Condenan a dos años de prisión a la mujer de Santiago del Valle por falso testimonio
Caso Mari Luz
El juez considera probado que mintió "consciente y voluntariamente" en el juicio del caso Mari Luz.
Isabel García faltó a la verdad "consciente y voluntariamente, con conocimiento de que la falsedad está castigada en el Código Penal" y con un interés personal claro: exculpar a su esposo, Santiago del Valle, condenado por el asesinato de Mari Luz Cortés, e inculpar a su cuñada, Rosa del Valle. El juez ratifica en su sentencia que la esposa de Del Valle mintió deliberadamente y la condena a dos años de cárcel y ocho meses de multa (tres euros al día) por un delito de falso testimonio en causa penal en contra de reo.
En su sentencia, el magistrado disecciona la mentira relatada por Isabel García ante el tribunal en febrero de 2011, en el juicio por el asesinato de la pequeña Mari Luz. En aquel momento, García dio un vuelco a su relato de lo sucedido: de la implicación inicial de su marido pasó a asegurar que no había intervenido en los hechos y su cuñada se convertía en la responsable de la muerte de Mari Luz. Según su tesis, había sido la propia Rosa del Valle quien le habría confesado los hechos en Pajaroncillo (Cuenca), el pueblo al que huyeron y donde fueron detenidos por la Policía.
Esa declaración no cuadra desde un primer momento; de hecho, no fue tenida en cuenta por el tribunal. A pesar de hablar de un secreto revelado por su cuñada, gran parte del relato de Isabel García se desarrolla en primera persona, la narración la tiene como protagonista. Aseguraba no conocer los hechos, pero en su declaración llega a afirmar que le preguntó a su cuñada "si iba a poder con la niña" cuando teóricamente iba a sacarla de la casa. Para el juez, "lo expuesto resultaría suficiente para concluir que la acusada era consciente de la falsedad de lo que manifestaba". Pero además, recuerda la sentencia, la condenada había reconocido anteriormente que había mentido en otras declaraciones, demostrando que "no mantiene la menor dificultad para mantener variadas versiones, contradictorias y opuestas entre sí".
Por otra parte, el leve retraso mental que padece la esposa de Del Valle no es un eximente (algo que había solicitado la defensa). El perito forense ratificó en el juicio lo ya expresado en 2008 al examinar a la acusada: aprecia un retraso mental leve y un trastorno de personalidad inespecífico, pero rechaza la presencia de una anomalía psíquica que pudiese eximir a la acusada. El juez concluye que la acusada "era consciente de sus intereses" y actuó por tanto "optando por la estrategia que estimó más idónea" para ellos. Es más, destaca, ya había expuesto su tesis un día antes del juicio a través de una entrevista publicada en Huelva Información, "lo que permite descartar cualquier posible confusión o improvisación".
El juez considera así probado que la acusada actuó "con perfecto conocimiento y comprensión de la realidad, conociendo que mentía y que eso era ilícito y estaba castigado por la ley, pero anteponiendo sus intereses personales del momento a su obligación de decir la verdad ante un tribunal". Además, de forma previa a su declaración, García había sido informada de su obligación de decir la verdad, de la posibilidad de incurrir en un delito si no lo hacía así y de la posibilidad de no declarar: ésta decidió no hacerlo contra su esposo pero sí contra su cuñada. Estas decisiones le han valido una condena de cárcel casi tres años después de salir de prisión.
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