran todas las pistas y trazos de que habíamos trabajado el fin de semana".

Según la ex asesora, "ellos mismos ordenaron los listados y dejaron los expedientes relevantes revisados en los armarios de la sala de reunión bajo llave", mientras que la secretaria y ella misma se encargaron de fregar "todas las tazas, copas usadas en el cuarto de baño" y de recoger toda la basura de botellas de agua y papeles, y todo se colocó en una papelera grande del cuarto de café "para que el retén de limpieza de las 7:00 lo vaciara antes de que llegase la secretaria funcionaria". En esa declaración, la ex asesora explica que se trató de una labor para ocultar que habían estado trabajando ese fin de semana: "No fregamos y limpiamos las mesas normalmente nosotras, era un dejar todo sin rastro", recoge la declaración del relato de los hechos que la propia María José Rofa entregó a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil cuando fue citada a declarar como imputada.

Rofa añadió que el diputado del PSOE y ex asesor de la dirección general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta Ramón Díaz le llamó ese domingo 21 de noviembre en dos ocasiones. En la primera le preguntó si estaba en la Consejería -le dijo que no, que estaba en el campo con su hijo- y luego por la noche le dijo que habían estado "más de 15 personas revisando expedientes en la Consejería de empleo" y le preguntó si había "más expedientes con problemas", a lo que respondió que no lo sabía. "Me hizo saber que me llamaba estando en la sede del partido y no solo", concretó Rofa, que afirmó que la conversación fue desagradable porque Díaz le preguntó sobre quién creía que estaba "pendiente de estos temas allí".

El relato de hechos de María José Rofa también aporta otro dato de interés, por cuanto esta imputada sostiene que en la revisión de expedientes que se llevó a cabo ese domingo estuvieron presentes el actual consejero y viceconsejero de Empleo. "Cuando estaba ayudando a Daniel Alberto Rivera a poner en un informe el contenido de los expedientes revisados llegaron el consejero, Manuel Recio (era la primera vez que me encontraba con él) y el viceconsejero, Justo Mañas (al saludarme le dije al oído 'sabíamos que esto iba a pasar', hablaba de las reuniones con él antes del nombramiento de Rivera)".

Todos los altos cargos se encerraron en la sala de reunión mientras la ex asesora seguía viendo los expedientes. Según Rofa, "las voces en la sala de reunión subieron de tono" y, a continuación, le pidieron que reelaborara la lista de expedientes vivos por provincias, que se hizo en su ordenador pero se guardó en un lápiz de memoria del director general Daniel Alberto Rivera. Cuando se marcharon, se introdujeron todos los datos en un informe que estaba preparando el jefe de gabinete y los expedientes vistos se guardaron en los armarios de la sala de reunión, junto "con todos los listados preparados, los antiguos y los nuevos".

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