Sevilla cifra en 5.500 las cotorras invasoras que hay en la ciudad
El Ayuntamiento reconoce que este tema "se ha ido un poco de las manos"
Cotorras, una amenaza sin control
Cotorras: control de sus poblaciones y no su demonización
El Ayuntamiento de Sevilla ha cifrado en 5.500 las cotorras invasoras entre argentinas (660) y Kramer (4.900) que hay en la ciudad, un asunto que, ha reconocido, "se ha ido un poco de las manos". Éste es el censo actual elaborado por la empresa Consultoría Estratégica de Servicios y Territorios (CESYT), adjudicataria del plan de control integral de las especies exóticas invasoras hasta 2024.
El Ayuntamiento de Sevilla adjudicó este contrato en el anterior mandato municipal por un importe de 290.000 euros con el fin de extender la experiencia piloto en el Parque de María Luisa realizada entre los ejercicios 2019 y 2020. De aquella experiencia se extrajeron las prácticas de "mayor éxito" con las que se redactó el pliego del nuevo contrato que desarrolla un equipo de especialistas.
En respuesta a una pregunta del grupo municipal Con Podemos-IU sobre la última convocatoria del Consejo Municipal de Protección y Bienestar Animal (Compba), la delegada Pozo ha detallado que en la última reunión de este Consejo --que se convocará en próximas fechas-- el pasado 28 de marzo de este año se abordó el trabajo en materia de especies invasoras.Éste ha empezado de hecho con un nuevo censo local de las cotorras argentinas y de Kramer. Persigue "controlar la población y permitir la convivencia con las especies autóctonas y, en consecuencia, la biodiversidad".
La adjudicataria del contrato elaborará mapas de la ciudad que recojan las zonas de anidamiento, recreo, alimentación y dormidero de ambas especies de cotorras; las rutas que realizan en sus desplazamientos; las zonas de captura mediante trampeo (con jaulas), y las zonas de sustitución de huevos.
Con esa información, además de confeccionar un nuevo censo de los dos tipos de aves invasoras y un mapa de densidad poblacional, se detallará el plan de actuación integral. A los efectos de controlar la evolución de estas especies invasoras, los censos se repetirán con cierta periodicidad, lo que permitirá ir adaptando las estrategias de control según las necesidades detectadas.
La sustitución de puestas se desarrollará durante el primer semestre de cada año en las oquedades identificadas como nidos tanto en árboles como en las fachadas de edificios, extrayendo los huevos localizados con cámara mediante aspiración y colocando en su lugar otros falsos. En todo caso, para la actividad sobre la arboleda, "deberá existir una coordinación con el Servicio de Parques y Jardines, al igual que para las capturas", explicaba entonces el Ayuntamiento.
Con respecto a éstas, el adjudicatario deberá tener en cuenta los modelos de jaulas que resultaron más efectivos en la experiencia piloto desplegada en el Parque de María Luisa. Para las que se instalen en los árboles, "sobre los que no podrán causar daños", serán de tipo tejado invertido con apertura regulable y doble sistema de sujeción, proponiéndose para su colocación un sistema de parihuelas.
Mientras, aquellas que se vayan a ubicar en azoteas de edificios serán del mismo tipo y estarán debidamente sujetas. Y para ambos casos, en las jaulas habrá agua y alimentos "suficientes y atractivos" para las cotorras (maíz, pipas, frutos, frutas). Periódicamente, estas jaulas serán revisadas para retirar las cotorras capturadas y liberar otras aves que hayan entrado en las mismas, así como para reponer el agua y la comida.
A lo largo de las últimas dos décadas, ambas especies de cotorras se han ido convirtiendo en "un problema para la conservación de la biodiversidad" de Sevilla y en un agente de "riesgo" para la ciudadanía por caída de nidos y ramas, la contaminación acústica que generan las colonias, el deterioro que pueden causar en algunos edificios antiguos y por ser un posible vector de zoonosis (propagación de agentes patógenos).
Algunos estudios señalan que compiten, además, por el hábitat y llegan incluso a expulsar a especies autóctonas insectívoras, principalmente al cernícalo Primilla (Falco naumanni) y el murciélago Nóctulo Mayor (Nyctalus lasiopterus), "dificultando su reproducción y supervivencia".
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