Juan Gadeo: “España lidera la producción y venta, pero no al sector del aceite”
Entrevista al presidente de Interóleo
Advierte que otras grasas son una amenaza para el aceite de oliva, que es más caro. Interóleo agrupa a 10 almazaras y 21 cooperativas. Interóleo bate su récord de facturación con 65.000 toneladas
El presidente de Interóleo confiesa que al sector productor le falta músculo financiero y espíritu emprendedor para comercializar con nombre propio el aceite de oliva que se producen en nuestros campos. Sobre esta y otras cuestiones de actualidad profundizamos en la entrevista.
–El incremento de precios que hemos tenido en 2021 nos ha ayudado a todo el sector productor a mejorar la facturación después de dos años con unas cifras insostenibles. Aunque en años anteriores hemos tenido precios de venta superiores a los de este, la cifra récord de 200 millones la hemos alcanzado por el incremento de producción y por la incorporación de nuevos socios, lo que ha dado lugar a que gestionemos más volumen de aceite a granel y, por lo tanto, aumentemos la facturación. Además, otras áreas de negocio como la central de compras y servicios o nuestro proyecto de envasado con marca Interóleo han aumentado cifras en 2021, lo que también ha sumado para alcanzar la cifra final.
–¿España va a seguir jugando un papel hegemónico en el panorama oleícola internacional o hay amenazas serias de otros mercados?
–España sigue liderando la producción y venta de aceite, pero no lidera el sector. Es tan simple como entender que un líder no permite precios por debajo de los costes de producción o que la industria envasadora española sufra con márgenes muy estrechos y a veces ridículos para poder obtener los famosos “tenders” de la gran distribución. Por supuesto que tenemos grandes amenazas, algunas de ellas muy evidentes. El cambio climático y el periodo de sequía actual debilitan enormemente nuestra agricultura y, por tanto, nuestro olivar. Ni que decir tiene el aumento de costes -energía, fertilizantes o combustible-, que en la actualidad están provocando que los supuestos buenos precios no lo sean tanto. Asimismo, nos encontramos con nuevas zonas productores con sistemas intensivos y superintensivos que producen aceite de oliva de manera mucho más competitiva que el procedente de explotaciones tradicionales que son mayoría en España. Otra de las grandes amenazas sigue siendo la de otros aceites o grasas sustitutivas. Hay que tener en cuenta que el aceite de oliva es una de las grasas más caras y eso en épocas de crisis o recesión hace que se resienta su consumo, aunque su carácter claramente saludable mitiga en parte este hándicap. Por último, mencionar otra amenaza evidente que son los cambios en los hábitos de consumo a nivel global, ya que hemos pasado de cocinar en casa a comer comida preparada o lista para llevar y tomar (4ª y 5ª gama). Aunque esta amenaza debemos verla más como una oportunidad que otra cosa.
–¿Hay una evolución apreciable hacia un envasado y etiquetado del aceite andaluz o seguiremos vendiendo a granel el grueso de la producción?
–Cada vez ganan más cuota de mercado las marcas andaluzas con los aceites virgen extra, como se puede apreciar con los innumerables premios a la calidad conseguidos. Hay que destacar el papel de las DOP andaluzas y próximamente la IGP Aceites de Jaén. Son muchos los proyectos desde el sector productor que están teniendo éxito, pero todavía sigue siendo una realidad que la mayoría del aceite andaluz lo venden los productores a granel. El salto de producir a tener un carácter industrial y envasador sigue costando mucho al sector primario, porque además parra desarrollar proyectos de envergadura global hace falta músculo financiero, espíritu emprendedor y asunción de riesgos, y esto solo es posible con grandes estructuras basadas en una mayor integración del sector productor. Sin duda ese es el gran reto para pasar de producir a comercializar con valor esas producciones.
–¿Hay posibilidad de entrar en nuevos mercados? ¿Cuáles?
–Sin duda, a nivel mundial hay dos zonas geográficas donde se encuentra el futuro del aceite de oliva. Una es Estados Unidos y Canadá, y sobre todo el país americano, que tiene potencial para convertirse en el de mayor consumo del mundo. La otra zona geográfica es el sureste asiático, aunque aquí la barrera cultural del uso del aceite de oliva está dificultando más su expansión.
–¿Cómo se presenta el nuevo año para Interóleo, qué planes tienen?
–Continuar con los éxitos comerciales que ayudarán a nuestros socios a mejorar sus resultados y así poder trasladar mejores rentas a los agricultores y, por tanto, aumentar los volúmenes comercializados. Por otro lado, queremos reforzar el valor que le aportamos a nuestros socios con más actividades que son de su interés. En una situación como la actual, con un aumento de todos los costes, queremos potenciar nuestra central de compras y servicios para obtener inputs de manera más eficiente para nuestros socios. Asimismo, seguiremos reforzando nuestras ventas de aceite envasado con marca Interóleo. Hasta ahora es un proyecto muy modesto para un grupo como el nuestro y difícil de desarrollar cuando todos nuestros socios tienen su propio envasado, pero mantendremos los esfuerzos para su desarrollo, focalizado solo en el mercado exterior, así como en las ventas online en terceros países. Por último, seguimos explorando oportunidades de colaboración tanto sectorial como con otros sectores, ya que tenemos grabado en nuestro ADN que es mejor ir acompañado que solos para evolucionar. En este sentido, entendemos que los nuevos mercados globales y los grandes retos del futuro solo se pueden afrontar desde estructuras preparadas para ello y no desde el individualismo.
–¿Se mantendrá la buena tónica en precios?
–Es difícil adivinar la evolución de los precios. En Interóleo nunca hemos actuado de forma especulativa y solemos estar siempre muy pendientes de la evolución de los mercados. Pero hay una realidad innegable según los datos del COI, y es que en el último decenio se consume todo lo que se produce, a pesar de los aumentos de las producciones. En base a este axioma, los precios no deberían estar como en el verano de 2020, con vírgenes extra a 2 euros. Cierto es que nuestro sector depende de algo fundamental como es la pluviometría y, por tanto, si seguimos en este periodo de sequía actual los precios se mantendrán firmes y en rangos que oscilarán entre los 3 y los 3,5 euros. Solo si la primavera se presenta lluviosa como para garantizar una buena campaña 22/23, los precios cederían unos 500 euros por tonelada. Porque en lo que respecta al consumo, el último dato es demoledor: España ha comercializado, en la campaña 20/21, 1,6 millones de toneladas de aceite.
–El Grupo se ha incorporado a la Confederación Empresarial Jiennense (CEJ) ¿qué espera de esta colaboración?
–Participar en estos foros, aportando información de nuestro sector, así como en las deliberaciones que se generen nos ayudará a tener una visión global de nuestra economía.
Vocación integradora del sector
–La iniciativa partió hace 12 años de un grupo de empresas de Jaén, pero con una clara vocación integradora para defender todo el sector. Como consecuencia, hoy día agrupamos dentro de Interóleo 10 almazaras privadas y 21 cooperativas que se reparten por 6 provincias: Jaén, Málaga, Granada, Córdoba, Ciudad Real y Badajoz.
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