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"La mayor parte del olivar español no sería rentable sin subvención"

Máximo Cañete. Olivicultor y consejero delegado de CBH Agro Innova

Afirma que Portugal lleva tiempo siendo el referente de la nueva olivicultura en la península ibérica y que España tiene un espectacular potencial productivo

07 de abril 2015 - 01:00

Máximo Cañete Baquerizo es, a sus 40 años de edad, consejero delegado de CBH Agro Innova. Ingeniero Técnico Agrícola, es olivicultor de tercera generación, con explotaciones en Córdoba y Jaén, y creador, de la mano de CBH, de un proyecto empresarial de reconversión del olivar tradicional: Renovoliva. Fundada en 1997, CBH es una empresa especializada en el diseño, la ejecución integral de proyectos de plantación de olivar y almendro, y en el seguimiento técnico posterior del cultivo. Las instalaciones centrales de esta empresa se encuentran en Córdoba, pero también cuenta con filiales en Beja (Portugal) y Casablanca (Marruecos). En la actualidad, CBH está desarrollando numerosos proyectos en España, Portugal y Marruecos, y también está prestando servicios como consultor inmobiliario a nuevos inversores, interesados en la compraventa y arrendamiento a largo plazo de grandes fincas rústicas donde implantar cultivos de alta rentabilidad, tales como el olivar superintensivo y el almendro de alta densidad.

-Aunque su empresa empezó como distribuidora de fitosanitarios, actualmente tiene varias líneas de negocio, pero la más importante es la plantación mecanizada de olivos y en concreto lo que llaman "plantaciones llave en mano". ¿Qué es esto ?

-Sin duda alguna, tras casi dos décadas vendiendo fitosanitarios, y a la vista de la estricta y cada vez más restrictiva normativa existente en cuanto a su aplicación, así como los reducidos márgenes con que solemos trabajar la mayoría de los distribuidores, CBH sigue viva a día de hoy gracias a nuestra apuesta inicial por la diversificación. En concreto, ofrecemos un servicio "llave en mano" o 100% integral de transformación de una explotación en cualquier cultivo de los llamados de alta rentabilidad, tales como olivar o almendro superintensivo, variedades de cítricos con royalty, viñedo en espaldera, etcétera. Una cuestión que nos diferencia es que nunca subcontratamos ningún tipo de servicio, y por ello podemos presumir de ser capaces de ejecutar, con nuestros propios medios de personal y maquinaria, todos y cada uno de los trabajos necesarios para llevar a cabo un proyecto integral de transformación de una finca, desde el diseño del proyecto, la instalación de riego, la plantación mecanizada con tecnología GPS, hasta la recolección y el asesoramiento en la comercialización de la cosecha. Además, hace tan sólo un par de años pusimos en marcha CBH Realty, con objeto de prestar un servicio de consultoría inmobiliaria. Y la verdad es que esta línea constituye a día de hoy una de las principales fuentes de ingresos de CBH.

-En 2009 también lanzaron al mercado un proyecto de reconversión del olivar tradicional con objeto de transformarlo en un olivar moderno y rentable. ¿Qué coste tiene y en cuanto tiempo se amortiza?

-En mi modesta opinión, estamos asistiendo a un momento clave en la historia de la agricultura en España, gracias a la confluencia de diversos factores, tales como la reducida rentabilidad de la mayoría de los cultivos, la inminente reforma de la PAC, el difícil relevo generacional de gran parte de los agricultores, la constante cotización alcista de nuestros costes de producción y la incertidumbre generada por un Plan Hidrológico Nacional que nunca parece terminar de concretarse... A pesar de ello, nuestro potencial productivo es espectacular, nuestra situación geográfica, inmejorable y nuestros productos son reconocidos mundialmente por su alta calidad. Pero no debemos descuidarnos lo más mínimo, nuestros competidores también están mejorando sus explotaciones y sus industrias agroalimentarias, y por ello debemos situarnos siempre a la vanguardia . En este sentido, estamos obligados a rentabilizar nuestras explotaciones, y a hacerlas más competitivas de cara al futuro, y en el caso del olivar tenemos muchísimo trabajo por delante, ya que la mayor parte del olivar español (en torno al 75%) no sería rentable en un hipotético escenario de ausencia de subvenciones, debido fundamentalmente a su baja productividad y a su alta dependencia de mano de obra. Pero nuestro proyecto Renovoliva sólo sería viable para una parte del olivar tradicional. El olivar depresivo o de montaña no podría acogerse a este plan de modernización.

-Las nuevas tecnologías están facilitando la implantación y el desarrollo de este tipo de sistemas productivos, ¿cuáles son las novedades más importantes en este campo?

-La evolución es continua, y los últimos años han sido espectaculares en cuanto a la aplicación a la agricultura de nuevas tecnologías. Las plantaciones y las aplicaciones son guiadas por sistemas GPS de máxima precisión, las necesidades hídricas y nutricionales de los cultivos se miden por teledetección, dendrometría, etc. Y los sistemas superintensivos facilitan la mecanización integral de la poda y la recolección. Igualmente, la gestión de datos es instantánea gracias a internet, y la monitorización on line de las parcelas casi no conoce límites.

-Ustedes cuentan ya con una sede en Casablanca y otra en Beja. ¿Por qué Marruecos y Portugal llaman tanto la atención de las empresas agrarias andaluzas?

-Evidentemente, se trata de nuestros vecinos, aunque cada uno tiene sus propias características y atractivos para desarrollar allí distintos tipos de proyectos agrícolas. Marruecos es un país en plena ebullición, con prácticamente todo por hacer (infraestructuras de riego, industrias agroalimentarias, implantación de nuevos cultivos, etcétera), con una excelente climatología desde el punto de vista agronómico, y con unos costes de mano de obra muy reducidos. Su principal hándicap quizás sea la falta de profesionalidad y agilidad burocrática, y la nefasta coordinación entre sus instituciones. En cuanto a Portugal, la apuesta estaba clara, ya que en mi opinión lleva varios años siendo el claro referente de la nueva olivicultura en la península Ibérica, gracias en gran medida al megaproyecto hidráulico del Alqueva, y a la calidad y buenos precios de adquisición de la tierra.

-¿Qué volumen de trabajo tienen actualmente en Marruecos?

-Con nuestro lote de Milenium I casi finalizado, estamos a la espera de que salga este año la licitación de Milenium II, donde esperamos ser de nuevo uno de los máximos adjudicatarios de obra del proyecto. Si todo va según lo previsto, nuestra previsión de facturación para este año rondará los cuatro millones de euros.

-¿Trabajan allí para clientes españoles o autóctonos?

-Nuestros principales clientes son mayoritariamente autóctonos, aunque hemos realizado colaboraciones puntuales con empresarios españoles, y también hemos trabajado con algún que otro grupo agroalimentario francés.

-Portugal es otro foco de atención de las empresas españolas, que están comprando grandes superficies de tierra y produciendo en el país vecino, ¿Qué ventajas tiene sobre España?

-Sin duda alguna, y en primer lugar, el agua, tanto por su cantidad y garantía de suministro como por la calidad de la misma, y por el competitivo precio. A día de hoy, el pantano de Alqueva constituye la mejor garantía posible para la implantación de un proyecto de riego. Y, en segundo lugar, el precio de la tierra sigue siendo más competitivo que el de Andalucía, incluso a pesar de la bajada experimentada en nuestra tierra en los últimos años por motivo de la crisis.

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