Antonio Maíllo: "Vuelvo por la situación del país, para hacer otro tipo de política"
Entrevista
Después de haber liderado la federación andaluza, el político andaluz regresa a la política como candidato a la Coordinación Federal de IU en una asamblea que se celebra el 18 y 19 de mayo
–¿Por qué dejó la política y por qué ha decidido volver ahora?
–Lo dejé por cansancio. Tuvo que ver con la enfermedad, un cáncer de estómago, de la que salí hace tres años. Es lógico desde un punto de vista humano. También coincide con la visión que tiene uno de la política como algo temporal, algo transitorio. Y, aunque nunca me alejé de mi compromiso ciudadano, vuelvo ahora por la situación del país. Hay gente que me ha convencido de que puedo contribuir a una solución para hacer otro tipo de política, contribuir a desembarrar la que existe. Como andaluz, como español periférico, quiero intentar construir otro país, más respetuoso y tolerante frente a ese ambiente político que llega desde Madrid. No era para mí una prioridad, pero para una persona que me considero comprometida, me han convencido de que puedo ser alguien útil para la sociedad. Ahora tiene que ser la militancia la que lo acepte o no.
–¿Qué le ha parecido la carta pública de Pedro Sánchez?
–Me ha impactado. He conectado con su mensaje. Con independencia de que coincidamos políticamente, el presidente del Gobierno ha soportado unos niveles de ataques brutales. Lo he percibido incluso en los comentarios de algunos alumnos. Ha sido la construcción de un pequeño diablo desde ciertos sectores de la sociedad. Personalmente no creo que haya una estrategia política de plebiscito ni de otra clase en su carta, es sencillamente el mensaje de alguien que está sufriendo. Hay gente que está instalada en una visión cínica de la política, en la que siempre media una estrategia, pero nunca debemos olvidar la dimensión humana, que es también su esencia.
–¿Hay posibilidad de acuerdo antes que una competición por la candidatura a la Coordinación Federal de Izquierda Unida (IU)?
–Llevamos meses intentando pergeñar un acuerdo y mi candidatura es producto de meses sin acuerdo. Hay de un lado una visión presidencialista que representa Sira [Rego] frente a una visión más coral que representa mi candidatura. Pero sí, siempre hay la posibilidad de acuerdo, ojalá. Pero en todo caso será la militancia, después de analizar las candidaturas, la que elija el mejor modelo en la Asamblea Federal del 18 y 19 de mayo.
–En la Ejecutiva de Sumar no están los partidos asociados. ¿Apoya la integración de IU ahora mismo en el aire?
–Yo apoyo el papel de IU, que es lo relevante, en mantener las alianzas con todos los agentes y movimientos sociales, como también lo es Sumar. Las experiencias manifiestamente mejorables de las confluencias no deben desembocar en una tentación de aislamiento. Otros compañeros, como es natural, piensan que no. En este momento tenemos que articular un movimiento que tenga una voluntad de encuentro para ser útil para la sociedad. Lanzo una pregunta retórica: si hubiéramos estado aislados, ¿habríamos tenido ministros, por ejemplo? La asamblea de IU debe servir para reflexionar sobre todo cómo podemos contribuir a liderar un cambio social.
–¿Que Sumar sea un proyecto confederal e IU sea federal es uno de los obstáculos para la definitiva unión?
–Nosotros seguimos defendiendo el federalismo. La equidad es algo que tenemos claro. Nuestro modelo es federal y pretendemos que los territorios del país estén planteados en un plano de igualdad. Lo mismo los modelos organizativos.
–¿Cuál es su relación con Yolanda Díaz?
–Mi trabajo diario en el instituto me hace no estar en las altas esferas de la política. A Yolanda Díaz la recuerdo como una persona con un gran olfato político. Desde fuera, además, la estoy viendo como una extraordinaria ministra de Trabajo. Que es un patrimonio para el país es un hecho indudable. Echo de menos sin embargo otra actitud en la interlocución con las organizaciones.
–¿Habrá reconciliación con Podemos?
–Cuando nos planteamos los objetivos para la asamblea siempre hemos tenido la visión de nuestra tradición con los valores de la paz, el trabajo, el ecologismo y el feminismo, ensanchando diálogos con los movimientos sociales del país. En Andalucía de hecho se está haciendo un trabajo de cohesión. A mí lo que me importa es que nos pongamos al servicio de la gente. Y si Podemos la quisiera, evidentemente tendremos las puertas abiertas para una posición de unidad. Necesitamos unidad en la izquierda, posiblemente una suma de debilidades facilitará buenos acuerdos para defender a la gente más vulnerable, que nos necesita.
–¿Teme que a la izquierda española le pase como a la italiana, desaparecida pese a la importancia en su día del Partido Comunista Italiano?
–Totalmente. Una de las causas que me han movido a volver es contribuir a evitar la italianización de la política española. También como docente, frente al tópico, compruebo que la juventud actual es formidable. En ese sentido soy optimista. Nuestro objetivo es crear una IU que sea útil, que haya un nuevo mensaje político de sensatez, favorecer la bajada del diapasón de la agresividad que llega desde Madrid y, por todo ello, toca arremangarse. Quizá fuera más cómodo para mí seguir en el trabajo diario en el instituto, pero también me mueve formar parte de un movimiento que promueva la igualdad y la justicia social para que nadie quede rezagado, intentar darle la vuelta a un mundo en el que las profundas desigualdades son predominantes. Llámalo romanticismo por causas difíciles, pero hay que comprometerse.
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