Chaves elogia a Pizarro, González y a su familia

Congreso Extraordinario del PSOE-A

El secretario general saliente se pone "a disposición" de su sustituto y le pide al partido que deposite en Griñán la misma "confianza" que durante 16 años han tenido en él

Manuel Chaves es saludado por su hija Paula.
Manuel Chaves es saludado por su hija Paula.
Antonio Fuentes / Sevilla

12 de marzo 2010 - 14:06

Durante casi una hora e interrumpido por respetuosos aplausos en contadas ocasiones, el secretario general del PSOE durante los últimos 16 años, Manuel Chaves, se despidió del cargo ante el auditorio del congreso extraordinario que escenifica el relevo en la cúpula socialista. Al final de su intervención y de forma improvisada -no constaba en el discurso facilitado a la prensa-, Chaves recordó en el capítulo de agradecimientos a las personas que durante estos años "me han honrado con su amistad" y, aunque eludió en principio singularizar, citó a Luis Pizarro, ovacionado toda la mañana ante su inminente salida de la Ejecutiva regional, y a "un segundo amigo" que tan sólo unos minutos antes se incorporaba entre aplausos al cónclave, Felipe González, "de quien todo lo he aprendido y de quien todo seguiré aprendiendo".

La voz se le quebró al veterano dirigente -había advertido su propensión a emocionarse- cuando agradeció a su familia ser su "sostén y mi apoyo más íntimo" y, al recomponerse, Chaves aún emocionado pidió a sus familiares "disculpas por lo que hayáis podido sufrir por causa de mis responsabilidades políticas".

Desde su nombramiento en la vicepresidencia tercera del Gobierno, aquella que según Chaves adelantó el calendario de su renuncia en la Junta que ya meditaba desde las elecciones, el socialista ha sufrido por la vinculación de su hija Paula con un incentivo a la empresa donde trabaja, Matsa, un caso que condenaron otros dirigentes socialistas en sus intervenciones.

Los agradecimientos en la despedida, que para él "no lo es, porque personalmente voy a seguir haciendo lo que más me llena y me reconforta, trabajar a favor de los ideales socialistas desde las filas de ese partido en el que milito desde hace 45 años", la extendió Chaves a todos los que han integrado su Gobierno o el partido y a todos los militantes.

Sólo en la conclusión citó el secretario general saliente a su sustituto, el pasado año en la Junta y ahora en el liderazgo socialista, para pedirle que "toda esa enorme confianza que me habéis dado en estos años se la déis igualmente a Pepe Griñán". Chaves apeló a la confianza -una constante en su discurso: en la recuperación económica, en la relación del socialismo con los andaluces y en la ausencia de ésta con el PP- que necesita Griñán como líder "porque él se la ha ganado a lo largo de toda su trayectoria política y personal. Porque se la merece él y porque es lo mejor para el PSOE de Andalucía", se despidió Chaves tras agradecer de nuevo el "cariño" del partido.

Chaves sustentó su último discurso -con leve autocrítica y escaso balance de su gestión- en la renovación, las reformas políticas en su partido y la cercanía con los que lo pasan mal para protagonizar un nuevo cambio. La crisis y el esfuerzo para superar el "déficit de confianza" en un PSOE "ganador" por el "desgaste" de la coyuntura económica fue otro de los ejes. "Por más que la derecha quiera ocultarlo, el PSOE ha sido siempre el partido de las reformas", animó Chaves.

Los delegados respaldaron por unanimidad el informe de gestión presentado por Chaves, ya como militante, "a disposición" de José Antonio Griñán, dijo.

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