Colegios Públicos Rurales: Un modelo de éxito en vías de extinción
Andalucía
Andalucía ha perdido en la última década 18 colegios públicos rurales.
Colegio Público Rural Ardesa 4: Centros pequeños de Huelva que hacen grandes cosas.
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Andalucía ha perdido en la última década 18 colegios públicos rurales (CPR), modelo docente creado a finales de los años 80 para garantizar la educación pública, en igualdad de oportunidades, a poblaciones escolares pequeñas y dispersas, con independencia del código postal.
Andalucía contaba en el año escolar 2010-2011 con 122 colegios públicos rurales en los que cursaban 13.803 alumnos. Según datos de la Consejería de Educación, el presente curso 2022-2023 permanecen abiertos 104 centros, a los que acuden 11.013 escolares.
Los Colegios Públicos Rurales de Andalucía (CPR) son centros que imparten docencia en más de un pueblo a través de distintas aulas ubicadas en varias localidades que dependen de un centro matriz, calificado como la sede CPR.
La caída de la natalidad, el éxodo de las familias a las ciudades, y el esfuerzo que requiere por parte de la Junta de Andalucía para mantener aulas con pocos niños, afecta especialmente a poblaciones más pequeñas que ven cómo van perdiendo, poco a poco, sus propias escuelas.
Por ejemplo, en la provincia de Huelva han desaparecido estas escuelas en los últimos veinte años: Las Cefiñas, La Corte de Cortegana, Mina Concepción, La Dehesa de Riotinto, Los Romeros, Castañuelo y Cumbres de San Bartolomé. Este último centro, hace años, llegó a contar con cinco maestros. "A punto estuvo de ocurrir lo mismo con La Nava pero afortunadamente fue incluido en el Adersa 1 (que pasó de atender tres municipios a atender cuatro municipios)", recuerda Andrés Porras, delegado en Aracena de ANPE.
El cierre de cada escuela es el preludio de la decadencia de un municipio serrano o del interior, síntoma de la despoblación del ámbito rural. "Las familias, cuando carecen de los servicios más básicos, como es un colegio para sus hijos, optan por desplazarse a las ciudades” explica Porras, al defender "cada escuela como clave para la vida de un pueblo".
La mayor concentración de colegios rurales CPR se localiza en la provincia de Granada (37), seguida por Almería (17), Jaén (13), Málaga (11), Córdoba (10), Huelva (8), Cádiz (7) y Sevilla (1). Según datos de la Junta de Andalucía, en todas las provincias han cerrado aulas y centros en el ámbito rural durante la última década, salvo en Sevilla, donde sólo funciona un único CPR, Los Girasoles en Utrera.
"Desde ANPE consideramos que son necesarios para que no se produzca un abandono de la población rural hacia la capital, si bien han de contar con todos los recursos humanos y materiales posibles para que estos alumnos no se vean perjudicados con respecto a otros alumnos de poblaciones más grandes", explica Jesús Saavedra, docente y delegado de ANPE en Granada.
Éxitos en el CPR
Centros pequeños y excelentes. El modelo del colegio rural se caracteriza por aulas con ratios reducidas en las que se mezclan alumnos de distintos niveles: Infantil, Primaria y ESO. Niños de varios cursos de Primaria, e incluso de Infantil y Primaria comparten pizarra y tutor.
La complejidad para el maestro reside precisamente en la diversidad, al atender en la misma aula a niños de distintos cursos y etapas educativas. Esta la mezcla, no obstante, favorece en cierta medida a los alumnos: En la misma clase, los mayores pueden repasar continuamente los contenidos adquiridos y los pequeños acceden a conocimientos de cursos superiores.
Otra gran ventaja del colegio rural es el carácter cercano, personalizado e incluso familiar de la docencia. "En un aula de cinco niños el docente se da cuenta perfectamente de que un niño está triste y por qué, en una aula con 25, es imposible. El docente conoce a las familias y sus inquietudes. Se pueden atender mucho mejor las necesidades individuales", reseña Porras.
La cercanía es muy valorada por los docentes. "El colegio rural, además de la docencia realiza una labor social en la localidad muy importante al ser punto de convivencia", añade Raúl Parrillo, director del CPR Ardesa 4 en Aracena (Huelva).
Una desventaja que reseñan los padres: El colegio rural cuenta con una comunidad educativa muy pequeña para el desarrollo de habilidades sociales frente a los centros masificados (25 alumnos o más por aula) en las ciudades.
Pese a las limitaciones y la dispersión geográfica, el colegio rural es un modelo de éxito. Muestra de ello son dos experiencias ejemplares: el director del colegio publico rural El Pinar del Valle de Lecrín (Granada), Félix García Pérez recibió el premio Enseñamos a leer otorgado por la Fundación Lara por su proyecto Libros de nuestras historias; y el colegio público rural Ardesa 4 (Huelva) dirigido por Raúl Parrillo, logró el tercer premio Centro Promotor Escuela de Paz de la Junta de Andalucía, entre 4.500 centros andaluces. Son dos ejemplos de colegios pequeños capaces de grandes logros.
¿Cómo funcionan?
"Los colegios rurales surgen ante la necesidad de cubrir todo el territorio con un servicio esencial, la Educación Pública. La geografía andaluza es especialmente compleja en la provincia de Granada, de ahí que la mayoría de estos centros se concentren en comarcas granadinas como Las Alpujarras, el Valle de Lecrín o la comarca de Guadix", añade Jesús Saavedra.
La peculiaridad de la docencia en el ámbito rural obliga a los especialistas, como son los maestros de Música, Francés, Inglés o Educación Física, a desplazarse con sus propios vehículos por las distintas sedes del centro matriz o CPR para impartir sus materias. Son maestros itinerantes.
Un ejemplo: El centro CPR Marquesado, localizado en Alquife (Granada), atiende las localidades de Aldeire, Ferreira, Lanteira, La Calahorra y Alquife.
"Para combatir la despoblación son necesarios. En la Alpujarra por ejemplo son indispensables porque las carreteras son complicadas. Son niños pequeños y las inclemencias meteorológicas en muchos casos pondrían en riesgo la integridad de estos niños", añade Saavedra.
Destinos elegidos
Dar clase en un colegio rural es una opción que elige cada maestro de manera voluntaria, lo cual se compensa desde la administración educativa: Dos puntos adicionales para los concursos de traslados por cada año de docencia en este tipo de centros.
Los desplazamiento para impartir clase también son compensados mediante complementos salariales en función de los kilómetros, si bien los especialistas en Audición y Lenguaje (AL) y en Pedagogía Terapéutica (PT), están excluidos.
El sindicato ANPE incide en la necesidad de que la Consejería de Educación revise estas compensaciones, congeladas desde hace años, e incluya a los PT y AL. Además, "no siempre se hace un descuento horario real del tiempo que se necesita para estos desplazamientos", añade Saavedra.
Plantilla andaluza
La red de colegios públicos rurales de Andalucía (CPRS), compuesta por un total de 104 centros educativos, cuenta con 1.693 docentes, lo que supone un incremento de 103 respecto a 2019, indica la Consejería de Educación.
La ratio media por unidad escolar se sitúa en 10,38 alumnos, la mejor de la serie histórica, como también la ratio de profesor-alumno (6,51). Los CPRS cuentan en este curso con 160 docentes más respecto a 2016, con lo que la ratio profesor-alumno ha pasado en este periodo de 7,09 a 6,51, una mejora de más de medio punto.
Pese a los esfuerzos, este servicio esencial en ámbito rural andaluz tiende a cerrar aulas en la última década. El profesor Parrillo lamenta, en este sentido, que "el cierre de unidades –ver gráfico– se produce con independencia del partido que gobierne. En Castañuelo, Cumbres de San Bartolomé, Los Romeros y Las Cortes de Cortegana han cerrado unidades en la última década", por lo que lanza una advertencia: "El cierre del único colegio en una localidad es el principio del fin del pueblo".
Félix García: "Los niños tienen oportunidad de acceder a conocimientos de etapas superiores"
Félix García dirige el CPR El Pinar, colegio rural en la provincia de Granada, donde además imparte Educación Especial. "Durante los últimos diez años han cerrado en la zona tres colegios, debido a la pérdida de población y a la caída de nacimientos. Entre los que han cerrado por ejemplo, el colegio de Lecrín. Las familias se fueron", recuerda. En la sede matriz El Pinar cursan 33 niños desde Infantil hasta ESO, y en su sede de Ízbor son sólo siete niños. "Dar clase sólo a siete niños en el aula en distintos niveles es muy diferente a dar clase para 25 alumnos del mismo nivel. Son pocos niños pero tiene gran dificultad porque el docente tiene que programar para varios niveles", explica. En Ízbor un solo tutor se encarga de impartir docencia a los siete niños, y los maestros especialistas se desplazan. Lo habitual es que todos los niños reciban la misma materia pero cada uno a su nivel. "Por ejemplo si estamos viendo el cuerpo humano, los niños más pequeños reciben conocimiento de las partes del cuerpo (cabeza, tronco, extremidades...), los de más edad, reciben conocimientos de los órganos y los de mayores edad, de los sistemas", explica, Félix García, al destacar que todo son ventajas, al tratarse de una docencia "elegida y cercana".
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