La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
XXXV Jornadas de Cultivos Herbáceos de Asaja-Sevilla
Duros momentos para el trigo duro. La jornada que Asaja Sevilla celebró la pasada semana en Carmona, una vez finalizada la recolección del trigo en la provincia, viene a confirmar la tendencia que ya se puso de manifiesto en la última edición de la Andalusian Commodity Exchange: que la superficie de trigo duro va a seguir reduciéndose a causa de los bajos precios de este cereal.
El responsable técnico de la sectorial de cultivos herbáceos de Asaja-Sevilla, José Vázquez, informó de que “se están pagando precios que son entre un 15 y un 20% inferiores a los de la campaña pasada” y ello pese a que, en su opinión, “no hay razones objetivas que justifiquen estos bajos precios en origen, que se sitúan en niveles de hace 25 años, pues la media de proteínas, aunque ligeramente más baja que otros años en el trigo duro, en esta campaña está prácticamente en un 12% de media”.
Agregó que “se están vertiendo informaciones sesgadas de que esa cifra es bastante inferior”, por lo que considera fundamental un análisis de los trigos.
Durante las jornadas de Asaja-Sevilla, Vázquez hizo un repaso a las superficies, las producciones y la situación de mercado en el sector de los cereales y las oleaginosas. El técnico consideró que la calidad no está siendo compensada con precios y en las circunstancias actuales va a haber un diferencial importante en precio a favor de las calidades más altas. No obstante, Vázquez aseguró que ya se aprecian repuntes de precios en todos los cereales, aunque el incremento de éstos, de momento, es moderado pero firme.
De hecho, informó de que “ya la Lonja de Cereales de Sevilla, en su sesión de hoy, incrementa en 5 euros por tonelada el precio de los trigos”. Por otra parte, puso de relieve que los precios del trigo blando están superando por primera vez a los del trigo duro.
Ante esta circunstancia Asaja-Sevilla considera una buena práctica que los agricultores “almacenen su cosecha en instalaciones propias y en las cooperativas, para ir comercializándola de manera ordenada a lo largo de toda la campaña, conforme los precios se vayan recuperando”.
Esta recomendación se basa en la observación del mercado internacional, ya que la cotización del grano es mayor. En Francia, por ejemplo, contó Vázquez, el trigo duro cotiza en sus lonjas entre 215 y 218 euros la tonelada. “Esa será la referencia para las exportaciones que se avecinan y que irán aumentando en los próximos meses para abastecer los mercados tradicionales”, aseguró el técnico de Asaja-Sevilla.
En cuanto a las estimaciones de cosecha para esta campaña, Asaja-Sevilla considera que hay una producción media-alta, con un rendimiento medio bastante bueno, gracias a la primavera lluviosa y a las suaves temperaturas registradas.
No obstante, José Vázquez indicó que la rentabilidad del cultivo es relativa, ya que para cubrir los costes de producción, que se sitúan en una media de 650 euros de por hectárea de trigo duro, se necesitaría un rendimiento mínimo de 3.500 kilos por hectárea. Pero el rendimiento es distinto según la zona y oscila entre los 3.300 y los 5.000 kilos por hectárea. Así, por ejemplo, se han obtenido entre 3.500 ó 4.500 kilos por hectárea en zonas de Campiña y en torno 3.000 en algunas zonas de la Sierra Sur.
En Sevilla la producción de trigo duro se estima en 373.660 toneladas, por debajo de las 382.000 que se recogieron el año pasado y unas 822.000 en Andalucía frente a las 842.700 en la campaña anterior. En el conjunto nacional el dato ha mejorado, pues se espera alcanzar 1.250.000 toneladas mientras que en 2017 fueron 1.159.000.
En trigo blando, Asaja-Sevilla estima una producción de 174.000 toneladas en la provincia de Sevilla, por encima de las 157.400 toneladas de la campaña anterior; 340.000 en Andalucía frente a las 286.100 cosechadas en 2017 y 5.500.000 toneladas a nivel nacional, muy por encima de las 3.828.000 toneladas de la pasada campaña.
Como comentamos al inicio, la evolución del cultivo del trigo duro es negativa en cuanto a la superficie. Vázquez explicó en las Jornadas de Asaja-Sevilla que los altos costes del cultivo y los bajos precios del mercado, han hecho caer la superficie de trigo duro en un 15% en Sevilla, pasando de unas 116.000 hectáreas cultivadas en 2017 a 99.000 ha en 2018 y “lamentablemente, prevemos que, con estos precios, las siembras continuarán descendiendo”.
En Andalucía se ha pasado también de 268.300 hectáreas de trigo duro en la pasada campaña a 234.800, y a nivel nacional, la cifra cultivada ha bajado de 424.300 hectáreas a 389.600.
En el caso del trigo blando, la superficie cultivada continúa también perdiendo peso en la provincia, donde se ha pasado de las 46.600 hectáreas sembradas en 2017 a 43.500 hectáreas en 2018; y en Andalucía las 91.300 hectáreas cultivadas en la última campaña han quedado en 89.000 este año.
Todos estos datos fueron dados a conocer en la tradicional Jornada de Cultivos Herbáceos de Asaja-Sevilla, que ha celebrado su XXXV edición y a la que asistieron unos 200 agricultores. La jornada, titulada “Los Cultivos Extensivos de la Campiña en el contexto de la futura PAC, Cambio Climático y Sostenibilidad” se celebró con el patrocinio de la Fundación Caja Rural del Sur, en el marco del Proyecto LIFE Climagri, y con la colaboración de Syngenta, la Asociación Europea de Agricultura de Conservación-Suelos Vivos, ECAF, Ifapa y el Ayuntamiento de Carmona.
Además de la situación de mercado de los trigos, en el encuentro se analizaron las propuestas para la futura PAC, el cambio climático y la mejora de la sostenibilidad en los cultivos extensivos de las campiñas andaluzas.
Como ejemplo de la integración de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en la agricultura, se presentaron algunos de los principales resultados del proyecto LIFE Climagri, en el que, con la coordinación de Asociación Española de Agricultura de Conservación–Suelos Vivos, Asaja-Sevilla viene trabajando desde 2014 en colaboración el Ifapa, la Universidad de Córdoba y la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF).
El proyecto LIFE Climagri está demostrando la viabilidad de la agricultura de conservación en las campiñas andaluzas, con medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, confirmando que es posible reducir emisiones y aumentar la capacidad del suelo como sumidero de carbono, al tiempo que se aumenta la eficiencia de los recursos hídricos y la resiliencia de los cultivos mediante estrategias de escape al estrés hídrico y a las altas temperaturas.
Otro de los puntos fuertes de la jornada fue la mesa redonda, donde contaron sus experiencias agricultores de distintas zonas de Andalucía y Castilla La Mancha, que llevan varias décadas intentando aunar rentabilidad y sostenibilidad mediante el sistema de agricultura de conservación.
Intervinieron en el coloquio Juan José Pérez, agricultor y asesor técnico; y los agricultores e ingenieros agrónomos Pedro Maestre, Miguel Barnuevo y José de la Puerta. La mesa estuvo moderada por el coordinador del proyecto LIFE Climagri en Asaja-Sevilla, José Fernando Robles, quien expresó su deseo de que “la experiencia y la metodología del proyecto LIFE Climagri sean una buena base para el diseño de nuevas medidas e iniciativas nacionales y europeas sencillas y de fácil aplicación por los agricultores, que sirvan para mejorar la sostenibilidad de la actividad agraria y su papel en la lucha contra el cambio climático, desde un enfoque realista y que ayude a mejorar la rentabilidad de las explotaciones”.
Todos los ponentes concluyeron en que es fundamental una mayor implicación de las Administraciones públicas en la siembra directa, con la implantación de más campos demostrativos, con incentivos para los agricultores que se inicien en este sistema, con mayores esfuerzos para divulgar los beneficios de esta técnica y con su inclusión en los planes de estudio en las escuelas de agrónomos.
“El agricultor tiene que ver para creer y la agricultura de conservación da muy buenos resultados con muy poca inversión, pero al agricultor hay que enseñárselo, por lo que la Administración debe hacer un mayor esfuerzo para incentivarla y divulgarla”, fue el mensaje que resume, a modo de conclusión, el intercambio de experiencias.
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