¿Cuántos huevos se pueden comer a la semana?
Alrededor de este alimento siempre ha habido muchas creencias, como la que indica que consumir uno al día es malo para la salud
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Muchas creencias populares señalan que no es sano consumir un huevo diariamente, por lo que el límite semanal estaría por debajo de siete. Algo totalmente falso, al igual que otros mitos que siempre han ido de la mano con este alimento, como que aumenta la posibilidad de padecer un problema cardiovascular.
Los expertos indican que no supone ningún peligro consumir un huevo diariamente. De hecho, la Universidad de Pekín de 2018 llegó a la conclusión, tras una investigación, de que podría reducir las posibilidades de sufrir un infarto o un ictus.
Así que como señalan los especialistas, no solo es sano consumir un huevo al día, sino que el límite semanal estaría en 18. Una persona sana puede comer ese número de huevos sin que repercuta negativamente en la salud.
Aunque no todas las personas necesitan ingerir la misma cantidad. Por ejemplo, estos límites tienen unas restricciones para quienes padezcan determinado problemas de salud. Las personas que tengan el colesterol alto deberán limitar el consumo de huevos a, como máximo, 4 a la semana. Tampoco podrán abusar de este alimento quien tenga sobrepeso, sobre todo de las yemas, que es la parte más grasa.
En cambio, las personas que no toman carne o pescado, o lo hacen de manera muy esporádica, pueden ingerir más huevo, para así conseguir la cantidad de proteína que el cuerpo requiere. Quien hace ejercicio también suele consumirlo con más frecuencia, sobre todo su clara, que es la parte más proteica.
Los expertos también apuntan que es más recomendable consumir huevos ecológicos o de granja, pues las condiciones en las que han sido criadas las gallinas repercute directamente en la calidad del producto.
Cómo saber si un huevo está fresco
Consumir un huevo que no está fresco puede causarnos una infección por salmonela, que nos provocaría diarrea, vómitos o fiebre, por lo que es importante comprobar el estado del alimento antes de tomarlo. Una prueba infalible para hacerlo es la del vaso.
Para llevar a cabo la comprobación de la frescura del huevo, lo introduciremos en un vaso con agua que lleve un poco de sal disuelta. Si el alimento se va al fondo significa que está fresco; en cambio, si flota, habría que deshacerse de él, ya que podría sentarnos mal.
A la hora de conservarlos, se debe hacer en el frigorífico, colocando la punta más fina del huevo hacia abajo. Las variaciones de temperatura afectan negativamente al alimento, por lo que se recomienda sacar de la nevera el que se vaya a cocinar inmediatamente antes de hacerlo.
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