'Come al ritmo de la vida', la campaña para fomentar una alimentación saludable y sostenible
Consejos US
La Oficina de Promoción de la Salud invita a la comunidad universitaria a seguir una mejor alimentación a través de diez consejos básicos
La Oficina de Promoción de la Salud de la Universidad de Sevilla ha lanzado la campaña Come al Ritmo de la Vida, que tiene como objetivo dar a conocer y fomentar el consumo del Menú Me Gusta, Menú For US.
Este menú es una alternativa más saludable que se ha comenzado a ofrecer en todos los comedores de las facultades y escuelas de la US. La iniciativa ha sido promovida desde el Vicerrectorado de Servicios Sociales y Comunitarios en colaboración con el Área de Salud del Ayuntamiento de Sevilla.
Este nuevo menú propone a la comunidad universitaria una alimentación más saludable y sostenible, es decir, aquella que se basa en alimentos de origen vegetal, modera el consumo de alimentos de origen animal y evita el consumo de bebidas alcohólicas y alimentos ultraprocesados.
La Oficina de Promoción de la Salud ha comenzado esta campaña ofreciendo diez consejos básicos para mejorar la salud a través de una buena alimentación.
1. Elige y come alimentos de proximidad. Los alimentos de proximidad son aquellos elaborados y comercializados de forma local, con un radio de distancia inferior a los 100 km entre el lugar donde se produce y donde se vende. Estos alimentos ofrecen una mayor confianza al consumidor al estar informado sobre el origen y los métodos de elaboración, presentan menor impacto ambiental al reducirse los tiempos de transporte, fomentan el desarrollo de la economía local y protegen la elaboración de recetas locales tradicionales basadas en ellos.
2. Consume alimentos de temporada. Los alimentos de temporada son aquellos que, de manera natural y como consecuencia de su ciclo biológico, se encuentran en el punto óptimo de consumo en algún momento del año. Los alimentos tienen estacionalidad, es decir, que durante un periodo de tiempo determinado sus propiedades organolépticas de gusto, aroma o aspecto se ven maximizadas. De ahí la importancia de conocer la temporalidad de los productos, que permite disfrutar de una mejor experiencia culinaria y supone una decisión responsable con el planeta.
3. Revaloriza alimentos y recetas tradicionales y locales. Seguir una buena alimentación saludable y sostenible tiene un papel fundamental en la protección del patrimonio local y cultural, pues consumir alimentos locales fomenta la elaboración de recetas tradicionales basadas en los mismos. La cocina tradicional constituye parte del patrimonio intangible de las sociedades, siendo un elemento de identidad y desarrollo local.
4. Aprende a comprar y cocinar en compañía. Se recomienda visitar los mercados locales y llenar la despensa de frutas, verduras y hortalizas de temporada y proximidad, cereales integrales, frutos secos, legumbres, huevos, pescados, carne fresca y aceite de oliva virgen.Durante la compra es importante leer etiquetas y tener en cuenta que entre los ingredientes no se encuentren azúcar o derivados, harinas refinadas, aceites de mala calidad o sal en exceso. A la hora de cocinar se debe tener en cuenta el saber culinario de los mayores, ya que ellos, mejor que nadie, saben cómo darle valor a los productos de la tierra.
5. Planifica los menús y las compras. Planificar con antelación el menú semanal permite alcanzar una mayor organización y calidad de las comidas. Basta con dedicar media hora para diseñar el menú de la semana, basado en alimentos frescos, de cercanía y de temporada. Al mismo tiempo, se puede elaborar la lista de la compra, añadiendo aquellos alimentos que se necesiten reponer. Una opción es seguir el batch cooking o cocina en serie, que consiste en dedicar una tarde a organizarse y cocinar para comer sano durante toda la semana.
6. Prioriza los alimentos vegetales. Basar la alimentación en alimentos vegetales aporta una mayor saciedad y numerosos beneficios para la salud. Entre ellos se encuentra la reducción del riesgo de sufrir enfermedades tales como diabetes, obesidad o enfermedad cardiovascular. Además, la elección de este tipo de alimentos constituye una decisión responsable con el medio ambiente, ya que reducir el consumo de aquellos de origen animal disminuye la excesiva demanda energética propia de la actividad ganadera y la elevada emisión de gases de efecto invernadero.
7 y 8. Utiliza la biodiversidad terrestre y acuática de forma sostenible. Interésate por la sostenibilidad y la equidad de los procedimientos agrícolas, ganaderos y pesqueros
La actividad humana que degrada más el planeta es la búsqueda, producción, transporte, almacenamiento y consumo de alimentos. Por ello, es importante elegir aquellos más saludables y sostenibles con el medioambiente. Hay que tener en cuenta el origen de los alimentos, si proceden de una agricultura sostenible, si la ganadería es respetuosa con el medioambiente y apuesta por el bienestar animal, y si las pesquerías respetan los tiempos de regeneración del pescado. Es también muy importante no desperdiciar o tirar alimentos.
9. Disfruta de la convivialidad y del placer de la comida, siempre con equilibrio y moderación. Comer no solo se limita al acto de ingerir alimentos, sino que está muy relacionado con la felicidad de las personas. Comer es un acto social y parte imprescindible de la cultura de cualquier sociedad. Por ello, la relación con los alimentos afecta directamente a la salud biopsicosocial. Mantener unos hábitos alimentarios saludables, además de nutrirse sin pasar hambre, implica ser conscientes de nuestros actos sin caer en el sentimiento de culpabilidad. No existen los alimentos permitidos y prohibidos, existe la calidad, la frecuencia y la cantidad.
10. La dieta mediterránea representa uno de los ejemplos más emblemáticos de la alimentación saludable y sostenible. La dieta mediterránea es una valiosa herencia cultural y constituye una pauta alimentaria rica y saludable. Se basa en la elaboración y el consumo de alimentos de origen vegetal, como las verduras, las hortalizas y las frutas frescas y de temporada, los granos enteros, los frutos secos y las legumbres. En otras palabras, establece sus cimientos con aquellos alimentos que aportan gran cantidad de fibra, mayor saciedad y numerosos beneficios para la salud. Asimismo, en ella prevalece el consumo de pescado y marisco frente al de carne. En la dieta mediterránea el aceite de oliva virgen extra constituye la fuente de grasas saludables. Tales son sus beneficios que, en 2013, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
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