Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Medio Ambiente
Andalucía se seca. Es una cruda realidad. El Gobierno andaluz, tras la aprobación hace unos días del cuarto decreto contra la sequía, lleva presupuestado en total unos 500 millones de euros en obras de infraestructuras hidráulicas para contrarrestar los efectos de la falta de lluvia, pero las limitaciones de agua en grandes ciudades como Sevilla, Málaga y Córdoba no llegarán hasta el verano, en principio, según ha anunciado el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. ¿Se ha pulsado tarde el botón rojo o estamos aún a tiempo de remediar la situación?
Los embalses de Andalucía se encuentran en la actualidad al 22% de su capacidad. Hace justo un año estaban al 51,35%; y hace 10 años casi al 57%. No era un dato excelente, pero no tan crítico como hoy. Andalucía es la comunidad autónoma con los peores datos del país, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Le sigue la Región de Murcia, cuyos embalses están al 25,68% de su capacidad. En el otro extremo se encuentran Galicia, que disfruta de unos pantanos al 86,58% de su capacidad, y Navarra, al 85,5%.
Ante esta situación, algunos expertos ven en la desalación de agua marina y la reutilización de aguas residuales dos posibles soluciones eficientes y sostenibles ante la sequía. De hecho, un 9% del agua potable que sale por los grifos del país procede ya del mar y un porcentaje similar de aguas residuales procedentes de los váteres son depuradas con una gran calidad, según los últimos datos disponibles de la Asociación Española de Desalación y Reutilización.
"En Andalucía ya se están poniendo en marcha iniciativas para fomentar el aprovechamiento de las aguas residuales y las desaladoras, pero es cierto que llegamos tarde para tomar medidas preventivas y se tiende a tomar medidas correctivas", explica el biólogo andaluz Francisco Mora Aguilar, especialista en el ciclo integral del agua y la ingeniería ambiental.
"Los recursos hídricos disponibles en Andalucía son generalmente insuficientes para satisfacer las necesidades que la sociedad actualmente demanda de agua en cantidad y calidad. Este déficit hídrico crea la necesidad de adoptar una serie de medidas que mejoren la gestión del recurso a través del ahorro de agua y el mejor aprovechamiento del recurso existente. Además de estas medidas, es necesario abordar actuaciones encaminadas a incrementar los recursos propios, y, en este marco, cabe la reutilización de las aguas residuales urbanas depuradas, algo que ya recoge el Acuerdo Andaluz por el Agua", continúa el biólogo.
La Junta de Andalucía está realizando "una apuesta sin precedentes" por las aguas regeneradas como una fuente hídrica adicional muy importante para el sector agrario y, como consecuencia, vital para reservar más agua para el abastecimiento de la población, según explican desde la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.
En los últimos tiempos, el gobierno andaluz ha puesto en marcha tratamientos terciarios de aguas residuales. Esto son procesos físicos y químicos especiales con los que se consigue limpiar las aguas de contaminantes concretos como fósforo, nitrógeno, minerales, metales pesados, virus o compuestos orgánicos.
Hay puntos, como en la comarca de La Axarquía, en Málaga, que se ha pasado de no proporcionar nada de agua regenerada a los regantes, cero, a proporcionarles 22,5 hectómetros cúbicos anualmente.
En la provincia de Granada, concretamente en Almuñécar y La Herradura, también se ha conseguido recientemente poner a disposición de los agricultores 4 hectómetros cúbicos. Y, entre Roquetas de Mar, ya en servicio, y El Ejido, que se pretende que sea inminente, la previsión es dotar a los agricultores del Poniente almeriense de 18 hectómetros cúbicos de aguas regeneradas, según datos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.
Con la llegada de 2024 ha arrancado el II Plan de Aguas Regeneradas para poner en servicio en torno a 70 hectómetros cúbicos adicionales anualmente antes de que finalice esta legislatura. Está previsto que este agua regenerada adicional cuyo destino será el campo salga de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de El Toyo y El Bobar, en la capital Almeriense; de la de Balerma y Adra, en el Poniente almeriense; de la de Mojácar, Vera y Cuevas del Almanzora, en el Levante almeriense; de la EDAR de Huelva; y de las estaciones de Algeciras y La Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz.
Por otro lado, el IV Decreto de Sequía contempla una serie de actuaciones para la regeneración de agua y su reutilización por parte de los agricultores. Estas actuaciones están previstas en Jerez de la Frontera, donde se quiere poner a disposición del campo 7 hectómetros cúbicos de agua regenerada; Bajo Guadalhorce (5 hectómetros cúbicos); Guadalhorce (15 hectómetros cúbicos), Antequera (7 hectómetros cúbicos) y Motril (6 hectómetros cúbicos).
El IV Decreto de Sequía prevé también que la Junta de Andalucía asuma el coste de las conexiones a las aguas regeneradas para regantes de la Axarquía, Guadalhorce, Levante almeriense, Bajo Guadalete y Motril.
Además, en la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, que es de competencia estatal y supone el 67% del territorio andaluz, el Gobierno de Andalucía "se compromete a realizar conexiones con los regantes para que no se queden fuera de esta importante oportunidad hídrica".
La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha destacado en numerosas ocasiones que "Andalucía es líder en la lucha contra la sequía y la comunidad autónoma que más está apostando por la fabricación de nueva agua y la búsqueda del equilibrio hídrico". "El esfuerzo está siendo titánico, pero está dando sus frutos y preparando a Andalucía para las sequías del futuro y para combatir los efectos del cambio climático", ha apuntado Crespo. "El gobierno actual está haciendo una revolución hídrica sin precedentes. Las inversiones del agua supone el 42% de la obra pública de Andalucía".
La consejera ha definido los tratamientos terciarios como "obras estratégicas que aportan agua para cubrir la demanda del 50% del regadío del Plan Guaro o el 10% del sector de frutas y hortalizas del Poniente almeriense. Cifras nada despreciables que, no sólo da garantías hídricas, sino que vienen a afianzar aún más a futuro el empleo y la economía de la zona".
El biólogo Francisco Mora asegura que, una vez tratada y adecuada, las aguas residuales no sólo pueden tener un uso agrícola a través del riesgo de cultivo, también puede tener un uso urbano (riego de parques y jardines, baldeo de calles o limpieza de alcantarillado), un uso industrial (aguas de proceso y limpieza, torres de refrigeración), ambiental (recarga de acuíferos) o, incluso, un uso recreativo (riego en campos de golf y sistema de aguas ornamentales).
La consejera Carmen Crespo asegura que el Ejecutivo andaluz "ha sido valiente e innovador apostando por los terciarios y las aguas regeneradas más que ninguna otra comunidad". Sin embargo, Andalucía sólo reutiliza el 5,21% de sus aguas residuales tratadas, una cifra por debajo de la media nacional, que roza el 11%, según los último datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al año 2020. En el caso de Andalucía, hablamos de 99.968 metros cúbicos al día reutilizados de los 1.915.525 metros cúbicos al día tratados.
Aunque este porcentaje parezca bajo, Andalucía no es la que presenta peores datos del país, sino que se sitúa, aproximadamente, en la mitad de la tabla, en el puesto número ocho de una lista con 17 comunidades autónomas más las ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla. Regiones como La Rioja, Extremadura, Ceuta y Melilla no reutilizan sus aguas tratadas (0%); mientras que la Región de Murcia, por el contrario, aprovecha el 91,38% de las aguas residualestratadas, la gran mayoría de ellas en el sector de la agricultura. Le sigue arriba de esta lista las Islas Baleares, que reutiliza el 45,42%, según datos del INE.
Expertos apuntan que la falta de datos actualizados sobre la cantidad de agua reutilizada no ayuda a la hora de tomar medidas y ser más eficaces. Francisco Mora está convencido de que Andalucía ha mejorado sus datos en los últimos cuatro años y ya no está en ese 5%, pero no existen datos oficiales y públicos que respalden esta idea.
"No es fácil calcular estos porcentajes debido a los diferentes entes públicos y privados implicados en el proceso. Esperemos que pronto se pueda disponer de estos datos", apunta Mora, que asegura que ni la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDYR), ni la Asociación Española De Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) cuentan con datos actualizados. Las últimas cifras disponibles corresponden a 2020 y proceden del Instituto Nacional de Estadística.
En el caso de Andalucía, el 5,2% de las aguas residuales tratadas son reutilizadas, el 35,4% va al mar y el 59,4% restante acaba en un cauce fluvial, según el INE. A nivel nacional; el destino de las aguas residuales tratadas es el siguiente: el 22,7% al mar; el 61,2% a un cauce fluvial; el 10,9 se reutilizada; el 0,3% acaba en infiltraciones al terrero; y el 0,1 otros.
De ese poco más del 5% de agua regenerada, el 66,9% se usa en la Agricultura; el 11,5% en la industria; el 10,9% en jardines y zonas deportivas de ocio; y el 10,7% en otros uso. No se dedica nada de este agua regenerada a la limpieza de alcantarillado y baldeo de calles, según datos del INE.
Según diferentes expertos, la tecnología actual ya es capaz de depurar el agua del váter con una calidad también suficiente para beberla, pero la legislación española no lo permite de momento, algo que sí ocurre en otros puntos del planeta como California (EE.UU), Singapur o Namibia. Estos expertos apuntan a un problema de confianza, es decir, todavía existen muchos recelos en la sociedad sobre el uso de un recurso sacado de las aguas residuales.
El uso del agua regenerada para el consumo humano está generando una gran debate a nivel europeo "debido a los potenciales riesgos microbiológicos-sanitarios", explica Francisco Mora. No obstante, los altos niveles de excelencia técnica que están alcanzando las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) permiten obtener un agua depurada de tan elevada calidad que puede ser devuelta al río, aguas arriba, para mezclarse con el agua cruda y ser captada por las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP). "De hecho, es más que probable que el agua del río que llega a las ETAP esté mucho más contaminada que la que sale de las EDAR". Por todo ello, según este biólogo, una vez sometida a un nuevo y riguroso tratamiento, sería perfectamente apta para los diferentes usos, incluso el humano.
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