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La Guardia Civil ha detenido a dos personas que habían cometido numerosos robos en Benacazón. Uno de los sospechosos, un delincuente con numerosos antecedentes, amenazó a un chatarrero que se negó a comprarle los objetos robados. Le dijo que le iba a quemar la chatarrería. El otro detenido es un colaborador del principal implicado. Esta operación, denominada Ratadan, ha permitido el esclarecimiento de numerosos robos.
La investigación la ha llevado el equipo Roca de Sanlúcar la Mayor. Esta unidad se encarga de la prevención y lucha contra los robos en en el campo, si bien en este caso los delincuentes entraban a robar en viviendas. Los agentes detectaron que uno de los sospechosos, a la vez que robaba, gestionaba la venta de los objetos sustraídos en un polígono industrial de Sanlúcar la Mayor. Ante la negativa del propietario de la planta de reciclados, el delincuente le amenazó con quemarle el negocio. Llegó incluso a exhibir un arma, que resultó ser simulada.
Según informó este lunes el instituto armado, los investigadores llevaban meses realizando numerosas vigilancias ante el incremento de los robos en viviendas que se estaban cometiendo, principalmente en la localidad de Benacazón y también en la de Sanlúcar la Mayor, donde estaba ubicada la chatarrería. La Guardia Civil llegó incluso a recibir cartas anónimas señalando a los autores de los robos, debido al clima de inseguridad y de crispación que se estaba generando entre los vecinos.
Las investigaciones realizadas dieron como resultado la detención de estos dos vecinos de Benacazón, conocidos por su amplio historial delictivo por delitos contra el patrimonio y contra las personas, siendo ambos proclives a darse a la fuga para eludir la acción de la Justicia. Se les atribuye la autoría de ocho delitos de robo con fuerza en Benacazón y Sanlúcar la Mayor. Lo hacían siempre siguiendo el mismo modus operandi. Los agentes lograron recuperar parte de los objetos sustraídos, los cuales, fueron devueltos a sus legítimos propietarios.
Los investigados fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, que decretó la puesta en libertad con cargos de los dos detenidos. A uno de ellos se le impuso la prohibición de acercarse a menos de trescientos metros de la planta de reciclado y de su propietario, medidas que la Guardia Civil considera de vital importancia para evitar así que los centros de reciclaje se vean coaccionados en algunos casos, y engañados en otros, recogiendo objetos en muchas ocasiones que han sido previamente robados en viviendas habitadas.
La Guardia Civil está intensificando las inspecciones sobre estos centros de reciclaje, y de cualquier otro tipo de centro o empresa dedicada a la recepción de productos que pudieran haber sido sustraídos previamente y fueran de ilícita procedencia, instando a sus propietarios a que ellos mismos sean quienes denuncien inmediatamente los hechos cuando duden de la procedencia lícita de dichos productos.
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