La Policía imputa hasta diez delitos a los agentes antidroga de Alcalá de Guadaíra

Asuntos Internos investiga si revendían objetos intervenidos en las redadas con la colaboración de un chatarrero

Cacheos, móviles depositados y taquillas precintadas, así fue la operación de Alcalá de Guadaíra

Policías llevan material intervenido en la operación a la comisaría de Alcalá de Guadaíra. / José Luis Montero

La Policía Nacional imputa hasta diez delitos a los cinco agentes antidroga de la comisaría de Alcalá de Guadaíra. Los cargos son los siguientes: pertenencia a organización criminal, cohecho, apropiación indebida, contra la salud pública, omisión del deber de perseguir delitos, falsedad documental, coacciones, robo con fuerza en casa habitada, allanamiento de morada y revelación de secretos. Los investigados son un subinspector y cuatro policías, que forman el grupo de estupefacientes de esta sede policial, creado hace unos años. Todos ellos fueron detenidos el pasado martes en el curso de una investigación de Asuntos Internos y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) central, que por el momento se ha saldado con 35 personas arrestadas.

A lo largo de la mañana de ayer declararon los 31 detenidos civiles, la mayoría de ellos con antecedentes por tráfico de drogas y otros delitos. Los cinco agentes comparecieron ante los investigadores durante la tarde y se acogieron a su derecho constitucional a no declarar. Está previsto que pasen a disposición del juzgado de Instrucción número 3 de Alcalá de Guadaíra a lo largo de este jueves. 

Los cincos funcionarios se ha acogido a su derecho a no declarar y pasarán hoy ante el juez

En cuanto a los otros 31 detenidos, la Policía puso en libertad ayer al menos a media docena, según han confirmado a este periódico fuentes de la investigación.

Las pesquisas policiales se iniciaron hace unos seis meses y han permanecido declaradas secretas durante todo este tiempo, una medida que aún se mantiene. En estos meses se han realizado escuchas, seguimientos, vigilancias y otras medidas propias habituales en este tipo de casos.

Los agentes realizaron 27 registros en Alcalá de Guadaíra y otras localidades, como Utrera, Los Palacios, Mairena del Alcor, Morón de la Frontera o Dos Hermanas, entre otros municipios. En algunos de ellos se intervinieron distintas cantidades de droga, como un kilo de cocaína y pequeños paquetes destinados a la venta al menudeo. Estas sustancias no se hallaron en las casas de los policías, que se registraron sobre las cinco y media de la mañana, antes que las del resto de los implicados. Muchas de las entradas en domicilios se llevaron a cabo en la barriada de Rabesa, una de las más deprimidas de la localidad y precisamente donde se encuentra ubicada la comisaría.

La colaboración de un chatarrero

Una de las cuestiones que se están investigando, según indicaron a este periódico las mismas fuentes, es la posible reventa de efectos intervenidos en operaciones antidroga. Para ello, los policías investigados requerían de la colaboración de un chatarrero de Alcalá, que también fue detenido en la operación. Este chatarrero era la persona encargada de hacerse con objetos y herramientas utilizadas para las plantaciones de marihuana, tales como focos, balastros, conectores y aparatos de aire acondicionado. En teoría, se las entregaban para que las destruyera y emitiera el correspondiente certificado garantizando la eliminación de estos residuos. Sin embargo, se le investiga por revenderlas y repartir supuestamente el dinero entre todos. No ha trascendido el grado de implicación de cada uno de los cinco agentes y si todos participaban de estas actividades irregulares, o al menos las conocían.

La operación continúa abierta y ha supuesto una auténtica conmoción en Alcalá de Guadaíra. La comisaría sigue funcionando con los policías bajo un estricto control, teniendo que entrar de uno en uno en los vestuarios. Durante la jornada del martes, mientras se desarrollaban los registros, tuvieron que depositar temporalmente sus teléfonos móviles y se precintaron las taquillas. Todo el personal que trabaja en la comisaría, ya fuera policía o no, fue cacheado al iniciar sus turnos de trabajo. 

Todo esta situación contribuyó a aumentar la tensión existente en la comisaría desde hace unos meses y de la que todos responsabilizan al comisario jefe, Elías Manuel Navarro Dorado, que tomó posesión de su cargo el pasado mes de febrero. Desde entonces, hay 26 policías de baja médica por cuadros de ansiedad y depresión. Se han abierto varios expedientes disciplinarios a policías y también se investiga a varios por presuntamente falsear las estadísticas. El grupo de Policía Judicial se había visto reducido prácticamente a dos agentes.

Al mediodía del martes, los agentes de Asuntos Internos y la Udyco central entraban en la comisaría cargados con una serie de efectos intervenidos. Entre ellos había material utilizado para plantaciones de marihuana, como conectores de gran tamaño para los enganches de la luz, bombonas y motores. También se podían ver armas largas tipo escopeta que un agente llevaba guardadas en sus fundas. Todavía no ha trascendido el balance completo de esta operación.

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