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Caos en la apertura

La incertidumbre sobre la hora de apertura y la novelería del personal provocaron las primeras retenciones.

Numerosos vehículos se dirigen a la capital gaditana poco antes de las nueve de la noche.
Melchor Mateo Cádiz

25 de septiembre 2015 - 01:00

Un Ford Focus blanco tuvo el honor de ser el primer coche que entró desde la parte de Cádiz al segundo puente de la Bahía a las 20.52 horas, casi nueve horas después de que quedara inaugurado oficialmente. Y es que durante todo el día de ayer reinó la incertidumbre sobre la hora en la que se iba a dar vía libre a la circulación. Primero empezó a correr el rumor de que iba a ser a las tres de la tarde, después a las cinco y así se fue retrasando sucesivamente la hora hasta que cerca de las nueve de la noche se abrió definitivamente con un coche de la Guardia Civil como una especie de safety car de las carreras de Fórmula 1 abriendo el paso. Esta incertidumbre fue la que hizo que durante todo el día rondaran infinidad de coches en el entorno de la entrada a los dos puentes y que se produjeran fuertes retenciones tanto en las avenidas de Las Cortes y de la Bahía en la capital gaditana, y que en la parte puertorrealeña las colas llegaran hasta la CA-35.

La inauguración deprisa y corriendo que se ha hecho desde que el pasado viernes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decidiera abrirlo este jueves ha tenido a los operarios en una carrera contrarreloj que en los últimos días se ha convertido en una auténtica presión. La zona de la rotonda de acceso desde Cádiz era una feria pasadas las ocho de la tarde. Numerosos coches no paraban de dar vueltas a la rotonda y las vías anexas quedaron bloqueadas porque nadie se quería alejar de la zona de acceso al segundo puente. En este caso, a la incertidumbre sobre la hora de apertura se unió la novelería del personal, que no se quería perder el primer tour por el puente como si este lo fueran a quitar al día siguiente.

La Policía Local tuvo que pedir a las varias decenas de motoristas que se quitaran de las inmediaciones de la rotonda y se retrasaran hasta la avenida de la Bahía, donde se quedaron apostados junto a una valla de obra. Aquello parecía la parrilla de salida de un gran premio de motociclismo y las personas que hacían de paquete no se bajaban de la moto para no perder un segundo en el momento en el que se diera permiso para pasar.

Cuando tocó la hora de abrir, empezaron a tocar las bocinas de los vehículos, se vieron bufandas del Cádiz y toda la masa de curiosos que había en el entorno de El Corte Inglés empezó a aplaudir rabiosamente. Entró tal cantidad de coches que se produjeron las primeras retenciones en su entrada a la capital gaditana. Para colmo, estaba previsto cerrar el Puente Carranza entre las diez de la noche y las seis de la mañana para hacer algunos arreglos, según Tráfico. No hay nada como tener alternativa.

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