Atunes gaditanos para el mundo

No es el milagro de los panes y los peces. Es ciencia, es investigación y en breve será una realidad. Cádiz exportará al mundo 500.000 atunes anuales. No tendrán 100, 200 ni 300 kilos de peso y su destino no serán directamente los restaurantes delicatessen de Japón: pesarán sólo 50 gramos e irán dirigidos a las granjas de engorde del Mediterráneo. Ésta es la iniciativa de la empresa Futuna Blue en El Puerto de Santa María, tremendamente innovadora y de una extraordinaria complejidad técnica, además de un filón industrial que catapultará a la provincia a una posición privilegiada en la acuicultura mundial.

La empresa tiene su origen en Uniaqua, una sociedad danesa con gran experiencia en el sector acuícola que ya ha puesto en marcha con éxito una instalación similar en Australia. Ahora estos inversores, también socios tecnológicos del proyecto, desembarcan en la Bahía de la mano del empresario Miguel Llerena y atraídos por la cercanía de las almadrabas, la calidad del agua y la disponibilidad de suelo. El proyecto, consistente en la cría de alevines de atún rojo en cautividad, arrancará en primavera con el inicio de la construcción de la planta en la dársena portuense. Las instalaciones ocuparán una parcela de 30.000 metros cuadrados y supondrán una inversión de quince millones de euros, 100 % privados y sin ningún tipo de ayuda pública para evitar complicaciones en su lanzamiento.

De hecho, el único contratiempo que podía prevenir de la Administración, el tiempo de tramitación, se está convirtiendo actualmente en una amenaza real para la viabilidad del proyecto en esta primera fase de implantación. Según Miguel Llerena, Futuna Blue está ya en una peligrosa cuenta atrás porque es "muy importante" que la actividad pueda comenzar en primavera con la captura de los atunes durante la campaña almadrabera.

Los permisos pendientes están de la Consejería de Agricultura y Pesca y del Ayuntamiento de El Puerto, cuyo informe municipal es preceptivo para que la Autoridad Portuaria pueda conceder la licencia de ocupación de la parcela. El retraso ya acumulado provocará que los primeros túnidos que se separen para este fin, 60 en total, permanezcan durante varios meses en una jaula en alta mar hasta que esté finalizada la primera fase, la destinada a los tanques de reproducción.

Debido a esta alteración en el arranque del proyecto, los primeros ejemplares no llegarán a la planta de El Puerto hasta octubre, y será la primera vez que pueda verse en la provincia el singular proceso de traslado, una de las claves del éxito de esta iniciativa y de su emplazamiento en la Bahía de Cádiz.

Los atunes salen directamente de la almadraba a una jaula, de 25 metros cuadrados y sintética, que se colocará junto al copo, de forma que los peces puedan pasar, con la ayuda de buzos, de un espacio a otro. Una vez llena, es transportada por un helicóptero siempre sumergida en el mar y a muy baja velocidad hasta la Bahía, donde otro helicóptero conducirá uno a uno cada ejemplar hasta la zona de reproducción de la planta, en la que es introducido por el aire a través de una "ventana" abierta en el techo de la sala.

El atún ya está en la "cadena". Ahora hay que "domesticarlo", adaptarlo al contacto humano y al nuevo hábitat cerrado, donde deberá reproducirse en cautividad.

La alimentación de las larvas será a base de copépodos, unos crustáceos diminutos que también se producirán en la planta portuense en seis grandes tanques que acaparan la mitad de la superficie total del complejo acuícola. Ésta es la principal fórmula secreta, el quid del éxito de Futuna Blue.

La secuencia es la puesta de huevos, el desarrollo larvario y preengorde del pez a base de piensos y la comercialización entre las macrogranjas de engorde del Mediterráneo, sobre todo francesas y turcas pero también catalanas. El túnido se pondrá en el mercado con sólo 50 gramos, unos diez centímetros, y la previsión es que la primera partida salga en 2010. Futuna Blue ya ha terminado su parte y sólo cabe esperar a la cata del consumidor.