La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Entrevista al director territorial de Agroseguro en Andalucía
–A prácticamente dos meses de que finalice el año, ¿podemos afirmar que 2021 ha sido complicado para los agricultores andaluces?
–Efectivamente el año 2021 está siendo muy severo en lo que se refiere a la meteorología. Hasta el momento estimamos que la siniestralidad de nuestra comunidad alcanza los 50,66 millones de euros. Esto significa que, a dos meses de cerrar el ejercicio 2021, la siniestralidad prevista, ya supera, en más de 40%, a la cifra con la que cerramos el ejercicio 2020 (35,4 millones). Actualmente Agroseguro ya ha pagado alrededor del 75% de los siniestros ocurridos a lo largo de 2021.
–¿Cuál es el fenómeno climático que más os ha afectado?
–Sin duda el que más nos ha afectado, por el momento, ha sido la helada, con una siniestralidad prevista de más de 20,5 millones de euros. Hay que recordar que el año empezó con la borrasca Filomena, cuyas heladas posteriores provocaron daños generalizados, sobre todo en algunos cultivos leñosos. A continuación, en primavera, volvieron a registrarse varias heladas, en los meses de marzo, abril e incluso en mayo, cuando ya nadie espera que vaya a helar, pero si ocurre provoca mucho daño por el momento de desarrollo avanzado en el que se encuentran muchas producciones. También hemos sufrido daños por pedrisco, sobre todo en verano, con cerca de 7 millones de euros de siniestralidad estimada. Y, por su parte, los seguros pecuarios suman otros 8,6 millones de euros por los daños registrados a lo largo de este año. Por suerte para los agricultores, este año no hemos sufrido daños excesivos por sequía y en total la siniestralidad prevista es de 4,6 millones.
–¿En qué cultivos se han registrado los mayores siniestros?
–Los cítricos, con casi 19,5 millones de euros son los que más daños han acumulado a lo largo de este año, muy afectados por las repetidas heladas que hemos sufrido. A continuación, el conjunto las hortalizas y los cultivos herbáceos, con más de 6 millones de euros cada una de estas producciones, seguidos del olivar, con cerca de 5 millones de siniestralidad estimada.
–Antes ha citado a la sequía, ¿teméis que volvamos a sufrir las consecuencias de una sequía severa?
–No es algo que podamos prever, pero sí es verdad que nuestra experiencia nos dice que la sequía es un riesgo cíclico que suele encadenar años severos con años algo más benévolos. También hemos visto que cada vez pasa menos tiempo entre un año de sequía y otro. En España hubo una sequía importante en 2005, la siguiente severa ocurrió en 2012, siete años después, sin embargo, entre esta y la siguiente pasaron 5 años, en 2017. El último ejercicio con daños importantes de sequía fue 2019, dos años después, si bien es cierto que esta fue menos dañina que las anteriores. La siguiente, no sabemos cuándo llegará, pero ante esta posibilidad, lo mejor es contar con una herramienta efectiva, como es el seguro agrario, que cuando se produzca un siniestro te indemnice por los daños que se hayan ocasionado.
–Esta meteorología adversa no se ha registrado solo en Andalucía, el año está siendo severo para todos.
–Sí, para todos. A lo largo del año 2021 se han encadenado diferentes fenómenos atmosféricos que han afectado mucho al sector agrario. Todos hemos sentido los efectos de Filomena, que trajo tras de sí importantes heladas, de las borrascas posteriores, con fuertes vientos y pedrisco, o de las heladas primaverales que hemos vuelto a sufrir este año, de las lluvias y pedriscos que también hemos experimentado durante la primavera y el verano y de la Dana, que ha causado siniestros importantes. En total, en toda España, estimamos más de 626 millones de euros de indemnizaciones por los eventos ocurridos sobre producciones agrarias hasta la primera semana de octubre aproximadamente.
–¿El cambio climático está detrás de que cada vez los fenómenos climáticos adversos sean más intensos y frecuentes?
–Sí, el cambio climático ya está presente, nos está afectando y tenemos que reaccionar, ya que somos muy vulnerables ante el aumento progresivo de la temperatura, y nos hace más propensos a sufrir inundaciones cuando llegan las lluvias o a que se produzcan tormentas más intensas, más violentas y con peores consecuencias. Solo tenemos que hacer memoria y repasar los últimos años: graves pedriscos, gotas frías en épocas del año nada habituales, nevadas históricas, récord de temperaturas altas y de valores mínimos, sin olvidar los períodos prolongados de sequía que hemos sufrido en los últimos años.
–En estos últimos meses se contratan algunos de los seguros que más aportan al volumen del negocio. Desde el 1 de septiembre está abierto el periodo de contratación de los seguros de olivar, frutos secos y cultivos herbáceos. En el caso de este último, Agroseguro promueve de nuevo una bonificación del 5% para los agricultores que hayan contratado el seguro, módulos 1 ó 2 en secano, en la anterior cosecha y ahora lo renueven en las condiciones que marca esta línea de seguro. Una ventaja a la que se acogieron, el pasado año, el 75% de los agricultores que aseguraron su producción de cultivos herbáceos. En el caso concreto de la comunidad autónoma de Andalucía, para obtener esta bonificación, los productores de cereal de invierno, leguminosas y oleaginosas , como cártamo, girasol y lino semilla, tienen hasta el 31 de octubre de 2021 para formalizar la póliza y obtener esta bonificación. El seguro se puede seguir contratando después, si bien ya no se podrá disfrutar de este beneficio. Otros seguros que se pueden contratar también en otoño son el de uva de vino, cuyo periodo comenzó el pasado 1 de octubre, y el de frutales, que se empieza a contratar el 1 de diciembre.
–¿Existe más conciencia de lo que ponen en riesgo los productores si no contratan un seguro agrario?
–Creemos que sí, porque en el contexto de incertidumbre que vivimos, el seguro agrario se ha consolidado como la mejor herramienta para la gestión de los riesgos no controlables por los productores, cuya función es generar tranquilidad a los asegurados, así como garantizar la viabilidad económica de las explotaciones agrarias. Contar con un seguro agrario, puede marcar la diferencia entre la continuidad de una explotación o perderlo todo.
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