La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Entrevista al director territorial de Agroseguro en Andalucía
SEVILLA
En unos meses que son fundamentales para la contratación de seguros agrarios en los cultivos andaluces, el director territorial de Agroseguro analiza en esta entrevista la situación del sector y ofrece a los productores las claves para adecuar sus necesidades de aseguramiento.
–¿Qué momento atraviesa el seguro agrario en Andalucía? ¿Cómo ha evolucionado la contratación del seguro agrario entre los agricultores andaluces?
–La tendencia es positiva, aunque la implantación sigue siendo menor que en otras regiones de España. El año 2019 se cerró con casi 39.000 pólizas, un 8,6% más que el año anterior, que se tradujeron en un incremento del 26% en la superficie asegurada y del 18% de la producción. Los cereales de invierno o el girasol han experimentado crecimiento, y la evolución de cultivos como el tomate, el almendro, la lechuga y algunos módulos del olivar nos hacen ser optimistas. El seguro agrario crece en Andalucía, y eso es una buena noticia.
–¿Y en 2020?
–Los datos, en este momento del año, también son positivos. Las declaraciones de seguro crecen otro 6% y la producción asegurada un 22%. Cereales de invierno, fresa y fresón, cítricos, judía, tomate, acelga, espinaca… son muchos los cultivos con cifras superiores al mismo periodo de 2019.
–El otoño es una fecha clave. ¿Cuáles son los principales cultivos que se pueden asegurar hasta final de año?
–Para Andalucía hay varias líneas de seguro que son fundamentales en este periodo del año, como los cultivos herbáceos, el olivar o los frutos rojos, que son parte de la columna vertebral del sector agrario del sur de España. Para muchos agricultores es el momento de asegurar y proteger las cosechas de 2021. Aunque también es momento de suscripción de la uva de vino, algunas hortalizas como el ajo, guisante, haba o patata temprana. También la almendra, que está en plena expansión, y es un cultivo que se ve muy afectado tanto cuando hay sequía, como cuando hay pedrisco o exceso de lluvias primaverales.
–Hemos vivido un verano de fuertes tormentas de pedrisco.
–Ha sido un verano muy complicado para toda España, y en el caso de Andalucía, algunas tormentas de pedrisco, como la que descargó sobre Sevilla y Córdoba en agosto, causaron graves daños. Solo contando con las indemnizaciones por lluvia y pedrisco ya superamos los 10 millones de euros en 2020.
–¿Cuáles han sido los cultivos más afectados durante este año?
–La riqueza agraria de Andalucía hace que tengamos gran cantidad de cultivos a lo largo de todo nuestro territorio, y también que los daños estén muy repartidos. Las indemnizaciones a cultivos de hortalizas rozan los 6 millones de euros en 2020, con Almería, Sevilla, Granada y Córdoba por encima del millón de euros en daños cada una. Además, otros cultivos superan ya los dos millones de euros en daños, tanto el olivar, los cultivos herbáceos o los cultivos hortícolas. Los seguros ganaderos, en total, acumulan más de 6 millones de euros en indemnizaciones.
–Volviendo al tema de los seguros de final de año, ahora es el momento de contratar el seguro de cultivos herbáceos, un motor económico importante para varias zonas de Andalucía.
–Sin duda, por eso estamos haciendo mucho hincapié en las zonas donde el cereal de invierno, las legumbres, la colza son fuente de empleo, riqueza y futuro, porque es necesario que los agricultores estén protegidos ante los daños que les puede causar la climatología. Hay zonas de Sevilla, Córdoba o Cádiz, pueblos como Écija, Carmona, Marchena, Utrera, Jerez o Arcos que no se pueden describir sin estos paisajes agrarios, y tenemos que ayudar a garantizar su continuidad en el futuro, haya pedrisco o haya sequía. Por eso, en parte, ponemos el acento en esa bonificación del 5% en el coste de póliza que mantenemos este año para todos aquellos agricultores que repitan, que contraten de nuevo los módulos 1 y 2 en secano del seguro agrario de cultivos herbáceos antes del 31 de octubre, es decir, las opciones del seguro que cubren la sequía.
–La sequía ha sido un problema recurrente en la última década. Este año, aunque parezca que no, hay zonas gravemente afectadas.
–La sequía, como desgraciadamente bien conocemos, es un problema recurrente. Tras la grave sequía de 2017, y la que vivimos el año pasado (algo más moderada), 2020 ha sido más suave, en líneas generales, aunque los productores de cultivos herbáceos de algunas zonas, especialmente Sevilla, Málaga o Cádiz, han sufrido mucho esta primavera por la falta de agua. Lo malo que tienen las épocas de sequía es que son cíclicas, y que un año de relativa tranquilidad general, aunque haya productores muy afectados, no te garantiza la misma situación para el siguiente. Es una situación triste, porque nuestros agricultores siempre nos transmiten preocupación por lo que pueda pasar en 2021 o en 2022. Siempre miran al futuro con mucha angustia. Le pasa al cereal, a las oleaginosas, al olivar.
–¿El seguro de olivar tiene, además, características especiales, permite aseguramiento de dos años?
–No podría ser de otra manera, dadas las especiales características de la línea y el cultivo. Es una etapa complicada, a la fuerte competencia de otros mercados, al vaivén de los precios, el futuro Bréxit o a los aranceles de países como Estados Unidos, se le ha añadido un virus global que ha trastocado su día a día. Al menos, contando con una póliza, despejan una preocupación de su futuro: si el clima no acompaña, el seguro agrario les protege, y con la inestabilidad climática de los últimos años: DANA, borrasca Gloria, pedrisco o etapas de sequía, se antoja muy necesario. De hecho, en la pasada campaña, el olivar recibió 16,5 millones de euros en indemnizaciones.
–¿Cómo ha afectado la pandemia y el estado de alarma al sector agrario?
–Ha afectado como a todos, la verdad, poniéndonos las cosas más difíciles. Lo primero, sin duda, es enorgullecernos y agradecer la labor que han realizado los agricultores y ganaderos, que han seguido a pie de campo abasteciéndonos de productos de primera calidad. Su labor es igual, haya o no haya pandemia. Para Agroseguro ha sido un reto, porque en pleno estado de alarma no se ha detenido la contratación ni han dejado de suceder siniestros. El viento o el pedrisco no saben de pandemias. Hemos gestionado más de 21.000 siniestros en Andalucía durante el periodo de alarma, con sus consiguientes peritaciones y tasaciones. Las indemnizaciones han superado los 11 millones de euros. El campo no se detiene y necesitaba que el seguro agrario no se detuviese. Y así ha sido.
–¿Habrán tenido que echar mano de nuevas tecnologías?
–Sí, el coronavirus nos ha obligado a pegar un acelerón a la digitalización que ya habíamos iniciado. Los agricultores se habrán dado cuenta que hemos potenciado el acceso a la información a través del portal web, las ventajas que ha ofrecido la teleperitación o cómo hemos mejorado la comunicación vía correo electrónico o sms. Por ejemplo, a partir del mes de octubre, los asegurados reciben un mensaje en su móvil o en su buzón de mail, el día que vayan a recibir el pago de un siniestro. No deja de ser un paso sencillo, pero que les ofrece información puntual y precisa.
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