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Crisis por la sequía
La actual cosecha de cereales está cada vez más complicada debido a los altos costes de producción y a la sequía, y los agricultores temen incluso por la próxima campaña.
Así lo ha declarado a AGR+Andalucía el presidente de Asaja Cádiz y vicepresidente del COPA Cogeca, Pedro Gallardo, quien apunta que “se compromete muchísimo la viabilidad de los cereales para este final de campaña y sobre todo para el inicio de la campaña siguiente porque hay que pagar muchos de los insumos, la producción viene muy recortada, hay mucho grano de Ucrania que ha entrado y hay volatilidad en los mercados y además nos encontramoslo que lleva a un escenario muy complicado”.
Gallardo reclama la actuación de la Administración comunitaria: “Evidentemente nos solidarizamos con los agricultores de Ucrania, pero la UE tenía que haber intervenido ya y haber puesto en funcionamiento el Fondo de gestión de crisis y haber compensado a los agricultores españoles por esta masiva entrada de grano procedente de Ucrania”. Agrega que en esta tesitura “la PAC tampoco está ayudando, porque significa un recorte para la mayoría de los agricultores cerealistas, que en muchas ocasiones está entre el 15% y el 30% y además supone mayores exigencias con disminución de los rendimientos porque hay que hacer prácticas distintas, que en muchas ocasiones o te limitan la superficie o la capacidad productiva”.
“Con todo esto el escenario es muy complicado para el agricultor cerealista español”, añade.
Las organizaciones agrarias están aforando los resultados de la cosecha de cereales de invierno, que según Asaja, se verá reducida en un 65% respecto a 2022. Al tiempo, Cooperativas Agro-alimentarias de España ha realizado una primera estimación de la cosecha de cereales en 9 millones de toneladas, lo que supone un 48,5% menos con respecto a la pasada campaña. Por cultivos, estima que en trigo blando se alcanzarán los 5,05 millones de toneladas, en cebada 2,8, en maíz 2 millones de toneladas, en trigo duro 318.305 toneladas, en avena 123.204 toneladas, centeno 32.135 y triticale y otros 108.509 toneladas. El rendimiento medio estimado en esta campaña es de 1,66 toneladas por hectárea.
Cooperativas advierte de que un elevado volumen de hectáreas no se cosecharán por bajo rendimiento, porque cultivos como la avena, el centeno y los triticales se han utilizado para aprovechamiento ganadero.
La Sectorial de Cereales de Asaja estima que se cosecharán 9,4 millones de toneladas menos que el pasado año y mantiene que las altas temperaturas y la ausencia de lluvias durante los meses de febrero a mayo “han dado al traste con unas expectativas de cosecha que se consideraban normales al inicio de la campaña. Esto resulta especialmente preocupante para un país como el nuestro, deficitario en grano”.
Por cultivos, Asaja espera una producción de 2,12 millones de toneladas en trigo blando; 216.000 toneladas en trigo duro; 2,41 millones de toneladas en cebada; 123.000 toneladas de avena; 31.000 toneladas de centeno y 103.000 toneladas de triticale. “Los recortes en los rendimientos son generalizados en la práctica totalidad de la superficie cerealista nacional”, agrega.
La organización agraria reclama ayudas adicionales a todas las administraciones. Explica que en los últimos meses los agricultores de países del Este de la UE han conseguido 130 millones de euros adicionales del presupuesto comunitario para compensar la entrada masiva de grano procedente de Ucrania. “España, como segundo mayor destinatario de los granos exportados de Ucrania, entendemos que también debería recibir compensaciones similares de la Unión Europea, ya que la entrada masiva del grano ucraniano en nuestro país ha provocado un hundimiento importante en las cotizaciones de nuestros cereales”, asevera.
Asaja entiende que las limitaciones y prohibiciones que impone la nueva PAC van en contra de las necesidades que tiene España para satisfacer su demanda. “Además -dicen- igual que nuestras producciones pasan rigurosos controles para su exportación, pedimos la misma reciprocidad con las importaciones”.
Recuerda, tanto a las autoridades nacionales como europeas, que España necesita anualmente más de 36 millones de toneladas de cereales para atender nuestras necesidades de consumo (humano y animal) y que por tanto es necesaria una apuesta decidida, y con dotación económica suficiente, para rebajar nuestra dependencia exterior de grano y evitar posibles desabastecimientos, “máxime si tenemos en cuenta la situación de instabilidad de los mercados internacionales en estos momentos”. Por último, la sectorial de cereales hace un llamamiento a que se priorice la utilización de producto nacional, por su buena calidad, ayudando así a los cerealistas, así como minimizar la huella de carbono.
Por su lado, Cooperativas Agro-alimentarias considera que la caída de la producción debida a la sequía padecida pone de manifiesto la necesidad de buscar nuevas técnicas y soluciones que mejoren el rendimiento de los cultivos y hagan frente a los desafíos del cambio climático. Señalan que la investigación, la mejora genética y las nuevas variedades, son las claves que tiene el sector para mejorar sus rendimientos, así como unas políticas adecuadas de gestión del agua que garanticen el acceso sostenible a recursos hídricos adecuados para la agricultura. Una cosecha corta supone un gran reto de logística para el sector cerealista, que debe garantizar el normal y necesario suministro a lo largo de toda la campaña para cubrir las necesidades de consumo de la importante cabaña ganadera nacional.
Cooperativas Agro-alimentarias de España recuerda la necesidad de una buena y organizada gestión y planificación que ayude a minimizar el impacto de la corta producción y favorezca la distribución de cereal a lo largo de toda la campaña de comercialización.
Por otro lado, como cada año, con el inicio de la cosecha de cereales, la Lonja de Cereales y Oleaginosas de Sevilla ajusta su ritmo a sesiones semanales. No obstante, este año informa de que debido a la notable reducción de las cosechas provocada por la sequía y el calor extremo, existe una incertidumbre palpable en torno a la evolución de los precios.
“El déficit de agua y las altas temperaturas sitúan a esta campaña en riesgo de ser una de las más perjudicadas en la historia reciente de Andalucía, tanto en términos de rendimiento como de calidad. En este escenario, se vuelve imprescindible la clasificación de las diferentes calidades según el peso específico”, señalan. Adicionalmente, la disminución de pasto ha propiciado un aumento en la demanda de forrajes, lo que genera un especial interés en el comportamiento de los precios de los cereales en este ciclo.
La Lonja de Sevilla destaca que el parón actual de las operaciones de mercado se debe a que la industria nacional se encuentra en un estado de abastecimiento y a la espera de rendimientos y calidades. El descenso de las cotizaciones en los mercados internacionales ha instado a la industria a mantenerse a la expectativa de una posible estabilización.
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