El olivar busca cómo acabar con las malas hierbas
XXVI Jornadas del Olivar de Asaja-Sevilla
La limitación de los fitosanitarios les hará perder efectividad. Baja el rendimiento graso del fruto. La aceituna molturada no cubre aún al 5% de la producción prevista.
El sector del olivar se resiente por la falta de productos fitosanitarios para combatir las plagas y las malas hierbas, pues en los útlimos años se han perdido la posibilidad de aplicar muchas materias activas. Es un asunto que se está notando especialmente este año por las abundantes lluvias caídas al principio de la campaña y que se puso de manifiesto en las XXVI Jornada de Olivar que Asaja-Sevilla ha celebrado en La Puebla de Cazalla.
Mientras se habla de una posible rebaja del aforo en la producción española de aceite de oliva, en un contexto ya de baja producción mundial, los asuntos puramente agronómicos también preocupan a los olivareros. De hecho, en las jornadas de Asaja-Sevilla se destacó la falta de fitosanitarios, cuestión especialmente preocupante en una campaña con un inicio tan lluvioso como la actual, tal como explicó el responsable técnico de Syngenta, Juan Trigos, quien habló sobre la necesidad de que las autoridades amplíen el número y variedad de las materias activas que quedan en el mercado para combatir las malas hierbas, ya que la limitación de las que se pueden usar actualmente va a provocar que se de una resistencia, es decir, que los fitosanitarios pierdan efectividad.
El técnico de Syngenta señala que en otras zonas productoras sí hay más variedad de sustancias activas permitidas, lo que supone una desventaja competitiva para el olivar español, por lo que recomendó al sector que tome la iniciativa y reclame ante el Ministerio, como está haciendo otros sectores, caso del almendro.
Destacó la idoneidad del “flazasulfuron”, la materia activa del Terafit, un herbicida de alta persistencia, seguro para el medio ambiente y para la calidad del aceite y que ofrece muy buenos resultados en el control de las malas hierbas más frecuentes en el olivar, especialmente en el periodo de post-emergencia temprana.
En el encuentro se analizaron, entre otros, asuntos, la marcha de la campaña olivarera, la situación de los mercados internacionales de aceite de oliva y las negociaciones sobre la reforma de la PAC.
Verano suave y otoño lluvioso
En cuanto a la campaña olivarera, en la XXVI Jornada de Olivar de Asaja-Sevilla, se constató que viene marcada por un notable retraso y una importante reducción del rendimiento graso de la aceituna, que de media es inferior en un 2% al que se obtuvo en la pasada campaña;una circunstancia que podría llevar a revisar los aforos iniciales a la baja. Ya han transcurrido ya los dos primeros meses del inicio oficial de la campaña de recolección de aceituna de molino y aún queda por molturar el 95,4% de toda la cosecha.
Un verano suave, que retrasó la maduración de la aceituna y un otoño más lluvioso de lo normal han ralentizado la recolección de la aceituna de molino y, en consecuencia, la molturación de la aceituna y la llegada de los nuevos aceites a los lineales.
El jefe del Servicio de Estudios de la Consejería de Agricultura, Juan Bascón, quien expuso el aforo elaborado por la Consejería de Agricultura, indicó que a 1 de diciembre, transcurridos dos meses del inicio oficial de la campaña de recolección, tan sólo se habían obtenido 61.755 toneladas de aceite de oliva en España, un 4,6% de la producción prevista por el Ministerio de Agricultura, que asciende a 1.598.900 toneladas, un volumen que, pese a ser superior en casi un 27% al de la pasada campaña, resultará insuficiente para compensar la caída de producción que se prevé experimenten el resto de países productores.
Este dato fue puesto también de manifiesto por el director adjunto del Consejo Oleícola Internacional (COI), Jaime Lillo, quien destacó que en la campaña 2018/19 la producción mundial de aceite de oliva se situará en 3.131.000 toneladas, un 5,5% menos que la pasada campaña, como consecuencia de la drástica caída de la producción en Italia, Grecia, Túnez, Turquía y Portugal, entre otros.
Tal como puso de manifiesto el responsable del COI, “España producirá en esta campaña el 50% de todo el aceite de oliva que se obtenga en el mundo; lo que supone una muestra clara del liderazgo de nuestro país en este producto”. Y explicó que este liderazgo se está trasladando también a los mercados, puesto que España es ya el principal abastecedor de EE.UU., principal importador de aceite de oliva del mundo, que compró 322.000 toneladas la pasada campaña, seguido de China y de Japón.
El cambio en las tendencias de consumo en el entorno mundial fue otro de los aspectos que ocupó un espacio importante en las jornadas y fue comentado Tanto por Jaime Lillo como por el secretario general de Agricultura, Rafael Peral.
Los datos reflejan que en los últimos años el consumo crece en los nuevos países consumidores, mientras que se estanca o decrece en los países consumidores tradicionales y todo indica que ésta será la tendencia en los próximos años. De hecho, el responsable del COI incidió en “la necesidad de hacer las cosas muy bien para que estos nuevos productores mantengan la confianza en el aceite de oliva de España, país que se lleva el 37% de todas las exportaciones mundiales, seguido de Italia, que copa el 26%,de Túnez con el 12%, Turquía con el 6% y Portugal con el 5%”.
Respecto a la campaña anterior, según la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), la producción nacional de aceite de oliva, a 30 de septiembre de 2018, ha ascendido a 1.261.094 toneladas (dato de cierre de campaña, aún no consolidado), correspondiendo a Andalucía 958.598 toneladas, el 76,0% de la producción nacional. Ala misma fecha, las importaciones fueron de 164.000 toneladas, mientras que las exportaciones y el mercado interior aparente ascendieron a 883.900 y 471.100 toneladas, respectivamente. Y las existencias finales de campaña a 30 de septiembre ascendieron a 374.900 toneladas, de las cuales el 57,4%, (215.163 toneladas) se localizaron en las almazaras.
El Observatorio de Precios y Mercados agrega que las importaciones se situaron claramente por encima de la media de las cinco últimas campañas, presentando el valor máximo del periodo. En cuanto a las existencias de enlace, rebasaron ligeramente la media de las cinco últimas campañas, aunque lejos del valor alcanzado en 2013/14. Por otra parte, el mercado interior aparente se situó por debajo de la misma, mientras que tanto la producción como las exportaciones, mostraron valores similares a sus respectivos promedios de las cinco campañas anteriores.
La PAC, sin fecha
El cierre de las Jornadas de Asaja-Sevilla corrió a cargo del jefe de los Servicios Técnicos de la organización, Antonio Caro, quien habló sobre la Política Agrícola Comunitaria (PAC). Hizo un repaso por las medidas que propone la Comisión Europea de cara a la próxima reforma de la PAC post 2020 e informó sobre el estado actual de los trabajos de las distintas instituciones implicadas en las negociaciones de esta reforma, el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo.
Caro destacó la incertidumbre sobre la entrada en vigor de la nueva PAC que, con toda probabilidad, se verá retrasada, especialmente, por la dificultad de llegar a un acuerdo plenario del Parlamento Europeo antes de las próximas elecciones europeas y por el retraso en la adopción del nuevo marco financiero para la UE.
No obstante, hizo hincapié en que el retraso de la entrada en vigor hasta 2022 ó 2023 conllevaría el mantener hasta entonces las normas actuales, si bien, con el presupuesto nuevo que se adopte en el marco de las negociaciones presupuestarias del nuevo marco financiero para el periodo 2021/2027.
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