Calles libres del humo de los cigarros
Un 87% de la población andaluza estaría a favor de aumentar las restricciones sobre el consumo del tabaco en los espacios públicos
Andalucía es la comunidad con el mayor porcentaje de fumadores de España
Cada 11 minutos muere una persona por una enfermedad asociada al tabaco
Resulta inimaginable hoy en día ver a alguien fumando en la barra de un bar. Nos hemos acostumbrado a que en los espacios cerrados no haya humo de cigarro y ahora la sociedad pide ir más allá.
Así lo sostiene la encuesta publicada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) por la XXIV Semana sin Humo, cuando a la gente se le pregunta si quieren que se amplíen los espacios sin humo, hay consenso. Más de un 87% de la población andaluza estaría a favor de ampliar la legislación de los espacios sin humo.
"Estas encuestas demuestran cada año que la población está cada vez más a favor de ampliar los espacios libres de humo", señala Vidal Barchilón, coordinador nacional del grupo de abordaje al tabaquismo de la SEMFYC y médico en el centro de salud Rodríguez Arias (San Fernando).
Estos datos están relacionados directamente con otras cifras, las que muestra la encuesta sobre la percepción que tiene la ciudadanía respecto a la exposición al tabaco. El 86,3% de los andaluces se considera expuesto al humo del tabaco. La cifra sube cuando se pregunta a los más jóvenes, un 90% de los ciudadanos entre 19 y 24 años creen que respiran humo de tabaco. "Esta percepción cambia un poco entre los fumadores, los ex fumadores y los no fumadores", aclara Barchilón.
Exposición al aire libre
Asimismo, Barchilón destaca que un 44% de los andaluces piensan que están expuestos al humo del tabaco en actividades al aire libre y casi el 74,5% de las personas se sienten expuestas al humo del tabaco en las terrazas de restauración. Sin duda, el dato más llamativo es que hasta un 18% de los jóvenes de 14 a 18 años piensa que están expuestos al humo del tabaco en el entorno de los centros educativos de la comunidad autónoma.
Durante la pandemia, en muchas comunidades se prohibió fumar en las terrazas de los bares, mientras que en la mayoría de regiones se volvió a la ley anterior, en cuatro sigue sin poderse fumar en los veladores. "Un 70% de los andaluces piensa que se debería prohibir fumar en las terrazas", subraya Barchilón que indica también que este paso se debe dar desde las administraciones locales.
Al respecto, el médico recuerda el proyecto Playas sin humo, "la mitad de los andaluces piensa que está bien prohibirlo, evidentemente los no fumadores lo piensan más que los fumadores". Al respecto menciona que resulta fundamental no ya por la posible exposición, sino para evitar la normalización entre las nuevas generaciones.
Ley de 2010
La última ley sobre el tabaco en España se aprobó en el año 2010 y desde entonces no ha habido ninguna nueva legislación al respecto. "Estamos retrocediendo", lamenta Barchilón. El Plan de Tabaquismo lleva años abandonado por parte del Ministerio de Sanidad. "Es evidente que el paso hay que darlo a nivel nacional. Todas las sociedades científicas estamos intentando impulsar que el ministerio saque hacia delante ese Plan Integral de Tabaquismo, esa nueva ley que le dé un avance", señala el médico.
A nivel europeo hay una iniciativa que busca una Europa sin tabaco para 2030. "Hay que trabajar en este sentido y la legislación es muy importante". Para ello, desde la SEMFYC aspiran a una política similar a la aprobada en Nueva Zelanda hace unos meses por la que los niños que nazcan a partir de un año no podrán comprar tabaco.
Barchilón lo tiene claro: "No solo hay que prevenir". "Hay que ayudar y tratar a los fumadores, tenemos herramientas para ello", explica. Según los datos que maneja este médico de familia, solo un 4% de los fumadores consigue dejar de fumar por sí mismo.
Ante esta cifra, Barchilón propone a los fumadores que quieran intentar dejar el tabaco acudir a los centros de salud. "Desde los centros de salud, los médicos de familia estamos preparados y esperando a que los fumadores vengan para que les ayudemos a dejar de fumar", zanja.
El reto de la expansión de los cigarrillos electrónicos
El uso de vapers se ha extendido entre la población, especialmente entre los más jóvenes. Se consumen, en las calles, en los puestos de trabajo, en las discotecas. Hay mucha más permisibilidad que con los cigarros convencionales. Hace apenas unos días se viralizaba el vídeo de una niña a la que le regalaban decenas de recargas de vapers por su primera comunión. En Andalucía, un 35,8% de los chicos de 14 a 18 años reconocen utilizar vapers o cigarrillos electrónicos. "Estamos absolutamente convencidos, hay evidencias científicas, de que es una puerta de entrada al tabaquismo", sostiene Vidal Barchilón. Es por ello que desde las sociedades científicas piden que se tomen medidas para frenar la expansión de estos dispositvos. "No sabemos qué daño está causando o van a causar los cigarrillos electrónicos porque tienen sustancias nocivas para la salud", explica. Se tardó casi 50 años en publicar las primeras investigaciones sobre los perjuicios que provoca el tabaco en la salud de quienes lo consumen, ¿cuánto se tardará en descubrir lo que provocan los cigarrillos electrónicos? Los científicos ya han demostrado que pueden causar problemas de salud y Barchilón explica que de aquí a 20 o 30 años "nos podemos encontrar con una epidemia de patologías respiratorias nuevas". Este médico de familia recuerda que poco antes de la pandemia, más de mil personas murieron en Estados Unidos tras consumir unos cigarrillos electrónicos que contenían una sustancia que provocaba una patología pulmonar. "El vaper se ha banalizado", lamenta. Es por ello que la SEMFYC defiende que se debe abordar este reto tanto a nivel autonómico como a nacional. "Hay que ir contra estos dispositivos liberadores de nicotina o no libradores", sentencia el coordinador nacional del grupo de abordaje al tabaquismo de la SEMFYC.
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