El pasado incendiario del menor detenido por el crimen de Palomares
El adolescente arrestado por matar al joven de 18 años participó en la quema de contenedores y coches de Coria hace dos años
Conforme avanza la investigación se consolida la tesis de que el asesinato fue obra de una pandilla que salió de cacería
Las últimas horas de la víctima
El menor de edad detenido como presunto autor del asesinato de un joven de 18 años en Palomares del Río tiene un pasado como pirómano. El adolescente, que ahora tiene 16 años, fue detenido en noviembre de 2020 por quemar contenedores y vehículos de Coria del Río, su localidad de origen.
El menor fue arrestado entonces por la Policía Nacional, que puso en marcha una operación contra estos incendios intencionados de Coria y otras localidades cercanas. Fueron detetenidas tres personas y otras dos identificadas. Sólo un miembro del grupo había alcanzado la mayoría de edad y otro no había llegado aún a los 14, por lo que no se le pudo imputar ningún delito.
A esta pandilla se la consideró responsables de la quema continuada de contenedores en Coria del Río desde mediados de octubre de 2020. Algunos de estos incendios afectaron a coches que estaban aparcado cerca de los recipientes de basura.
Desde el verano ardieron en este municipio más de 120 contenedores, lo que generó una gran alarma social en el pueblo. Además, otros miembros del grupo estuvieron relacionados con incendios anteriores de pastos. En su momento, la Policía informó de que el motivo de estos fuegos era el puro vandalismo. El menor también tenía otros antecedentes por robos y agresiones.
Este chico fue arrestado el martes como presunto autor del crimen de Jesús R. J., el joven de 18 años que fue apaleado y apuñalado en la puerta de su casa en Palomares del Río. La Fiscalía de Menores decretó ayer el internamiento del sospechoso en un centro cerrado.
La Guardia Civil mantiene abierta la investigación y trata de identificar y localizar a más personas implicadas en la agresión. Conforme avanzan las pesquisas, todo apunta a que el crimen no tuvo ningún móvil claro, sino que se trató de la obra de una pandilla que salió de cacería la noche de Halloween.
El asesino y su grupo de amigos coincidieron con la víctima en un parque cercano al domicilio de ésta, donde hubo un primer encontronazo. Después, lo persiguieron y se aseguraron de que estuviera solo para asaltarle y agredirle hasta la muerte.
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