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La mujer busca protagonismo en el sector agrario

Informe sobre brecha salarial y techo de cristal

Aumenta el número de jefas de explotación. Andalucía es una de las comunidades autónomas donde el colectivo femenino gana presencia en puestos de responsabilidad. La brecha salarial sigue siendo importante en el sector en general

Mujer trabajando en un cultivo de invernadero.

Las mujeres han sido y son protagonistas indiscutibles en la producción agroalimentaria y en el mundo rural en general y los últimos datos desvelan que su empoderamiento en este sector traza una línea ascendente, pese a que en materia salarial queda mucho por hacer.

En un contexto convulso para el campo, 7.213 mujeres se han sumado al sector agrario como jefas de explotación en España, aunque no todo es color de rosa y los sueldos de las mujeres dedicadas a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca apenas superan los 5.300 euros; es decir, son casi 3.400 euros inferiores al de los hombres, según el Informe “Brecha salarial y techo de cristal”, elaborado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

Volviendo al mayor peso de la mujer en puestos de responsabilidad dentro de las explotaciones agroganaderas, ha aumentado el protagonismo de forma importante en Andalucía, con un 2,98%, aunque van por delante Euskadi (5,16%), Cantabria (3,99%) y Baleares (3,77%. Y en el extremo contrario sólo cuatro Comunidades Autónomas han reducido el porcentaje de mujeres titulares o jefas de explotación: Madrid, Cataluña, La Rioja y Murcia.

Estos datos se desprenden del estudio elaborado por el Área de la Mujer de COAG y la Confederación de Mujeres del Medio Rural (Ceres), en colaboración con la Fundación Mundubat, sobre la base de los últimos datos publicados en la Encuesta sobre la estructura de las explotaciones agrícolas y diversas fuentes oficiales de FEGA, MAPA y Comisión Europea. El estudio recoge un análisis comparativo entre los periodos 2003-2008 y el 2009-2017.

En esa franja se aprecia un notable incremento en la distribución de mujeres titulares o jefas de explotación, al pasar de 278.344 en 2008 a 285.467 en 2016, lo que significa un aumento de 7.213.

“Estos resultados positivos nos hacen pensar, por un lado, que las mujeres tienen una predisposición positiva hacia la agricultura y ganadería como salida profesional y, por otro, que las medidas de acción positiva hacia las mujeres, en las solicitudes de ayudas a la incorporación de jóvenes al campo del último periodo de programación del Marco Nacional, han servido para fomentar las altas en el sector”, señala Inmaculada Idáñez, responsable del Área de la Mujer de COAG y presidenta de Ceres.

Peticiones

“Necesitamos -añade- una batería de medidas multidisciplinares y diversas que nos faciliten el acceso a esta área económica históricamente tan masculinizada.

El cambio de tendencia evidencia que, con apoyos y reconocimiento de nuestros derechos económicos y sociales, existe el caldo de cultivo necesario para que las mujeres sigan liderando el emprendimiento en el medio rural y fijando población en la España vaciada”.

El informe advierte que el dato más preocupante es el porcentaje de mujeres titulares menores de 30 años, que no supera el 1% del total en cada comunidad autónoma, salvo en Andalucía (1,15%) y Cataluña (1,37%). Por el contrario, el porcentaje de mujeres titulares y jefas de explotación de más de 65 años supera en todos los casos el 35%, y en 6 comunidades más del 50%.

“Esto significa que, en los próximos cinco años, deberían incorporarse en torno a 100.000 mujeres agricultoras o ganaderas para lograr el relevo generacional que garantizase la sustitución y el mantenimiento de los activos agrarios mujeres”, ha señalado Inmaculada Idáñez.

El tamaño medio de las explotaciones de las mujeres sigue siendo menor

Respecto a la distribución de la Superficie Agraria Útil (SAU) y tamaño de la unidad de producción, las mujeres poseen sólo el 23%, por tanto, se puede concluir que la tierra sigue mayoritariamente en manos de los hombres porque, además de ser un porcentaje bajo, no se corresponde con el porcentaje de mujeres titulares de explotaciones que es de un 34,6%. El tamaño medio de las explotaciones de las mujeres sigue siendo menor a las de los hombres en todas las comunidades autónomas y en todas las franjas de edad. La extensión media de las unidades de producción de los hombres es de 24 hectáreas mientras que la de las mujeres es de 16.

Estas diferencias tienen que ver, sobre todo, con la vocación productiva de las explotaciones de hombres y mujeres. Mientras que los hombres siguen dominando en las explotaciones extensivas de cereal, oleaginosas o proteaginosas, así como en el vacuno de carne, las mujeres acceden en mayor medida a la actividad agraria en explotaciones de hortalizas, frutas y ovino o caprino.

En el año 2018 el FEGA volvió a publicar la estadística de los pagos directos y de desarrollo rural desagregada por sexo. Así, se refleja que en el ejercicio 2017 unas 252.214 mujeres percibían las ayudas directas frente a 426.705 hombres. Es decir, un 37,8% son mujeres.

Estos datos indican que la brecha entre perceptores y perceptoras se va reduciendo en cuanto a su porcentaje. En 2012, las mujeres representaban el 30,2% de las personas perceptoras. En cuanto a las ayudas al desarrollo rural, 50.125 de las personas perceptoras fueron mujeres (un 32,8%), frente a 102.601 hombres.

De esta forma, los datos generales de perceptores y perceptoras de la PAC, tanto de ayudas directas como al desarrollo rural, muestran las desigualdades de una política compensatoria de las rentas que, en opinión de COAG y Ceres, “sin duda debería incorporar una perspectiva de género y cuya distribución, muy al contrario, profundiza las desigualdades de partida”.

Las razones

Agregan que el importe medio recibido de ayudas directas y desarrollo rural de las mujeres es en torno a un 40% menos que el de los hombres. Si el importe medio de ayudas directas que reciben los hombres es de 6.059 euros, el de las mujeres es de 3.852 euros. Las razones, obviamente, tienen que ver con el tamaño medio de las explotaciones y también con el reparto de los derechos históricos y la vocación productiva de las explotaciones de los hombres, mucho más orientadas a los cultivos extensivos y al ganado mayor como se ha señalado antes.

«Hay más mujeres en el campo que se dedican a la agricultura y a la ganadería, pero una serie de fenómenos confluyentes hacen que sus trabajos y ellas mismas sean prácticamente invisibles. Igualmente, en muchos casos, son invisibles sus derechos”, ha subrayado Inmaculada Idáñez.

Agrega que “por ello, el estudio que hemos realizado pretende aportar luz sobre la posición y condición de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural y abordar asuntos como: el derecho al trabajo; a un salario digno; a la propiedad de la tierra y de los medios de producción; a la Seguridad Social; a la salud, incluida, por supuesto, la sexual y reproductiva; a la participación política y sindical; el derecho a una vida digna; al acceso a los recursos económicos, a las nuevas tecnologías, a la educación y especialización agraria y ganadera; o el derecho a una vida libre de abusos, agresiones sexuales y cualquier forma de violencia”.

En la imagen, la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, en el centro, rodeada de las representantes de asociaciones de mujeres con las que se entrevistó la pasada semana en Sevilla.

Ayuda para emprendedoras

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible va a articular una línea de avales financieros con condiciones especiales para las mujeres emprendedoras del medio rural, de la pesca y las que trabajan en el sector medioambiental. Así lo explicó la consejera Carmen Crespo a representantes de las principales asociaciones de mujeres en una reunión mantenida en Sevilla, coincidiendo con la celebración del 8M, en una clara apuesta por “la igualdad de oportunidades”.

La titular del ramo ha explicado que el Gobierno andaluz “está más cerca de la mujer rural, pesquera y del área medioambiental, atendiendo sus demandas y ofreciendo posibilidades porque creemos que jugará un papel clave en el presente y futuro de las áreas rurales”. “Hay muchas posibilidades de empleo verde en el que la mujer quiere participar”, ha añadido Carmen Crespo.

El colectivo al que irán destinadas estas medidas son mujeres con un proyecto rural, pesquero o medioambiental que desarrollen su actividad como autónomas o que formen parte de sociedades en las que la participación social femenina supere el 50%. Se considerarán actuaciones financiables las inversiones de equipo, las adquisiciones de oficinas, naves y locales; las pólizas de crédito; leasing o renting; confirming o factoring; el comercio exterior y los avales técnicos y mercantiles.

Entre las ventajas que recibirán estas emprendedoras se encuentran una reducción del coste del aval y de la comisión de estudio, tipos preferentes en los costes financieros, facilidad de negociación y asesoramiento económico-financiero. Todo ello, gracias a un acuerdo con Garantía, una sociedad de garantía recíproca, y a la ayuda de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.

Así, este convenio anunciado por la consejera permitirá fijar una comisión anual del aval del 1,4% frente al 2% que marca el mercado y un 0,5% de comisión de estudio del aval frente al 0,75% habitual.

El programa TalentA de Corteva y Fademur premia a las mujeres

La primera edición del Programa TalentA, una iniciativa pionera de capacitación y financiación para mujeres emprendedoras del entorno rural ha finalizado con la entrega en Sevilla de premios a los tres proyectos de emprendimiento rural, en un acto enmarcado en el Día internacional de la Mujer.

El programa, puesto en marcha por Corteva Agriscience, compañía líder en el sector agrícola en tecnología aplicada a semillas, protección de cultivos y agricultura digital, y Fademur (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales en España), ha recibido 55 solicitudes, de las que finalmente se han seleccionado tres proyectos: un ganador y dos finalistas.

Corteva y Fademur han otorgado el primer premio a Rosa González Chimeno, por su iniciativa Pastando con lobos, un proyecto que nace en Sanabria (Zamora). Alicia Benade Durán recogió uno de los dos premios finalistas, por su proyecto Trigo y Limpio y Ana María Acevedo García obtuvo otro de los premios finalistas por su proyecto Flor Galana, de cultivo, proceso y comercialización de auténticas habas asturianas.

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