Alrededor de medio millón de niños andaluces no tienen pediatra

Sevilla/Faltan pediatras en Andalucía. Las familias de casi medio millón de niños menores de 14 años que residen en la comunidad no tienen un profesional al que acudir cuando sus hijos se ponen enfermos. El momento de crisis que vive el sector de la atención primaria y la baja cantidad de médicos que escogen destinos rurales son las principales causas de esta situación.

En la actualidad, 449.113 niños andaluces, que suponen un 39% del total, no tienen un pediatra asignado. Según el Instituto de Estadísticas y Cartografía de Andalucía (IECA), de los 1.515 centros de salud que hay repartidos por la región, solo 540 cuentan con consultas de pediatría. Se trata de un problema que afecta a toda la comunidad, pero que padecen especialmente los menores que residen en áreas rurales.

En Andalucía viven 1.154.448 niños que tienen entre cero y 13 años, de ellos, 1.049.357 estaban asignados a clave pediátrica, es decir que tienen un médico con formación en pediatría asignado. De estos 345.000 niños (el 36%) cuando van al médico no encuentran a un pediatra en la consulta.

Atendidos por médicos de familia

¿Quién se ocupa entonces a estos menores? Ante esta falta de especialistas, son los médicos de familia, que atienden a la población general, quienes se tienen que hacer cargo también de ellos.

El principal problema es que, mientras que los pediatras pasan cuatro años formándose para tratar a los niños, uno de ellos dedicado a una especialidad concreta de la pediatría, el conocimiento que tienen los médicos de familia es mucho menor. Los médicos de atención primaria solo tienen tres meses de rotación en áreas de pediatría durante su residencia. Esto supone que los niños que son vistos por médicos de familia reciben una atención menos específica que aquellos que pueden acceder a un pediatra.

A esto se suma que un 9% de los niños andaluces (105.091) no tienen asignación a clave pediátrica alguna. Por tanto, casi uno de cada diez menores de 14 años de la comunidad no tienen ningún médico asignado que tenga conocimientos en el área de pediatria.

Dejadez institucional

Esta falta de profesionales ha sido denunciada por el presidente de la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria (AndAPap), José Murcia, que durante la celebración de las 26ª Jornadas de Pediatría de Atención Primaria de Andalucía, celebradas a finales de marzo, destacaba la preocupación tanto de los profesionales como de diversas sociedades científicas por la falta de pediatras en la atención primaria de la región.

Murcia, achaca esta falta de profesionales en la comunidad a la dejadez por parte de las instituciones. Además, subraya que las ofertas de esta especialidad no resultan tan atractivas para las nuevas generaciones de médicos, que prefieren especialidades como la dermatología, donde las condiciones laborales son mejores.

Según el portal de transparencia de la Junta de Andalucía, por provincias, es Huelva la que se encuentra en peor situación, un 70% de los niños onubenses están sin pediatra. La provincia, en la que residen 70.902 menores de 14 años, cuenta solo con 65 pediatras. Para que todos los niños tuvieran un profesional asignado, cada pediatra tendría que atender a más de mil niños.

Málaga, la mejor atendida

Algo similar ocurre en Almería, con 103 profesionales, el 65% de los menores carecen de una atención pediátrica especializada.

Esta falta de especialistas también se percibe en Jaén y Cádiz donde la mitad de los niños no tienen acceso a un médico especializado en menores. En la provincia costera solo un 50% de los niños tiene acceso a un pediatra, mientras que solo un 48% de los jienenses tienen asignado un profesional. También faltan especialistas en Córdoba, donde solo el 35% de los niños pueden acudir a una consulta pediátrica.

Por el contrario, las provincias andaluzas que tienen una mejor situación son Málaga y Granada, con solo un 16% y un 18%, respectivamente, de niños que no tienen asignados un pediatra. Sevilla cierra el pódium de las mejor posicionadas con un 22% de los menores que no son atendidos por un especialista en medicina infantil.