Acuerdo entre Ferraz y el PSOE andaluz para mantener a los presidentes de diputación
Fernando Rodríguez Villalobos e Irene García seguirán al frente de las organizaciones provinciales de Sevilla y Cádiz, respectivamente
Las relaciones entre las direcciones andaluza y estatal del PSOE siguen en una especie de luna de miel que ha permitido llegar a un acuerdo sobre las presidencias de las diputaciones. Ferraz ha acordado con San Vicente que lo seis dirigentes provinciales socialistas que están actualmente en el cargo seguirán en sus puestos.
El acuerdo desactiva la operación ideada desde Madrid después de que Susana Díaz, secretaria general del PSOE andaluz perdiese el poder en la Junta. La intención inicial de la dirección nacional de Pedro Sánchez era controlar las diputaciones, pero, por el momento, no habrá cambios en las presidencias de las mismas. "Hay coincidencia total", apuntan desde ambas direcciones, que destacan en un comunicado el "clima de total colaboración" que ha caracterizado la negociación.
En la reunión de trabajo de donde sale este acuerdo ha estado, por la parte andaluza, Juan Cornejo, mientras que Santos Cerdán fue el representante de la dirección estatal. El resultado de estas negociaciones garantiza la continuidad de los presidentes de las diputaciones de Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba, Jaén y Granada. Las de Málaga y Almería están en manos del PP.
Queda despejado, al menos de momento, el futuro de Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación del PSOE, quien pretende seguir al frente de la Diputación. Su continuidad se había puesto en duda cuando se supo que Francisco Toscano, presidente del Comité Federal del PSOE y uno de los principales valedores de Pedro Sánchez en Andalucía. Es muy probable que el veterano político sevillano no finalice el mandato y su sucesión se active en los próximos dos años.
El caso de Irene García en Cádiz era similar, con el agravante de que la política sanluqueña es la presidenta provincial del PSOE. En ambas provincias hubo una disputa en la elaboración de las listas para las generales del pasado 28 de abril. Ferraz quiso poder de decisión en la confección de las candidaturas y, de hecho colocó a dos de los ministros en el número uno: María Jesús Montero y Fernando Grande Marlaska.
Las direcciones provinciales de Sevilla y Cádiz, afines a Susana Díaz, plantearon un pulso con Madrid que sabían perdido de antemano. Aunque las listas se elaboran de abajo a arriba, finalmente es la Comisión Federal de Listas, controlada por Ferraz, quien tiene la última palabra. Finalmente, la dirección sanchista hizo valer su potestad y modificó las candidaturas, relegando a puestos medios a los candidatos elegidos por las asambleas.
Esa Comisión Federal de Listas es el organismo que decide también sobre las listas de diputados provinciales de las que salen las corporaciones provinciales. Si el PSOE andaluz hubiera intentado otro pulso, le habría ocurrido lo mismo, pero la reunión que Susana Díaz mantuvo con Pedro Sánchez el día después de las elecciones municipales, europeas y autonómicas parece haber provocado un cambio de rumbo en una situación que, hasta hace no tanto, parecía insalvable.
Rodríguez Villalobos, probablemente de forma temporal, seguirá en su puesto, igual que Irene García. El resto de presidentes socialistas de las diputaciones tenían, en mayor o menor medida, asegurada su continuidad. José Entrena (Granada), Ignacio Caraballo (Huelva), Francisco Reyes (Jaén) y Antonio Ruiz (Córdoba) llegaron a un acuerdo con la dirección federal antes del 28-A y la integración de los sanchistas en sus territorios comenzó ya hace semanas, lo que facilitó la calma orgánica.
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