El ADN del joven detenido en Arriate está en la piedra con que fue golpeada Esther

Los resultados de una prueba de ADN condujeron ayer por la mañana a la detención de un menor de 17 años que supuestamente estaría implicado en la muerte de María Esther Jiménez, la niña de 13 años que fue encontrada sin vida el pasado 19 de enero en Arriate. Según pudo saber este periódico, hasta tres son los perfiles de ADN que habrían coincidido con el del supuesto autor del crimen. Uno de ellos correspondería a los restos de su piel que habrían quedado en la piedra con la que presuntamente habría golpeado a la niña. El segundo pertenecería a los restos encontrados en las uñas de Esther, y el tercero, a varios cabellos, según confirmaron a Málaga Hoy fuentes cercanas a la investigación.

Estos tres restos de ADN habrían dado positivo en las comparaciones realizadas con las muestras de saliva tomadas al detenido durante la declaración que días atrás prestó ante la Guardia Civil. Según pudo saber este periódico, el arrestado estaba en una lista formada por 11 sospechosos elaborada por la Guardia Civil y por la Policía Local, según fuentes cercanas a la investigación.

Los intensos comentarios que auguraban detenciones "en las próximas horas" se convirtieron ayer en realidad con el arresto de este menor. Pasado el mediodía entraban los primeros agentes de la Guardia Civil en la casa de los padres para proceder a la detención. Tres de ellos accedían discretamente al domicilio del joven, aunque treinta minutos después llegaban varios equipos de agentes de paisano que despejaron la calle de viandantes y periodistas para colocar un cordón de seguridad que permitiese proteger adecuadamente al arrestado.

Una vez asegurada la zona con más de una veintena de efectivos de la Guardia Civil, se inició el registro del domicilio habitual del joven, que fue realizado por un equipo de la policía científica del Instituto Armado, al que se pudo ver grabar su actuación desde la entrada a la casa, de la que sacaron una caja completa con los objetos que recabaron como pruebas. Tras el largo registro, sobre las 15:00, el movimiento de agentes denotaba que el traslado del menor se encontraba cerca. A los pocos minutos era introducido en uno de los vehículos camuflados para proceder a su traslado a Málaga, donde se espera que pase a disposición judicial a lo largo de la jornada de hoy.

Una vez finalizado el trabajo en el domicilio, situado en el interior del casco urbano, el dispositivo especial se dirigió hacia varias casas propiedad del abuelo del detenido, situadas en el paraje conocido como Camino de Parchite. Allí el registro duró solo unos minutos. Según fuentes próximas a la investigación, únicamente se buscaba algo "muy concreto".

Una vez que finalizaron los registros, el menor fue trasladado a Málaga porque Ronda no cuenta con una Fiscalía de Menores. Además, el objetivo era evitar que se pudieran producir posibles altercados porque a las puertas del cuartel de la Guardia Civil de Ronda se concentró un considerable número de personas, que, al igual que ocurrió en la salida de los vehículos de Arriate, prorrumpieron en gritos de "asesino". No obstante, en esta ocasión el presunto autor del homicidio ya estaba viajando hacia la capital malagueña y no se encontraba en ninguno de los vehículos que llegaron hasta la ciudad del Tajo.

Precisamente, la presencia de medios de comunicación apostados desde primera hora en una zona próxima su domicilio fue provocando que se fuesen congregando decenas de vecinos en los alrededores de la zona, aunque el cordón de seguridad evitó que se produjese ningún tipo de incidente y únicamente hubiese los mencionados gritos a su salida.

En cuanto al móvil del asesinato, las fuentes consultadas por este periódico descartaron que hubiese sido una motivación sexual. De hecho, desde un primer momento se daba prácticamente por descartada esta hipótesis al haberse encontrado el cuerpo de la joven vestido y únicamente con la cara tapada por su chaqueta. Desde un primer momento, los investigadores del caso trabajaron con la hipótesis de que el autor del homicidio era de Arriate porque la zona en la que fue encontrado el cuerpo, en la caseta de la depuradora de la piscina, era de muy difícil acceso. Hasta ayer el joven había mantenido su inocencia ante sus amigos, a los que había asegurado estar "tranquilo" a la vez que "cansado" de que algunas miradas en el pueblo se dirigiesen hacia él como el principal sospechoso.

La familia de la Esther Jiménez prefirió ayer no realizar declaraciones. Ana María Albarracín, vecina que asegura ser portavoz de los parientes de María Esther, afirmó a la agencia Efe que los familiares están muy mal y muy afectados y que "ya, por fin, se va a hacer justicia y si es el culpable, que lo pague".