Ciudadanos firma un pacto con el PSOE como paso previo a su abstención

Los socialistas avanzan en la negociación con Podemos, voto que sigue siendo necesario para elegir a Susana Díaz. El PP se mantiene al margen de todo el proceso.

Ciudadanos firma un pacto con el PSOE como paso previo a su abstención
Ciudadanos firma un pacto con el PSOE como paso previo a su abstención
J. M. Marqués Perales

02 de mayo 2015 - 13:49

Si para algo ha servido este puente de mayo es para espantar el fantasma de la convocatoria de unas nuevas elecciones en Andalucía. Susana Díaz, que mañana pronunciará su discurso de investidura en el Parlamento, aún no tiene asegurada su elección, pero los dos partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, tienen la voluntad de favorecerla. Y en una negociación eso es casi lo principal. El PSOE ha hecho dos grandes concesiones: las renuncias de los ex presidentes Chaves y Griñán a seguir en sus escaños en la próxima legislatura y la asunción del decálogo de anticorrupción de Ciudadanos, a lo que se suma un importante avance para dar a Podemos lo que Podemos quiere sobre el rechazo a operar con bancos que desahucien sin dar una alternativa de vivienda y un recorte de la administración de la Junta. Ciudadanos ya está al borde de la abstención, a Podemos aún le falta un trecho. En el caso de que los nueve parlamentarios de Ciudadanos se abstuviesen, Susana Díaz aún necesitará, al menos, el voto blanco de los 15 de Podemos. O el de uno solo.

Ciudadanos y el PSOE firmarán el miércoles o el jueves un pacto anticorrupción, que está abierto al resto de los partidos de la oposición. Éste es un paso sustancial para la abstención. Dicho acuerdo recoge el decálogo de la formación de Albert Rivera más otros puntos aportados por el PSOE, tales como la publicación de las declaraciones de IRPF de los cargos públicos y de sus cónyuges. Esto, que no es obligatorio, ya lo ha venido haciendo Susana Díaz y su esposo, José María Moriche, así como el resto de consejeros y consejeras. Pero para que los nueve de Ciudadanos se abstengan, tienen que oír de la presidenta una propuesta convincente en materia económica, de lucha contra el desempleo y de reforma fiscal. Es más que probable que así sea, porque en su discurso de mañana, la presidenta anunciará la rebaja del IRPF y del impuesto de sucesiones y donaciones, así como ayudas a los autónomos. El vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, uno de los negociadores, explicó ayer en el Parlamento que están abiertos a "pactos puntuales" y que no se descarta la abstención si hay medidas económicas. Con los dos delegados socialistas, Juan Cornejo y Mario Jiménez, estuvieron reunidos durante dos horas.

El sábado fue un día intenso en el Parlamento andaluz. Por la mañana le tocó el turno a los negociadores de Podemos, por la tarde a Ciudadanos y, mientras tanto, los socialistas no paraban de preguntarse dónde estaba el PP. Aunque los dos partidos emergentes bastarían, el PSOE quiere sumar a los populares, pero éstos se resisten al acuerdo. Juan Cornejo llamó "trilero" al presidente del Gobierno porque Rajoy, según se supo ayer, sí prevé que Andalucía cuente con Gobierno, pero en junio, después de las elecciones municipales. "El PP se ha echado al monte", afirmó Cornejo en el Parlamento, para después decir que este partido "no ha puesto ni una sola idea para negociar en la mesa, sólo el no".

La reunión con los representantes de Podemos, Sergio Pascual y Manuel Garí, no fue tan bien como con Ciudadanos, pero el PSOE se ha comprometido a enviarle otra respuesta más detallada a sus dos demandas. Sergio Pascual explicó a este medio que su partido mantiene el no porque aún no ha encontrado una propuesta seria. Juan Cornejo fue más explícito: "El problema reside en cómo lo redactamos, cómo le damos forma legal para cumplir un objetivo político en el que sí estamos de acuerdo". Fue más optimista: "Hay un nivel altísimo de coincidencia, estamos en la línea de redactar un texto para llegar a un acuerdo".

¿Qué es lo que desea Podemos y qué le ofrece el PSOE? El primero de los puntos es que la Junta sólo tenga cuentas corrientes en aquellos bancos que respeten la normativa internacional sobre desahucios, que son recomendaciones que imponen una solución habitacional antes de echar a una persona de su única vivienda. El PSOE ya les ha ofrecido que la Junta firmará un código de buenas prácticas con las entidades con las que trabaja, de tal modo que se comprometan a incluir una "cláusula social" en caso de desahucio que lleve a un arbitraje entre Junta, consumidores y entidad. Es casi lo mismo que solicita Podemos si las entidades con las que trabaja la Junta se comprometen a ello, pero los de Pablo Iglesias difieren, quieren que se cierren las cuentas ya con las entidades que desahucien. En cierto modo, Podemos necesita una verificación de que se cumplirá lo que debe redactarse con un lenguaje al que no están habituados. Son dos culturas políticas.

Lo segundo es más complicado. Podemos aspira a un recorte drástico del número de altos cargos de la Junta y de puestos de confianzas. Propone que la mayor parte de los cargos sean asumidos por funcionarios y que se prescinda de tantos puestos de confianza de modo que se consiga un ahorro de 23 millones de euros, que irían destinados a contratar maestros, profesores y profesionales de la sanidad. Según Juan Cornejo, ya han avanzado "en estos recortes para seguir mejorando los servicios públicos". El PSOE ofrece un 5%, claramente insuficiente. Esta propuesta cuenta con dos problemas. Uno es el de la propia dirección política de un Gobierno, que tiene que contar con directivos en muchas áreas de la administración. Podemos mantiene que basta con un consejero y un viceconsejero por departamento. El segundo afecta a las personas que, en efecto, ha colocado el PSOE como personas de confianza en todo el espectro de la Junta.

Pero incluso así, los negociadores socialistas creen posible la abstención de los 15 parlamentarios de Podemos. Y, quizás, para esta semana. Mañana lunes, Susana Díaz pronuncia su discurso de investidura. Va a ser más importante que el de hace tres años, porque tiene que convencer a partidos que no son sus socios. El martes se producirá una primera votación en la que será necesaria la mayoría absoluta para ser investida. El PSOE la perderá, tiene 47 escaños, a ocho de la mayoría absoluta, y ningún grupo de la oposición parece que votará que sí. A finales de la semana, habrá una segunda votación en la que bastará con mayoría simple. Si Ciudadanos se abstiene, pero Podemos vota no, Susana Díaz no saldría. Si ambos grupos se abstienen, Díaz sería presidenta el próximo fin de semana y Andalucía volvería a tener un Gobierno ejecutivo la segunda semana de mayo.

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