Sustancias frecuentes en la industria química y agrícola

Las inspecciones detectaron un nivel alto de fenol y dimetilacetamida, que al ser vertidas pueden permanecer un largo periodo de tiempo en el agua

Localización de la zona afectada y sustancias vertidas
Localización de la zona afectada y sustancias vertidas / Fuente: Instituto Nacional De Seguridad E Higiene En El Trabajo. Gráfico: Dpto. De Infografía
Diego J. Geniz

24 de octubre 2017 - 06:55

Náuseas, fuertes dolores de cabeza y taquicardias. Éstos son los síntomas que los vecinos de la barriada Guadalquivir, en Coria del Río, vienen padeciendo desde finales de septiembre. Se trata de los efectos que provocan dos sustancias que los técnicos de Emasesa han hallado en las inspecciones llevadas a cabo. Una es fenol y otra, dimetilacetamida (DMAc). Productos que suelen ser frecuentes en las industrias químicas, farmacéuticas y agrícolas.

El fenol es una sustancia que se puede adquirir de forma natural o fabricada. Si se obtiene puro, su aspecto es incoloro o blanco. Cuando se adquiere preparado, su estado es líquido. Su olor es muy característico, pues recuerda al alquitrán. De hecho, es un componente habitual del alquitrán de hulla, un líquido muy viscoso que se usa para recubrir superficies, ya que resulta muy potente frente a la erosión.

Aunque ahora hayan saltado las alarmas por el caso de Coria, el fenol es habitual -en pequeñas cantidades- en productos de consumo, tales como el pollo frito, las salchichas ahumadas y algunos pescados. Es frecuente también en artículos de higiene, como los enjuagues bucales, y en productos farmacéuticos, como las pastillas para el dolor de garganta, diversas cremas para lesiones de la piel e inyecciones para tratar enfermadades crónicas. Esta gran aplicación se debe a que sirve de desinfectante, bactericida, fungicida y antiséptico, de ahí que sea usual su presencia en la industria química, farmacéutica y clínica.

Para tales usos, el fenol no supone ningún riesgo, pues se emplea como ingrediente en pequeña cantidad. Los problemas comienzan a surgir cuando se utiliza en grandes proporciones. La Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades precisa que una exposición prolongada a esta sustancia provoca "irritación de las vías respiratorias, dolor de cabeza y ardor en los ojos". La ingestión en grandes cantidades provoca "quemaduras internas y la muerte".

Por tanto, se trata de un elemento cuyo grado de afección sólo se considera alarmante cuando se encuentra presente en elevadas cantidades, situación que no se corresponde, por ahora, con el caso de la barriada Guadalquivir, de Coria.

La Consejería de Salud desmintió que las sustancias sean cancerígenas

La referida agencia descarta que el fenol sea cancerígeno, extremo que también negó este lunes la Consejería de Salud en una nota enviada a los medios de comunicación para tranquilizar a la población. De igual modo, tampoco se ha comprobado que los niños sean más vulnerables a esta sustancia que los adultos.

Lo que sí resulta llamativo -y que podría explicar su aparición en las alcantarillas corianas- es la larga presencia del fenol una vez que ha sido liberado en cantidades superiores a la habitual. En el suelo puede permanecer de dos a cinco días, mientras que en el agua, durante una semana o más. Conforme mayor sea el volumen vertido, el periodo de permanencia se prolongará más. Todo apunta a que lo ocurrido en Coria esté vinculado a este supuesto.

La otra sustancia detectada, la DMAc, es también un líquido incoloro, cuyo olor recuerda al del pescado. Se trata de un potente disolvente usado en las resinas, polímeros y algunas sales inorgánicas. Es frecuente su utilización en productos farmacéuticos y pesticidas.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo destaca que este producto presenta una "leve toxicidad" para quienes lo manejen o se expongan a él. Se detecta cuando su concentración supera los 45 ppmm, es decir, los 163 miligramos por metro cúbico, nivel que -a falta de que lo confirmen los técnicos especializados- se ha podido alcanzar en el caso del supuesto vertido de Coria.

Los efectos más críticos de la DMAc, según este instituto, son la irritación del tracto respiratorio y la hepatotoxicidad, es decir, la afección al hígado. Los síntomas de los que los vecinos alertan coinciden con el primer supuesto, ya que algunos habitantes de Coria han acudido al centro de salud al sufrir problemas respiratorios.

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