La lluvia alivia la montanera, en un sector en crisis
Advierten del serio peligro de desaparición el modelo tradicional de ganadería extensiva en la dehesa. COAG denuncia que la Junta excluye de ayudas a pequeñas explotaciones de porcino
El agua que está cayendo en las últimas semanas traen un soplo de esperanza para los ganaderos de porcino ibérico ante la nueva campaña de la bellota.
El presidente del Consejo Sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Agustín González Sánchez, no pierde la oportunidad para recordar que el sector está afectado “por múltiples incertidumbres y complicaciones, situación que viene cronificándose desde los últimos años y que está poniendo en serio peligro de desaparición el modelo tradicional de la montanera”.
Las lluvias de las últimas semanas propician la entrada de los cochinos ibéricos en la dehesa, donde completarán la última etapa de su cría, en la que se produce el engorde de los animales a base de la ingesta de las bellotas caídas de las encinas y alcornoques.
Pero Agustín González advierte que la climatología, especialmente la prolongada sequía, “ha afectado a la producción de bellotas”, por lo que se estima que será “una cosecha media” y esto supone que los animales necesitarán más cantidad de hierba, cuyo porte ha mejorado tras las recientes precipitaciones.
Costes de los piensos
Una buena montanera es un alivio para los productores del ibérico, pues en los dos últimos años han tenido que hacer frente al incremento desmesurado de los costes de los piensos necesarios para la alimentación durante la cría de lechones y primales, antes de su entrada en montanera.
Este sobrecoste ha provocado que el número de animales que entra en montanera sea inferior cada año.
Así, si en la campaña 2021-2022 fueron a sacrificio un total de 704.000 cochinos ibéricos, según datos de la interprofesional Asici, la previsión es que “en la campaña actual 2022-2023 vayan a matadero alrededor de un 10% menos”, apunta el responsable de Cooperativas Agro-alimentarias. Una tendencia a la baja que “irá a más”, pues en la próxima montanera (2023-2024), tomando en consideración los animales que ya han nacido, se estima que la merma será “de un 20-30%”, recalca.
Falta de rentabilidad
A este respecto, hace hincapié en que, aunque los precios que se paguen a los productores por los animales sean algo mejores en esta campaña, “los gastos no se verán compensados”, por lo que “es más que probable que los ganaderos vuelvan a perder dinero también este año”.
La falta de rentabilidad, unida al exceso de burocracia, a la compleja normativa de bienestar animal y a las cada vez más exigencias del mercado, está desencadenando “una pérdida sustancial de las pequeñas y medianas explotaciones de porcino en extensivo, afectando también a las cooperativas ganaderas”, señala.
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