El CSIC pide que se reduzcan ciertas especies en Doñana por la tuberculosis

Un estudio alerta de que jabalíes, ciervos y gamos actúan de reservorios naturales de la enfermedad

Un jabalí en el Espacio Natural de Doñana.
Un jabalí en el Espacio Natural de Doñana.
Efe / Huelva

01 de abril 2008 - 03:04

Un estudio de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) sobre el impacto de la tuberculosis bovina en el Espacio Natural de Doñana recomienda una "drástica y rápida" reducción de la población de ungulados -jabalíes, ciervos y gamos- porque actúan de reservorios naturales de esta enfermedad.

El estudio, coordinado por el investigador de la EBD Juan José Negro, advierte que la prevalencia de esta tuberculosis en Doñana es de "las más altas publicadas para poblaciones de animales en libertad en el mundo" y alerta de que se ha demostrado "que linces ibéricos han contraído la enfermedad".

La existencia de tuberculosis bovina en Doñana es conocida desde hace decenios y ya motivó un agrio enfrentamiento en 1988 entre la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, y el director de la Estación Biológica de Doñana (EBD), Miguel Ferrer, por la amenaza que suponía para el lince ibérico.

Este último estudio de la EBD fue encargado el año pasado por la Consejería andaluza de Medio Ambiente tras conocerse varios trabajos que alertaban del impacto de esta enfermedad en el Espacio Natural de Doñana, que suma algo más de 100.000 hectáreas de los parques nacional y natural del mismo nombre.

Los científicos han cultivado en laboratorio en los últimos meses más de 800 muestras de 316 ungulados silvestres y 98 domésticos y han detectado una prevalencia de la tuberculosis bovina del 52% entre jabalíes de Doñana, del 29%, en los ciervos y del 15% en los gamos.

La población de gamos se calcula en unos 900 ejemplares; la de ciervos en cerca del millar y la de jabalí en casi 1.700 individuos, por lo que la tasa media de prevalencia de la tuberculosis bovina en ungulados silvestres de Doñana sería del 37%.

El informe aboga por la reducción "drástica y rápida" de las poblaciones de ciervos, gamos y "particularmente del jabalí", especie para la que propone, incluso, su "erradicación temporal".

Los científicos recuerdan que estos ungulados no están amenazados ni protegidos por ley y que son "especies cinegéticas susceptibles de manejo" por lo que apostillan que "no hay razones éticas o ecológicas que desaconsejen una erradicación".

Advierten que la erradicación de estos ungulados en libertad será "muy difícil" y que la desaparición simultánea de estos hervíboros de gran tamaño "tendría un efecto inmediato" en la vegetación herbácea de Doñana que "podría crecer extraordinariamente con un incremento del riesgo de incendio en épocas secas".

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