Amenazas de un paciente ebrio a una médica en San Juan de Aznalfarache: "Reza para que no le pase nada a mi padre"

El sindicato CSIF Sanidad Sevilla ha denunciado un nuevo episodio de violencia en el centro de salud de San Juan de Aznalfarache, siendo este el segundo incidente de agresión registrado en menos de un mes. El ataque se produjo en la noche de ayer martes contra una doctora que atendía la guardia nocturna, según informaron los delegados sindicales del Distrito Sanitario Aljarafe.

Según el relato de Alejandra Gómez, delegada de CSIF, un individuo irrumpió en las instalaciones sanitarias bajo evidentes efectos del alcohol, exigiendo "una ambulancia YA" para trasladar a su padre, quien supuestamente llevaba tosiendo desde el día anterior. En ese preciso momento, las dos ambulancias disponibles estaban ocupadas atendiendo otras emergencias, encontrándose en el centro únicamente tres profesionales, celador, médico y enfermero.

La facultativa agredida evaluó inicialmente la urgencia del caso y, tras determinar que no constituía una emergencia, explicó al afectado que se tomarían sus datos para que la ambulancia pudiera desplazarse al domicilio en cuanto quedara disponible. Fue entonces cuando, al darse la vuelta para continuar con la atención a otros pacientes, el agresor comenzó a proferir amenazas, llegando a decirle que "rezara porque no le pasara nada a su padre", lo que obligó a intervenir tanto al enfermero como al celador presentes.

Deficiencias en seguridad

Tras abandonar el agresor las instalaciones, los profesionales "procedieron, de inmediato, a informar de lo ocurrido a las autoridades competentes y al centro coordinador". Este incidente pone de manifiesto, una vez más, la precaria situación de seguridad que afrontan los trabajadores sanitarios.

La representante sindical ha subrayado que este nuevo caso de violencia se produce mientras los profesionales "siguen pendientes de la incorporación de un guardia de seguridad, que no se pone por falta de presupuesto", recordando que dicho personal debería estar operativo en el centro desde septiembre. Esta reivindicación no atendida agrava la sensación de desprotección entre el personal sanitario, expuesto a situaciones de riesgo durante el desempeño de sus funciones asistenciales.