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Joaquín Fernández: “El caballo y el aceite, si son del mejor nivel, son rentables”

Entrevista al CEO de Luxor F2

El responsable de la finca “De Anitas” afirma que el sector ecuestre aún no se ha recuperado de la crisis económica y financiera mundial

El CEO de Luxor F2 pasea a caballo por la explotación.

Aunar el cuidado del olivar con la cría de caballos no es de extrañar en las dehesas andaluzas, pero hacerlo con la dedicación y el éxito que ha obtenido la empresa Luxor F2 en la sevillana finca “De Anitas” situada en Carmona (Sevilla) es, desde luego, digno de destacar. El CEO de Luxor F2 explica que esta experiencia agrícola-ganadera, “es, quizás, la más satisfactoria de mi vida profesional”.

–¿Cómo se pasa de criar caballos a producir aceite de oliva?

–En realidad son mundos muy afines, pues los une la tradición y la cultura andaluzas. Los caballos, el aceite, el vino, el flamenco y la fiesta conforman un estilo de vida del que me considero amante, no solo desde la óptica de la admiración y el disfrute sino también desde la posibilidad de estudiar, trabajar y potenciar en lo posible estos sectores. El ámbito ecuestre, por su parte, aún no se ha recuperado de la gran crisis económico-financiera mundial, de ahí que la finca De Anitas, en principio adquirida en 2006 para criar caballos españoles PRE, se convirtiera en un olivar ecológico de la variedad picual.

–Aunque el origen de la empresa es la cría de caballos parece que destacan más en el aceite con su marca de aceite de oliva virgen extra “De Anita” que ha recibido recientemente la Medalla de Oro en los prestigiosos concursos New York International Olive Oil Competition 2021 (NYIOOC) y Olive Japan 2021, celebrados en Nueva York y Tokio respectivamente. ¿Qué significan para la empresa estos galardones?

–En efecto, me siento muy orgulloso de haber conseguido para el aceite De Anita estos dos excelentes galardones, quizás los de mayor prestigio a nivel internacional. He de reconocer que quienes me dieron la idea, al comentar las bondades del aceite, fueron el maestro de almazara Julio Forcada y el director de cata del CSIC Alberto Martínez, diciéndome este último textualmente “este aceite lo puedes echar a pelear con cualquiera del mundo”. Estas, entre otras informaciones técnicas, experimentadas y prestigiosas del sector oleícola sumadas a mi carácter competitivo, me motivaron a presentar el aceite De Anita en los mencionados foros, recibiendo en ambos el Oro, que es el máximo galardón.

–¿Este impulso al aceite de oliva les hará dejar la ganadería?

–Decididamente no. Lo que haremos es, debido a la situación poco rentable para la cría de caballos, mantener los ejemplares más emblemáticos, como la campeona de España de Monta Española propiedad de nuestra Yeguada F2, Cantaora LXXVIII. Eso sí, pondremos gran parte de nuestra energía y esfuerzo económico en el aceite De Anita. No olvidemos que el aceite como producto alimenticio es de total necesidad y demanda, por lo que el público al que nos dirigimos es más amplio.

–¿Qué momento vive la ganadería equina de alto nivel?

–Como dice mi amigo Álvaro Domecq, “siempre hay que apostar y trabajar con caballos de calidad”. Dicho así parece lógico pero, profundizando en la frase, lo que significa es que deben valorarse las fortalezas y debilidades de cada ejemplar y que el esfuerzo y coste económico que hay que dedicar a cada caballo o yegua con fines de doma, solo sea a los buenos. La realidad es que cuesta lo mismo uno con mejores cualidades que otro, pero los resultados no son los mismos. Los caballos de alto nivel, así como el buen vino o el mejor aceite, como es el caso que nos ocupa, siempre son rentables.

Joaquín Fernández posa ante el cartel del aceite De Anita.

–Volviendo al aceite de oliva ¿trabajan solo las calidades de mayor excelencia?

–Solo tenemos una calidad en el aceite De Anita, que es la de nuestra cosecha. El oro líquido que conseguimos es puro zumo de aceituna 100% natural procedente de aceitunas de la variedad picual. Estas son extraídas manualmente en cosecha temprana, o sea, en la primera quincena de octubre. Nuestros recolectores hacen uso de la manera denominada “macaco”, despreciando las aceitunas que lleguen el suelo. En el mismo día y a tan solo a 6 horas desde su recolección, las aceitunas son molturadas en la almazara y solo por procedimientos mecánicos. El cuidado proceso, que finaliza con el envasado y etiquetado, es una de las claves de nuestro éxito. Además, la finca "De Anitas" ya cuenta con la certificación de agricultura ecológica.

Mercados

–¿Dónde venden su aceite? ¿Tienen previsto ampliar mercados?

–Por ahora nuestro principal canal de venta es nuestra página web: www.aceitedeanita.com y la verdad, es que ya solo quedan 35 cajas de 6 unidades cada una. Por supuesto, tenemos la idea de ampliar mercados, siempre que contemos con más producto, no hay que olvidar que la producción plena del olivar está prevista para 2024. También hemos comenzado con acciones promocionales nuevas, como ha sido en junio y en la sevillanísima Triana, el patrocinio de la I Cata del Grupo Gastronómico Trajania al mejor salmorejo.

–¿Han pensado en introducirse en el sector del agroturismo?

–Como decía anteriormente, si pensamos en ampliar las actividades procedentes del aceite y de cuanto le rodea, el oleo turismo es una magnífica opción. Sabemos que el apadrinamiento de olivos, por parte de interesados japoneses en nuestra cultura, y otras maneras de rentabilizar el campo serán imprescindibles para nuestro futuro agrícola.

Joaquín Fernández ante la puerta la finca.

–¿De dónde viene ese nombre tan singular?

–Por un lado debemos hablar de Luxor F2, que tiene un gran significado para mi familia. En un viaje a Estados Unidos, con mis hijos aún pequeños, visitamos Las Vegas. En aquel año 2005 estaba madurando la idea de empezar la actividad de criar caballos PRE y comprar una finca en la que realizar, aparte de la mencionada cría, actividades relacionadas con la cultura del caballo, del vino, del aceite…Pensaba que todo lo que se hiciera en el campo debía rodearse de glamour. Al hospedarnos en Las Vegas, en el grandioso, original y lujoso hotel Luxor, consensuado con mis hijos, decidimos adoptar este nombre para nuestra empresa. “F2” viene determinado por las iniciales de los apellidos de mis hijos: Fernández Fernández. En cuanto al aceite De Anita, es un homenaje al nombre de mi madre y de mi nieta.

Motivar a los jóvenes

–De esta experiencia profesional, ¿qué le gustaría trasladar a los jóvenes, a las nuevas generaciones?

–Me gustaría aprovechar estas líneas para motivar a los jóvenes. Soy consciente de que existe una gran competencia en todo cuanto se hace, son unos tiempos duros, pero siempre hay que aspirar a conseguir resultados únicos que nos diferencien de los demás. Animo a apostar no solo en las continuas iniciativas por Internet, sino a que entren en vías de cultivo y producciones sostenibles que, además de ser fundamentales para el presente y futuro de la humanidad, ofrecen en nuestro país, por tener unos recursos naturales envidiables, unas grandes oportunidades de negocio.

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