Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía apuesta por la igualdad
En los dos últimos años, la federación ha impusado planes de igualdad en 40 cooperativas
En los últimos años, las cooperativas agroalimentarias andaluzas se están convirtiendo en un referente en materia de igualdad, de mano de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, su federación representativa. Si bien, desde 2010 la organización ha venido trabajando de manera continua en acciones para lograr una mayor presencia de agricultoras y ganaderas en los órganos de decisión de las cooperativas (asambleas y consejos rectores), más recientemente ha puesto su foco también en los mecanismos para asegurar la conciliación de la vida personal, laboral y familiar y la igualdad de oportunidades entre los trabajadores.
Fruto de ello, entre 2017 y 2018 se ejecutó un proyecto por el que se diseñaron e implementaron veinte planes de igualdad en cooperativas de la región, cuyo éxito ha llevado a la federación a reeditarlo.
Concretamente, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía está finalizando la ejecución del proyecto “Asesoramiento, orientación, consultoría, tutorización y asistencia para la implantación efectiva de políticas y planes de igualdad en el sector cooperativo agroalimentario andaluz. 2ª parte”, financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, dentro del Programa de Apoyo a la Promoción y el Desarrollo de la Economía Social para el Empleo.
Las cooperativas que, en virtud de este nuevo proyecto y sin estar obligadas por ley a contar con planes de igualdad, se han sumado a esta acción de responsabilidad social corporativa han sido Andalucía Exportaciones (Arboleas), Níjar Sol (San Isidro de Níjar) y Tomasol (Palomares), en Almería; Europeos (Alcalá del Valle), en Cádiz; Almazaras de la Subbética (Carcabuey), San Acacio (Montemayor) y Oleopalma (Palma del Río), en Córdoba; Santiago Apóstol Los Pastoreros (Fuente Vaqueros) y San Antonio (Cogollos de la Vega), en Granada; Vinícola del Condado (Bollullos par del Condado), Nuestra Señora de la Oliva (Gibraleón), en Huelva; Nuestra Señora de Los Remedios (Los Noguerones), Agrícola San José (Castillo de Locubín), Santísimo Cristo de la Vera Cruz (Villacarrillo) y Nuestra Señora del Pilar (Villacarrillo), en Jaén; Agropecuaria Nuestra Señora de Los Remedios (Antequera) y Oleoalgaidas (Villanueva de Algaidas), en Málaga; y las sevillanas San Isidro Labrador (Marchena), Arrozúa (Isla Mayor) y Virgen del Robledo (Constantina).
Estas veinte entidades se suman a otras tantas que abrieron camino con el proyecto anterior, siendo ya 40 las cooperativas agroalimentarias que han convertido la igualdad en el eje de su gestión empresarial, de la mano de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y con el apoyo del Gobierno regional.
Precisamente, fruto de este trabajo, dos de las entidades participantes en el proyecto anterior, como fueron Nuestra Señora de Las Virtudes (La Puebla de Cazalla, Sevilla) y San Isidro Labrador (Huelma, Jaén) han recibido el premio “Igualdad de Oportunidades” de Cooperativas Agro-alimentarias de España en su tercera y cuarta edición, respectivamente. Ambas forman parte, además, del selecto grupo de cooperativas participantes en la iniciativa ministerial, de carácter nacional, “Más mujeres, mejores empresas”.
Planes de Igualdad
Los planes de igualdad, según se define en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, son un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación en la empresa, tendentes a alcanzar la igualdad de trato y oportunidades, eliminando cualquier discriminación que pudiera existir por razón de sexo.
Asimismo, un plan de igualdad es un elemento estratégico que introduce formas innovadoras de gestión, al tiempo que mejora su eficacia organizativa, trasladando una imagen positiva de la entidad, en este caso de las cooperativas. Consigue, igualmente, que la política de igualdad se convierta en uno de los ejes prioritarios de la cultura empresarial, la cual, incorporada de forma permanente en la gestión del capital humano garantizará de forma efectiva que, tanto las mujeres como los hombres, cuenten con las mismas oportunidades en el acceso, la participación, la promoción y la permanencia.
Entre las medidas que se están incorporando en las cooperativas, destacan aquellas encaminadas a lograr que las mujeres accedan a puestos de mayor cualificación. Para ello, los planes de igualdad apuestan por la formación, como garantía efectiva para el desarrollo profesional en igualdad de oportunidades; defienden la promoción profesional en términos de igualdad; y recogen medidas para identificar el talento e impulsar el crecimiento profesional de las personas empleadas.
Además, incluyen medidas de conciliación, así como herramientas para asegurar mismas retribuciones a hombres y mujeres, según funciones, independientemente del género, y otras con la finalidad de asegurar el principio de igualdad y no discriminación en la selección de personal.
Las cooperativas agroalimentarias representan, por tanto, la avanzadilla del sector en materia de igualdad, pues la implementación de estos planes no era obligatoria en aquellas empresas con menos de 250 empleados hasta marzo de este año 2019.
En dicha fecha, el Gobierno de España aprobó el Decreto-Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, en el que se recoge la obligación de ejecutar medidas que favorezcan la equidad entre trabajadores y trabajadoras en las empresas con más de 50 personas en plantilla.
Aquellas con más de 150 empleados cuentan con un año para implementar un plan de igualdad, plazo que se amplía a dos años en las que tengan una plantilla de entre 100 y 150 trabajadores.
Por último, las entidades con entre 50 y 100 personas empleadas tendrán hasta tres años, desde la publicación del Decreto-Ley, para poner en marcha sus medidas en igualdad de oportunidades y para cumplir con las obligaciones introducidas en la Ley del Estatuto de los Trabajadores, como la de disponer un registro con los valores medios de los salarios, complementos y percepciones extra salariales, datos que deberán desagregar por sexo y grupos profesionales.
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