Adictos desde la más tierna infancia a las pantallas
nuevas tecnologías
La Unidad de Adolescentes el Hospital Quirón de Málaga avisa del abuso de las tecnologías entre los menores
Los niños pueden desarrollar déficit de atención o insomnio, entre otros
Los niños y adolescentes hacen uso de las pantallas para todo: leer, estudiar, entretenerse, relacionarse con amigos, con los compañeros y los familiares. A veces lo hacen de una forma desmesurada, con una media de cinco horas diarias, que puede alterar su salud. La adicciones acechan al ser humano desde la más tierna infancia.
El doctor Manuel Baca, jefe del servicio de Pediatría y de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud de Málaga, señala que "el excesivo uso de dispositivos con pantallas -ordenadores, tabletas, móviles, etcétera- puede originar, entre otros efectos, déficit de atención, problemas de sueño, hiperactividad, agresividad, menor rendimiento académico y dificultades en el desarrollo del lenguaje y de la adquisición de vocabulario".
Por ello, este médico recomienda a las familias establecer un orden y unas normas para su correcto uso bajo su supervisión. Asimismo, es aconsejable el entretenimiento mediante lectura y juegos tradicionales, pues potencian la resolución de problemas, la creatividad y el ejercicio físico.
El uso de las nuevas tecnologías puede ser muy bueno y estimulante para los jóvenes, son herramientas de conexión y aprendizaje; sin embargo, "se estima que los jóvenes pasan alrededor de cinco horas al día usándolas, lo que supone un uso desmedido que altera su conducta y salud".
"Lo más importante es ser conscientes de que un mal uso de las tecnologías puede crear adicciones y muchos jóvenes pueden perder la dimensión de la realidad e intensificar el riesgo de aislamiento social", incide este especialista.
Existe un riesgo social y emocional. Cada vez se necesita más tiempo de uso para obtener el mismo nivel de satisfacción, manifestándose en limitaciones de la conducta social, cambios en las relaciones familiares y en el rendimiento académico, señala este médico mediante una nota que recoge Europa Press.
En muchas ocasiones, la adicción que generan las pantallas nos lleva a utilizarlas a todas horas, alterando incluso las horas de sueño. "El riesgo se encuentra en usar el móvil o la tableta como herramienta de desconexión, como preparativo al sueño, sin tener en cuenta la dependencia virtual que conlleva y la disminución de la calidad del sueño", alerta el equipo de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud de Málaga.
Diversos estudios han demostrado que interactuar con dispositivos electrónicos antes de acostarse provoca insomnio crónico, considerándose una de las grandes patologías del siglo XXI. De hecho, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica PNAS alerta de la capacidad de estos dispositivos de hiperalterar el cerebro.
"Para dormirse, nuestro cuerpo debe liberar melatonina, la hormona inductora del sueño y ésta sólo se produce si creamos un entorno propicio para ello: oscuridad, silencio, cuerpo relajado, párpados cerrados* La luminiscencia de la pantalla es un factor que lucha contra nuestro descanso. El uso de un dispositivo emisor de luz acaba por retrasar la conciliación del sueño ", dice el especialista.
La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos demostró a través de una encuesta que chatear es la actividad más frecuente cuando estamos en posición horizontal, acostados. Un 20% realiza esta actividad prácticamente cada noche y un 69% de ellos son menores de 30 años. La encuesta también emitió un dato preocupante en relación con la interferencia del sonido del móvil: alrededor de un 16% de los encuestados admitió que se despertaba por la noche a causa de los sonidos del teléfono.
Los aparatos, mejor en el salón
La prevención de todo abuso es fácil de formular, pero muy difícil de ejecutar. En el caso de las nuevas tecnologías lo es más puesto que, según alerta Manuel Baca, jefe del servicio de Pediatría y de la Unidad del Adolescente del Hospital Quirónsalud de Málaga, "hablamos de un invitado permanente en todos los hogares; una herramienta útil para todas las edades que facilita muchas acciones en el día a día y que usamos de más para entretenernos y conectarnos con los demás". Para evitar el uso indebido, los especialistas definen una serie de pautas claras a aplicar por los padres para limitar la tecnología por parte de sus hijos. Los dispositivos tecnológicos no pueden estar en la habitación del niño o adolescente, sino en una habitación de tránsito, como el salón o un despacho. Además, tiene que haber una persona adulta presente cuando el menor esté utilizando la tecnología para que controle el tiempo de exposición, así como los contenidos, medios y redes sociales que se visitan y la información que reciben.
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