Los conflictos internacionales y la sequía castigaron el campo
Balance del ejercicio y expectativas para el nuevo año
Las cosechas fueron cortas y los costes de producción altos con la consecuencia de precios bajos. Los aranceles de Estados Unidos a las producciones españolas y el Brexit inquietan al sector
Las organizaciones agrarias -Asaja Andalucía, COAG Andalucía y UPA Andalucía-, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Feragua y Ecovalia coinciden en que el año que ahora termina ha sido casi “horribilis” y ello debido a dos factores fundamentalmente: una sequía estructural que ha traído menores cosechas y el incrementos de los costes de producción, con el paralelo hundimiento generalizado de los precios, y una coyuntura internacional marcada por el ataque arancelario de Estados Unidos y el miedo al Brexit, mientras se demoró el presupuesto comunitario y por ende la nueva PAC.
La consejera de Agricultura, Carmen Crespo, también nos aporta su visión de como ha ido el año en este sondeo que ya es habitual en las páginas de AGR+ Andalucía.
El presidente de Asaja Andalucía y también de Asaja Sevilla, Ricardo Serra, reclama medidas eficaces de gestión de los mercados y un marco europeo transparente sobre competencia y cadena alimentaria; el fin de la volatilidad de los precios, “que nos sitúa al borde de nuestra rentabilidad”; una PAC fuerte, común, sin recortes, verdaderamente simplificada y con ayudas directas basadas en derechos y regiones; una estrategia de defensa eficaz frente a terceros países; una política activa de defensa de los fitosanitarios; la apuesta decidida por la biotecnología agraria; infraestructuras básicas de apoyo al tejido productivo agrario y un compromiso firme con el apoyo a los jóvenes y con la incorporación de las mujeres.
Ricardo Serra destaca que Asaja “es hoy por hoy la organización agraria más representativa a nivel nacional y de Andalucía. Nuestra fuerza, lo que nos mueve, son los más de 45.000 agricultores y ganaderos andaluces asociados, más que cualquier partido político o sindicato en Andalucía, y aportamos más de 250 personas trabajando única y exclusivamente para los agricultores y ganaderos, en más de 70 oficinas comarcales y en 8 oficinas provinciales”. “En definitiva Asaja aporta a los agricultores y ganaderos, independencia, profesionalidad, reivindicación y diálogo”, añade.
El secretario general de COAG Andalucía, Miguel López, afirma que “ha sido un año en el que Europa nos vuelve a dar la espalda al sector primario, un año caracterizado por el descontrol, la falta de unidad aduanera, y los acuerdos con países terceros, sin contingentes, ni calendarios ni precios de entrada”.
Al 2020 López Sierra le pide “un Gobierno y un Ministerio que se empape de campo de verdad, que plantee nuestra defensa en Bruselas de manera seria, rigurosa y objetiva, que se elimine la entrega del tejido productivo y del campo a los fondos de inversión”. “Esto es una auténtica vergüenza -señala- que va a terminar de dinamitar el proyecto de la Unión Europea y necesitamos, entre otras cosas, que se ordenen los mercados y la cadena alimentaria, así como que se vuelva a establecer el principio de preferencia comunitaria”.
COAG Andalucía afirma que como organización agraria aporta “capacidad de organizar y defender de manera objetiva y clara el modelo profesional y social de agricultura, que es nuestra prioridad, y el único que puede garantizarnos fijar población y actividad económica, generar empleo, distribuir riqueza en el medio rural, gestionar territorio de manera sostenible, y producir alimentos de calidad en un marco de seguridad alimentaria”.
El director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi Álamo, lamenta que el año que ahora acaba “no se haya trabajado más en internacionalización, y no ya solo en exportación, precisamente para limitar los efectos de las políticas proteccionistas en nuestra comercialización. Me refiero con ello a trabajar en la implantación de nuestras cooperativas fuera de España, por sí solas o en alianza con otras empresas”.
“A nivel de federación -explica- cerramos el año muy cerca de conseguir, pero sin materializar, la constitución de una federación de comunidades de regantes cooperativistas, en la que llevamos meses trabajando y la cual esperamos que vea la luz en el primer semestre de 2020”.
Entre los propósitos de Cooperativas Agro-alimentarias para el 2020 “está el afianzarnos en concentración del sector productor, consolidar la representación de Cooperativas Agro-alimentarias a todos los niveles -regional, nacional y europeo- y seguir contribuyendo a la formación, profesionalización y competitividad de nuestras entidades asociadas y el sector agroalimentario de Andalucía”, indica.
Martínez-Conradi Álamo subraya que Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía aporta sobre todo cohesión al sector productor y comercializador andaluz. “No en vano -dice- bajo el paraguas de nuestra federación se encuentran 660 cooperativas y cerca de 286.000 productores de toda la región. En definitiva, damos voz a un sector clave de la economía andaluza, con necesidades particulares y problemáticas diversas, de cuya actividad depende más del 5,6% del PIB de Andalucía”.
Miguel Cobos García, secretario general de UPA Andalucía UPA, destaca el sector del olivar “porque si a lo largo de 2019 ha habido un sector azotado y ninguneado desde varios frentes, ha sido éste y estamos hablando de, probablemente, la actividad agraria más importante para Andalucía, de la que dependen, directa e indirectamente, unos 300 pueblos en nuestra región”.
Cobos pone en valor el papel de su organización justo en un momento en que se llama la atención sobre la España vaciada- “Por tanto -señala- la labor de una organización profesional agraria como UPA, asesorando, defendiendo una justa rentabilidad y condiciones para los pequeños agricultores y ganaderos, resulta clave para el mantenimiento de la agricultura y ganadería familiar, actividades clave en la gestión sostenible de los recursos naturales, la lucha contra el cambio climático, la producción responsable de alimentos, y para frenar la despoblación en el medio rural”.
Respecto a la sequía que ha marcado el año 2019, el secretario general de Feragua, Pedro Parias, subraya “el esfuerzo de un uso eficiente y responsable del agua, y los cambios en la normativa de energías renovables que van a suponer una revolución en el regadío para hacerlo más sostenible”.
Parias lanza una llamada de atención sobre “la lentitud de las administraciones del agua en reconocer los derechos de los aprovechamientos de las zonas regables, tanto del Guadalquivir como del litoral andaluz, tanto de zonas regables de origen estatal como las modificaciones de características de las cuencas litorales andaluzas.
Se queja de “la parálisis inversora de las administraciones del agua y agraria, tanto a nivel estatal como autonómica, para ejecutar las de modernización de regadío que faltan, y las obras de regulación y transporte previstas en los Planes Hidrológicos andaluces”.
Destaca que la Asociación Feragua, con sus más de 300.000 hectáreas asociadas en todas las cuencas andaluzas, garantiza y consolida la unidad de acción del regadío andaluz ante las administraciones agrarias y del agua, siendo un interlocutor fundamental para llegar a acuerdos con los regantes en nuestra región.
Para Álvaro Barrera, presidente de Ecovalia, el año que acaba también ha sido significativo por la incertidumbre respecto al nuevo Reglamento de la Producción Ecológica que debe entrar en vigor en 2021. Echó de menos la promoción de los productos ecológicos, a nivel nacional y regional, con campañas específicas de fomento del consumo por parte de las administraciones públicas, y destaca una reclamación histórica: la homogeneización de criterios a nivel nacional.
Para 2020 pide la convergencia con Europa en consumo ecológico y políticas “que hagan cumplir el objetivo de incrementar la Superficie Agraria Útil, que lleva sin crecimiento significativo varios años”.
Agrega que Ecovalia continúa potenciando los intereses de los productores en España y Europa, haciendo que Andalucía destaque en la mitigación del cambio climático, aportando un millón de hectáreas de producción ecológica, que capturan de media un 30% de CO2 por kilogramo de producto, generando un 30% más de puestos de trabajo y un valor añadido de los productos agrarios.
La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, coincide con el resto de agentes agrarios en que el año que acaba ha estado marcado por el Brexit, los aranceles, las crisis de precios y el déficit hídrico y añade que también se ha caracterizado por la existencia de “más ayudas, más interlocución, más agilidad, más compromiso, más saber escuchar; eso ha sido una buena parte de nuestra gestión”.
Ante las demandas de los agricultores y ganaderos, la consejera responde que desde la Junta se han establecido medidas específicas “tales como un instrumento financiero que pone 300 millones a disposición del sector a interés cero”. “En cualquier caso -añade- el año comenzaba con un nuevo Gobierno en Andalucía y creo que en un año los andaluces son conscientes de los cambios experimentados y de las bases que hemos puesto para seguir por esa nueva senda, en la que los retos y las dificultades se solucionan gracias sobre todo a estar del lado del sector. Hemos realizado una fuerte apuesta por el relevo generacional y la incorporación de jóvenes agricultores, flexibilizando el acceso y aumentando las ayudas para que ningún joven que cumpla los requisitos acceda a los recursos”.
En cuanto a lo que ha quedado pendiente, Crespo reconoce que “todos echamos en falta una mayor concreción en políticas que precisan de respuestas más rápidas por parte del Ministerio como las referentes a los aranceles o la crisis de los precios del aceite”. En lo que se refiere a actuaciones en materia de agua entiende que “hay situaciones que precisan de esas respuestas pues no pueden dilatarse más; confiamos en que en especial en lo que se refiere a trasvase de cuencas que no son de nuestra competencia se actúe ya. Creo que hay zonas como el norte de la provincia de Almería en donde el futuro depende de que el agua llegue desde el trasvase Tajo-Segura y lo último que sabemos es que el Gobierno de la nación ha cerrado el grifo, condenando a cientos de agricultores de la zona, y esto sería por poner un ejemplo”.
Como buenos propósitos para el 2020, la consejera de Agricultura afirma que “lo que tenemos y debemos aportar es nuestro apoyo permanente a las necesidades del sector y esto significa todo lo que esté en nuestras manos; somos manos y somos oídos a esas necesidades”. “Queremos -agrega- ser una herramienta eficaz que permita hacer de nuestras empresas y sus productos, referentes de calidad y bien hacer en todos los mercados, por supuesto en los más exigentes. Aportamos las herramientas que nos demanda un sector estratégico para Andalucía como es éste, que aporta un 8% del PIB y que precisa planes medidas y ayudas para modernizarse, para hacer efectivo el relevo generacional y para seguir creciendo”.
Acaba un año complicado para el sector y se abre otro repleto de retos, pero de eso entienden de sobra en el sector agroalimentario andaluz. Sus hombres y mujeres ya están manos a la obra.
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