Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Productores de distintas organizaciones agrarias, cooperativas y los representantes del sector agroalimentario en Bruselas coinciden en llamar la atención sobre el descenso de precios del tomate español y afirman que este producto se está llevando la peor parte del acuerdo suscrito por la CE con Marruecos.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía ha denunciado en innumerables ocasiones la entrada de productos provenientes de Marruecos en plena campaña de frutas y hortalizas, sobre todo de tomate, con una consecuencia directa: una alarmante bajada de los precios que arruina a los agricultores andaluces.
COAG entiende que la importación de tomate de Marruecos en el mercado europeo supone una competencia desleal, así como un peligro para la salud por la falta de garantías sanitarias ante el uso de pesticidas prohibidos en Europa, a lo que hay que sumar los menores costes laborales que rebajan los precios de los productos agrícolas.
Andrés Góngora, responsable de Frutas y Hortalizas de COAG Andalucía, afirma que la importación de los productos marroquíes ha desestabilizado el mercado de las frutas y hortalizas, especialmente desde que el pasado 15 de octubre entró en vigor el acuerdo de asociación en materia agrícola entre la Unión Europea y Marruecos.
El pasado mes de noviembre, recién empezada la campaña en Almería, Andrés Góngora ya denunció la situación una vez más y se remitió a la información del mercado de referencia en la importación de Marruecos, el mercado internacional de Perpignan.
Góngora señala que “tan sólo hay que echarle un vistazo a los precios a los que se están vendiendo los productos de Marruecos en Perpignan para comprender por qué se han desplomado los precios que se pagan a los agricultores andaluces”. La bajada de los productos hortícolas era generalizada y, entre los productos más perjudicados está el tomate.
Por ello, COAG Andalucía exigió entonces y vuelve a exigir ahora al Ministerio de Agricultura “que actúe sin medias tintas ante este grave daño a nuestros agricultores, que además soportan unos altos costes de producción”. Agrega que “para colmo, en la orden de rebajas fiscales publicada en el BOE no aparece ninguna reducción para las Frutas y Hortalizas, a pesar de ser un sector fundamental para Andalucía, que ha estado al pie del cañón durante la pandemia y que ha tenido que sufrir plagas y fenómenos meteorológicos como el temporal Gloria en enero de 2020”.
Además de al Ministerio de Agricultura, el responsable de Frutas y Hortalizas de COAG hace un llamamiento a la Junta de Andalucía, a la que insta a cumplir su compromiso de vigilar el etiquetado fraudulento de los productos de Marruecos que se venden como de origen español. “Existen indicios -dice- de que esta práctica se sigue produciendo, por lo que pedimos a la Junta que esté vigilante, como prometió, ante este fraude”.
La eurodiputada Clara Aguilera, portavoz socialista de la Comisión de Agricultura en la Eurocámara, ha pedido a la CE que corrija la “ineficacia” del sistema de precios de entrada frente a importaciones de tomate marroquí en la Unión Europea.
En una pregunta escrita, Aguilera insta al Ejecutivo comunitario a que modifique el sistema de cálculo del valor global de importación a tanto alzado, para que el sistema de precios de entrada sea efectivo y proteja la estabilidad del mercado del tomate de la Unión.
En el escrito, la eurodiputada señala que el acuerdo de la UE con Marruecos “viene ocasionando graves pérdidas en la rentabilidad de los productos hortícolas de Granada, Almería y Murcia, especialmente”. Esta realidad, apunta, hace que la producción de algunos productos como el tomate vean disminuida su producción año tras año, “de forma proporcional al incremento irregular del contingente de tomate marroquí que entra en la UE”, denuncia Aguilera.
“Uno de los principales problemas es que el sistema de precios de entrada no cumple los fines perseguidos, pues es imposible que su valor caiga por debajo de un precio de referencia, fijado hace 25 años, para el tomate redondo, sin diferenciar el valor de mercado de otras variedades, como el tomate Cherry”, señala.
En este sentido, recuerda que el precio de entrada, establecido en 1995, supone para el sector europeo “la única salvaguarda frente a las importaciones que distorsionan el comercio, evitando, en teoría, que accedan al mercado comunitario con precios inferiores a un umbral de seguridad”.
“El precio de entrada de los productos es de hace 26 años y ni siquiera posteriormente se han querido revisar los precios y establecer diferencias con productos de menor tamaño y con alto valor de mercado”. La eurodiputada insiste en que esta situación está perjudicando gravemente a los agricultores de Granada y Almería. De no corregirse, apunta, “se esta condicionando el futuro hortícola de ambas provincias, algo que no estamos dispuestos a consentir en futuras revisiones de este acuerdo”.
Por su lado, Juan Antonio González Real, presidente de Consejo Sectorial de Frutas y Hortalizas deCooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, señala que el contingente de exportación que tiene Marruecos para vender tomate a la Unión Europea o los precios de entrada que se estipularon en su momento no sirven para el objetivo que fueron creados: cuidar de la producción de los países europeos.
Como ejemplo de ello señala que en la campaña actual, desde octubre hasta marzo de este año, Marruecos ha exportado 373.500 toneladas de tomate, de las que sobre 134.000 tuvo que pagar arancel por sobrepasar su cupo en ese tiempo. Ante esta situación González Real explica que “si tiene un arancel pequeño porque fue reducido en el último acuerdo a un 3,5%, a Marruecos no le importa, porque pueden seguir vendiendo por debajo de los precios de venta de un producto similar con origen en España”.
Y también llama la atención el presidente de Consejo Sectorial de Frutas y Hortalizas de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía sobre los precios mínimos, pues desde hace años se tomó como referencia el precio del tomate cherry, normalmente vendido a precios más altos. “Esto -dice- subió los precios de importación del tomate marroquí y pueden vender siempre por encima del 0,46 euros por kilo estipulado como mínimo; es decir, pueden seguir introduciendo tomate a un precio más competitivo que el de un país europeo, como España, que tenemos unos costes mucho más altos”.
Gustavo Ródenas Díaz, director de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada agrega que la Federación de Cooperativas de Granada lleva muchos años denunciando este problema “y cada año nuestras cooperativas y agricultores pierden más; necesitamos mayor compromiso de la Unión Europea, el Estado español y la comunidad autónoma andaluza para defender unos intereses que afectan a todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde el productor al consumidor”.
La Federación exige a estas tres administraciones un mayor control de los productos agroalimentarios importados de terceros países, revisión de los acuerdos comerciales para garantizar similares requisitos, cumplimiento de una reciprocidad real en las relaciones comerciales y control del fraude en el etiquetado que realizan empresas españolas y europeas.
“Tenemos que proteger la agricultura española y europea. No podemos dejar la alimentación en manos de otros países porque lo pasaremos mal en un futuro, igual que lo hemos pasado en esta pandemia”, añadió.
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