Canal Sur, entre lo incierto y el desencanto

La autonómica ante su futuro

La plantilla se moviliza el próximo miércoles en una marcha hasta el Parlamento para protestar por la falta de inversiones y “las carencias técnicas y de personal” en el ente

Joaquín Durán, director interino de la RTVA, en un reciente acto de los premios taurino de la cadena
Joaquín Durán, director interino de la RTVA, en un reciente acto de los premios taurino de la cadena / RTVA

La espera ante lo que suceda en las elecciones municipales, con sus correspondientes pactos, y europeas, ha alargado esta transición de parálisis de la RTVA en una situación interina de más de 6 años que ha contagiado, para mal, a toda la plantilla, a lo que se suma la incertidumbre grave sobre el futuro de la empresa, de la plantilla y del propio servicio público, avivado desde el vuelco en San Telmo.

Canal Sur, cuestionada con la boca pequeña por el PP cuando estaba en la oposición por estar agasajado en el consejo de administración (convencido por lugares comandes sobre audiencias y contenidos sin miras), y un asunto dejado a un lado por Ciudadanos, que ni siquiera ha contado con presencia en esa comisión a lo largo de estos años, los trabajadores muestra cada vez más preocupación. La plantilla de la RTVA desconfía de las intenciones del nuevo gobierno, más por la falta de ideas y claridad de intenciones que existen, que por la típica revancha de colocación y ascenso de trabajadores y directivos afines. La irrupción de Vox y sus ocurrencias no ha venido a templar y aclarar ánimos. Al contrario. Pero el problema real de Canal Sur es más de presente, de desmotivación, de falta de transparencia en la cúpula del director interino, Joaquín Durán, y de su traslación en los índices de audiencia que arrojan un 7,6% en abril del primer canal y que se convertirá en este mayo en la peor cifra de aceptación en los 30 años de historia.

El comité intercentros, que engloba a todos los sindicatos, aborda ahora la movilización que quedó truncada en vísperas de las elecciones autonómicas de diciembre. Para el próximo miércoles los trabajadores de la RTVA están convocados a primera hora a una marcha desde la sede central en San Juan de Aznalfarache hasta las puertas del Parlamento. Los sindicatos exigen medios y reconocimiento a los profesionales que luchan “contra viento y marea” en la adversidad de tanta provisionalidad.

Dudas a corto plazo

El cambio político de la Junta no se ha reflejado aún en el funcionamiento de la RTVA. El PP ha propuesto a la responsable financiera Carmen Estero como nombre de consenso para la dirección general. Una manera de no agredir directamente al PSOE andaluz y a tantos directivos de confianza poniendo al frente a quien tiene en la cabeza las cuentas y gastos de la casa. En una corporación puesta siempre en la picota por sus presupuestos y con una plantilla intocable el futuro inmediato aguarda probables nuevos recortes al flanco de las productoras, las que se encargan de un prime time de romerías y sevillanas que salvo excepciones en índices de audiencia está muy por debajo de la media de la cadena.

El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, apresura en su insistencia en que si el proceso de renovación de la cadena autonómica no llega a buen puerto se harían los cambios por decreto, tal como el gobierno de Rajoy hizo en 2012 para tomar el mando de una vez en Prado del Rey (desde entonces, menos en lo financiero, RTVE no levanta cabeza, por cierto).

Es todavía una incógnita las intenciones reales del actual gobierno andaluz sobre Canal Sur. La gestión de Susana Díaz fue extendiendo el contrato-programa de pervivencia (no de supervivencia: es una cifra aceptable para hacer una producción digna) de 140 millones de euros anuales, lo que supone unos 383.000 euros de coste diario para una plantilla de casi 1.500 trabajadores. Pese a tan abultado personal (más que las dos gigantes privadas juntas), desde dentro hubo lamentos y quejas sobre la cobertura electoral durante la Semana Santa, con centros territoriales casi sin personal. Para estas elecciones de proximidad como las municipales se han mantenido debates provinciales. La atención a la cercanía es la única vertiente competitiva que hace de Canal Sur una cadena única en el mando de la TDT andaluza. Pero los sindicatos insisten en la falta de inversiones por “una pésima gestión y una programación errática que se aleja día a día de los intereses de un amplio sector de la población andaluza”, como proclama la convocatoria de la movilización del miércoles.

El nuevo Gobierno en la cadena

Sobre la imagen del gobierno en la cadena autonómica realmente no pueden existir quejas del tratamiento. En unos informativos donde el oficialismo ha sido la consigna durante décadas, la natural aparición del presidente Moreno Bonilla, de consejeros, secretarías y otros cargos es la habitual de anteriores gobiernos. Las escaletas informativas de Canal Sur son las de siempre. Lo que han cambiado son los rostros y eso puede haber incomodado precisamente a muchos espectadores tradicionales que ahora no sienten tan nuestra una cadena que al menos ha tendido a ser la de unos pocos (por partido y franja de edad).

La audiencia de los informativos ha ido a la baja, sus cuotas están por detrás de casi toda las autonómicas (la proximidad es el pilar de la cadenas regionales, incluso las menos vistas), con algo más de 10% en las entregas de sobremesa y por debajo de la media del canal en la edición nocturna. Los noticiarios se han ampliado en duración pero los profesionales de la casa protestan porque con esos minutos de más lo que se hace es repetir por tres las principales noticias: en portadilla, informativo y resumen final idéntico a la portadilla, tal como aprecia en el informe de febrero el Consejo profesional de la casa. Dicho consejo analiza que la información cultural e internacional tiene una presencia mínima en los informativos y alerta de la poca calidad de contenidos de la parrilla porque redundará en el futuro a través de un “archivo pobre”.

Canal Sur está cuestionada desde dentro por la calidad de la información; la renuncia a la formación, con tantos contenidos enviados al invisible Andalucía TV; y un entretenimiento enfocado hacia la población rural y los mayores. Cuando PP y Ciudadanos (y hasta Vox) quieran dejar su sello en la vocación de la parrilla de Canal Sur no podrán hacer grandes cambios.

La televisión de la derecha se halla ya, como herencia de Susana Díaz, en La tarde, aquí y ahora, Toros para todos, Todo Caballo, Yo soy del Sur, El año de tu vida... La actual dirección ha ocupado ahora una noche de la semana con el almacén de documentales propios de la casa. Es en realidad la coartada para salvar el programa a Toñi Moreno (que ha pasado al lunes) de los jueves, con Supervivientes y Cuéntame. Toñi Moreno, que pasó a La 1 en el esplendor de Rajoy, con toda seguridad está llamada a ser el gran rostro estrella del Canal Sur de la próxima temporada, manteniendo por necesidad de audiencia también a Juan y Medio y con el cantado fichaje de Agustín Bravo. Estrellas externas.

Con este panorama ni a corto plazo (que es como se ha venido gestionando la autonómica en los últimos trece años, entre Joaquín Durán y Pablo Carrasco), ni a largo plazo Canal Sur pasará de los dos dígitos, un signo de haberse reencontrado con la población de su entorno.

“La escasez de personal en los centros de trabajo de Canal Sur se está convirtiendo en una de las formas más eficaces de manipulación, de ocultación de realidades sociales y de dar altavoz a las instituciones y grandes empresas”. Esta conclusión no la hace ningún crítico de televisión sectario. La pronuncia el Consejo Profesional de Canal Sur Televisión en su informe del 14 de febrero enviado a toda la plantilla.

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