Movilizaciones por la Ley de Aguas en Córdoba

Los regantes piden el aprovechamiento agrícola de aguas invernales

Tareas de instalación de infraestructuras para regadío.
Tareas de instalación de infraestructuras para regadío.

Cooperativas Agro-alimentarias de Córdoba está realizando una serie de iniciativas para que la próxima Ley de Aguas permita el aprovechamiento agrícola de aguas invernales. Con este fin tiene previsto participar mañana 26 de agosto en la movilización convocada por la Comunidad de Regantes Paño de Cabezas de Jauja (Lucena).

La organización explica que el derecho equitativo al agua en la comunidad autónoma es una de las reivindicaciones históricas de las cooperativas agrarias cordobesas, que hasta ahora se sienten ninguneadas por el trato desigual de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir hacia la provincia.

La federación sostiene que el futuro agrario de Córdoba depende, en gran medida, de que se realice un reparto de agua justo entre los territorios.

La organización considera fundamental que la futura ley permita a los agricultores almacenar el agua de lluvia para regar en tiempo de sequía, medida que permitiría estabilizar las cosechas y, por tanto, impulsar la competitividad de la agricultura y la ganadería cordobesas.

A la espera de los permisos

Desde hace dos años, los agricultores de la zona de Jauja, la mayoría asociados a la cooperativa Olivarera San José de Jauja, federada a su vez a Cooperativas Agro-alimentarias de Córdoba, demandan a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir permiso para construir una balsa de aguas que permita recoger las aguas de escorrentía; sin embargo, el organismo de cuenca no da el visto bueno.

“La obra, que costearían los propios agricultores, salvaría el déficit de infraestructura que se da en dicha zona para captar las aguas del Genil cuando va colapsado por la lluvia”, apunta el gerente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía.

En concreto, la balsa proyectada permitiría a las 240 personas asociadas a la entidad poner en riego más de 750 hectáreas, que suponen el 90% de la superficie de olivar del núcleo urbano.

Con esta obra, “los agricultores conseguirían estabilizar sus cosechas, hasta la fecha muy dependientes de la climatología”, explica Joaquín García Fernández de Villavicencio.

Así lo demuestran los datos de las dos últimas campañas: mientras que en la 2018-2019 se superaron los 9 millones de toneladas, en la 2019-2020 la cosecha de la cooperativa apenas rozó las 700.000 toneladas.

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