Alcalá de Guadaíra recibe a los 85 refugiados de Malí que vivirán cuatro meses en un hotel
La normalidad preside la primera jornada de los migrantes en la ciudad, sin un solo incidente más allá de la bronca política
Los subsaharianos están atendidos por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado
Los migrantes han pasado varios meses en Granada y huyen de la guerra que afecta a su país desde 2012
Dos fotógrafos de prensa permanecen apostados frente a la puerta del HotelSandra, un establecimiento de tres estrellas ubicado en la calle Montserrat Caballé de Alcalá de Guadaíra. Apenas hay movimiento en el hotel, del que sale una empleada a fumar un cigarillo y se asoma un vigilante de seguridad. Giran la esquina de la calle Silos dos de los 85 refugiados de Malí que han llegado este lunes a la ciudad, y que pasarán al menos cuatro meses viviendo en este hotel.
"¿Vais a entrar o volvéis luego?", les pregunta el vigilante. "Luego, luego", responden los dos jóvenes, que pasan de largo de la puerta y se sientan en un banco de una plaza cercana. Pasa un coche de la Policía Local que ni se detiene ante el hotel. También lo hacen varios vecinos que saludan a los fotógrafos y poco más. La normalidad es la nota común de este primer día con los nuevos inquilinos del hotel, que llegaron sobre la una de la tarde en dos autobuses.
Proceden de un centro de Granada en el que han estado en los últimos meses, pero que ha cerrado sus puertas, lo que ha obligado al Gobierno a realojarlos en distintas ubicaciones. Esta acción está coordinada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Todos los migrantes proceden de Malí y huyen de la guerra en su país, donde hay un conflicto bélico desde el año 2012. Forman parte de un grupo de personas a las que se está gestionando el proceso de acogida en España.
Fuentes de esta organización no gubernamental indicaron a Efe que, "aunque las cifras son lo de menos", no son 150 las personas que recalarán en Alcalá, como dijo en un primer momento la alcaldesa de la ciudad, la socialista Ana Isabel Jiménez, que también demandó más información sobre esta medida al Gobierno central. Tras estas primeras declaraciones, el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra difundió un comunicado explicando que los 85 migrantes cumplen con las plazas que tiene el hotel y recordó que son personas "víctimas de conflictos, vulneraciones de sus derechos o persecuciones".
CEAR se encargará de gestionar el hotel como lugar de acogida para refugiados en principio hasta el 31 de diciembre. Allí los migrantes están siendo atendidos por un equipo de profesionales de la entidad, entre los que hay abogados, psicólogos y personal administrativo para encargarse de todos los trámites.
La alcaldesa señaló que la llegada "se ha realizado con normalidad", y apuntó que está "convencida" de la buena acogida que estas personas tendrán en el pueblo. "Lo hicimos en el pasado con refugiados de los Balcanes, del pueblo saharaui o de la guerra por la invasión de Ucrania, por lo que sé que ante este reto responderemos de la misma manera", indicó la regidora.
Antes de la llegada de los refugiados, este domingo, sí hubo protestas por parte de algunos vecinos, que se concentraron ante las puertas del hotel alentados sobre todo por partidos de extrema derecha. En el momento de la llegada de los autobuses, la PolicíaNacional estableció un dispositivo alrededor del establecimiento para garantizar la seguridad, si bien no ha habido incidente alguno en toda la jornada.
Vox no quiso desaprovechar la ocasión para criticar al Gobierno central. El portavoz de la formación ultraderechista en el Parlamento andaluz, Manuel Gavira, acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de poner "la pulsera del todo incluido" a los subsaharianos, "en vez de expulsarlos". Gavira hizo estas declaraciones en la puerta del hotel Sandra. También advirtió que estos migrantes son "todos adultos y corpulentos" y "ya están generando preocupación, miedo e incertidumbre" en los vecinos de Alcalá de Guadaíra, y acusó al Gobierno andaluz de mantener "actitudes buenistas hipócritas" con las que el problema "no se va a solucionar".
En un tono mucho más comedido habló el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que aseguró que los centros de acogida de migrantes en Andalucía "están ya colapsados". "Cuidamos a los menores no acompañados, pero no es fácil poder aguantar mucho tiempo", dijo Moreno en un acto en Lucena. El presidente andaluz aseguró que no tiene conocimiento del traslado de refugiados a Alcalá y lamentó que "no es la primera vez que ocurre, que el Gobierno no nos informa". Moreno recordó que los andaluces son un "pueblo solidario" y reclamó al Estado "transparencia y financiación", así como que "garantice la seguridad de nuestras fronteras".
El presidente de la Junta de Andalucía dio un "sí" a la llegada de migrantes, aunque abogó por un modelo de atención que calificó como "regular y ordenada", para rechazar seguidamente la "desordenada, la caótica", por lo que demandó al Estado el uso de instrumentos, "de una vez por todas", como Frontex. "Hemos sido solidarios con Canarias y lo estamos siendo con la ciudad hermana de Ceuta", proclamó Moreno.
Por su parte, La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Lopes López, reprochó al Ejecutivo de Pedro Sánchez el traslado y que éste se hiciera con "información oficial cero y sin coordinación". López dijo haberse enterado de la medida "por la prensa" y lamentó que el Gobierno siga "actuando de espaldas a las comunidades autónomas y de los ayuntamientos". "Esa es su política migratoria", denunció.
López también un mensaje de tranquilidad a los padres de los alumnos del colegio público Silos de Alcalá de Guadaíra, que está próximo al hotel en el que se alojan los refugiados, y que habían mostrado su inquietud por la presencia de los migrantes en el entorno del centro educativo. En una entrevista en Canal Sur Radio, la consejera dijo que está "segura de que en la localidad se van a poner todos los medios por parte del Ayuntamiento para que haya una regulación normal de acceso al centro educativo". "Más allá de la preocupación que como familia se pueda tener, el colegio es un entorno seguro", remarcó, animando además a "poner la mano en el corazón" ante la situación en la que llegan los migrantes a Alcalá.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, respondió a las críticas y recordó la "frivolidad e irresponsabilidad" que marcó la política migratoria del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
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