Canal Sur más... de lo mismo

Balance de legislatura en la RTVA

El director general de la RTVA, Juan de Dios Mellado, en un acto reciente / RTVA

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, parece despertar un halo de cercanía, ponderación, diálogo que está en las antípodas de lo que ha sido la cadena audiovisual de su responsabilidad, Canal Sur. Cuando en diciembre de 2018 los andaluces votaban por un cambio en San Telmo también se esperaba que ese cambio se produjera en el medio público andaluz, lastrado por inercias, desánimos, por las divisiones que se empeñó en acentuar la anterior presidenta, Susana Díaz. Era difícil hacerlo peor y se ha seguido transmitiendo una sensación de radiotelevisión controlada y convertida en altavoz del gobierno bipartito, para uso y disfrute de allegados, para autobombo de Moreno Bonilla y de quienes digan los afines colocados por la dirección de la RTVA y la voz que dicta desde el palacio.

Canal Sur ha pecado de “sobredosis de información institucional”, “agenda ideológica”, “Informativos al Servicio del Gobierno andaluz”, “desequilibrio informativo”, “falta de rigor”, “pérdida de pulso informativo”, “dejar fuera a la sociedad andaluza”, “presiones a los profesionales”, “infrautilización de las delegaciones”, “degradación del Servicio Público”. Este decálogo pondría de acuerdo a muchos andaluces sobre cómo era Canal Sur en los tiempos imperiales de Gaspar Zarrías y es el mismo decálogo de lamento que redacta el Consejo Profesional de Canal Sur sobre lo analizado entre octubre del año pasado y el marzo del presente ejercicio. 33 años después, la vida sigue igual. No, la vida ha ido a peor.

Reiterar en los vicios y defectos en una nueva época es haber desaprovechado clamorosamente la oportunidad dada por el pueblo. Los andaluces necesitarían un medio de comunicación público de calidad, próximo realmente a todo lo que suceda, que sea espejo de inquietudes y realidades, pero no sólo el sonajero de los consejeros y delegados, la exaltación de Málaga por encima de todas las provincias (ni los propios malagueños aceptarían tal afán respecto al resto de andaluces) y limitar la voz popular a elaboradores de torrijas, amigos de votos y devotos. No sólo el Consejo Profesional de Canal Sur, cualquier profesional independiente reconocería el fiasco de esta RTVA azul y naranja que ha tirado más hacia las simpatías de Vox para contentarla en pactos laterales. Y no entremos en tragedias, sucesos y coberturas imprescindibles a las que se ha llegado a veces tarde y mal. Un detalle cercano: si la última jornada liguera es emocionante para los equipos andaluces, con sus reacciones posteriores, los espectadores de aquí debieron buscar en otras cadenas y plataformas. Canal Sur prefirió programar su concurso enlatado y que paga al independentista Jaume Roures (hace buena caja por todo ese mismo país que menosprecia con Atrápame si puedes).

"Nuestra autonómica, pudiendo ser una televisión para todos los andaluces, es la caja de unos cuantos"

Canal Sur pinta poco en Andalucía y Andalucía pinta muy poco en España. En lo mediático incluso TVE le da la espalda (en reciprocidad el público andaluz pasa literalmente ya de La 1) y nuestra autonómica, pudiendo ser una televisión para todos los andaluces, es la caja de unos cuantos, algunos de ellos los que ya estaban antes controlando. Si Antena 3 es la cadena más vista en Andalucía es porque los andaluces se decantan por informarse en la sobremesa con una gaditana, Sandra Golpe. En Antena 3 Noticias hay días que aparecen más historias andaluzas de gente corriente que en Canal Sur, donde siempre están enfocando a los políticos y a sus agendas.

El 8,2% de cuota con el que la cadena andaluza tiene ahora en mayo (más el 0,4% del invisible segundo canal) sigue reflejando esa desafección que sienten los andaluces desde hace tiempo. No es sólo culpa de quienes puso ahí el sonriente de Moreno Bonilla para que le desfiguraran la imagen, sino que la decepción ya procedía de los tiempos de Susana Díaz y José Antonio Griñán. Incluso un director general de esta época es el que produce ahora El show de Bertín. Bertín Osborne es el nuevo líder andaluz y a su alrededor los apóstoles, los mismos famosos que van de programa en programa por las noches. Porque sólo hay un puñado de andaluces dignos (ninguno es profesor, médico, científico) en el prime time de Canal Sur.

En estos meses donde han pasado tantas cosas no ha habido un programa de actualidad en el 'prime time' de Canal Sur

En estos meses de 2022 donde nos han pasado tantas cosas no habrán visto programas de actualidad en las noches. En la parrilla siempre están los mismos programas, eternos de duración. Los mismos presentadores, las mismas productoras. Si la parrilla de Antena 3 funciona es porque si la analizamos es justamente lo contrario de lo que hace Canal Sur, que se ha afanado en ‘telecinquearse’ en este período de Moreno Bonilla.

‘Telecinquearse’ y ‘telemadrileñizarse’, como diría Super Ratón, poniendo muchos toros (hasta festejos de tercera), películas de propaganda franquista y del Oeste, contenido que será del gusto de un puñado de andaluces, pero sin pensar en todos los demás. Sin querer representar a la Andalucía urbana, la Andalucía que ni es Sevilla ni Málaga.

En asentarse en ese defecto de ser como la principal cadena del PP, Telemadrid, se impuso la obcecación por controlar la escaleta de los informativos, desanimar a la radio (que sí, que ya venía desanimada de casa, de la casa del ‘susanismo’). En lugar de aprovechar un nombre de la casa de tono moderado como Javier Domínguez, primer director de Informativos de esta etapa, se optó por fichar precipitadamente a un centralista tan extremista y de piel finísima como Álvaro Zancajo, ahora asesor de la inesperada ‘granadina’ Macarena Olona. Más de quinientas firmas internas rogaron (más que exigieron) su cese. A su lado ya estaba Carmen Torres, que después de enfrentarse a la pequeña delegación madrileña ahora se encarga de mecer la cuna.

Los datos de las Noticias de Canal Sur palidecen respecto a otras autonómicas. Esta impotencia (por deméritos propios de los directivos) de no atraer a andaluces que quieren (necesitan) informarse se traduce en que si este mismo jueves el Noticias 1 tuvo 163.000 espectadores (9%, al menos por encima de la media), en Cataluña, con TV3 fueron 300.000, 21,2%; en el País Vasco, 86.000, 18,5%; en Galicia, 128.000, 20,5%; en Aragón, 80.000 y un 29,5%. Una autonómica significa información, contenidos de proximidad e identificación con su público cercano. Lo que no pueden brindar las cadenas nacionales.

Los directivos de Canal Sur llevan al menos doce años desaprovechando esta circunstancia. No hace mucho, en 2008, entre los dos canales de la RTVA se sumaba el 25% de cuota. Manipulada y cateta, decían por entonces en el PP: pero visible y útil. Servicio público con público, binomio que el PP no ha solido descifrar.

Y después están las prácticas de asfixiar a productoras y creadores que no son de la simpatía de los que están al frente de Canal Sur. Frente a la aparente disposición al diálogo del que presume Moreno Bonilla se halla la imposición y el criterio único para gestionar la RTVA, una dictadura donde no se aceptan criterios libres y donde se prefiere la opacidad (no verán en este periódico entrevistas con los directivos de Canal Sur porque sólo las conceden a los que ellos creen amigos) y el desdén.

En el Canal Sur actual las productoras de fuera de Andalucía están en posición preferente a las andaluzas (imaginen si eso ocurriera en Galicia, el País Vasco o Cataluña). Unicorn Content, la del matinal de Ana Rosa Quintana, con Lingo; Warner con Chef al oído; La Cometa con Centenarios (¿tiene que venir aquí una productora de Madrid a hacer un programa sobre mayores, otro programa sobre mayores?), la mencionada Mediapro o Backstage, que elabora Tierra de sabores mientras se zarandea a Cómetelo. Porque cualquier contenido anterior a esta legislatura es sospechoso de algo y propicio a ser maltratado en presupuesto y colocación en la parrilla. La actual directiva de la RTVA parece mentalizada a ir minando todo lo que sea pretérito anterior y, quién sabe, con la intención de hacer más fácil un futuro desmantelamiento. Vox ya prometió cerrar Canal Sur.

En la plataforma en 'streaming' Canal Sur Más sólo hay más de lo mismo que hay en la parrilla

Entre los esfuerzos de esta etapa, donde ha habido partidas para modernizar al fin equipos e instalaciones, figuraba la puesta en marcha del “Netflix de Canal Sur” (símil pretencioso): la plataforma en streaming Canal Sur Más ¿Qué hay en Canal Sur Más? Pues más de lo mismo, los programas que están en la parrilla, unas cuantas aportaciones del pasado y en estos días las retransmisiones en directo del Carnaval de Cádiz, tan a contramano este año en todo. Hay un Canal Sur Más pero Canal Sur es menos: PP y Ciudadanos han tenido la oportunidad de hacer germinar una cadena pública andaluza con toda la dimensión de la palabra y han preferido tener una radiotelevisión para ellos, sus amigos y quienes ellos digan.

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